La actitud que debes tomar cuando tu hijo se ha portado mal

Si eres de los que les deja de hablar cuando se enfadan, ten cuidado porque no es tan buena idea

Unos padres enfadados con sus hijos.

Unos padres enfadados con sus hijos. / Canva

Cuando hay niños pequeños en casa, probablemente surjan momentos de conflictos en los que no sabemos bien cómo actuar.

A veces recurrimos a los castigos, otras nos sentimos frustrados, en ocasiones decidimos ignorarlos, pero, ¿sabes qué es lo más adecuado?

Si algo tienes que tener claro es que dejar de hablarles nunca es la mejor opción, ya que puede afectar a su desarrollo social y emocional.

Muchos expertos en la materia se muestran en contra de imponer castigos a los más pequeños de la casa. Al contrario, la educación a base de disciplina positiva cada vez está adquiriendo más adeptos.

Así, la comunicación y el lenguaje son claves en el aprendizaje infantil y también para moldear la conducta de los más pequeños, incluso cuando cogen rabietas y no cuentan con un comportamiento correcto.

Hay que tener en cuenta que los padres no han sido preparados para educar a sus hijos, por lo que muchas veces utilizan los mismos trucos que fueron empleados con ellos, o lo que consideran que es mejor, sin tener las herramientas necesarias para emplear el lenguaje adecuado. Y es en este momento en el que pueden decidir dejar de hablar a sus hijos mientras les dura el enfado.

Una madre enfadada le pide el móvil a su hija.

Una madre enfadada le pide el móvil a su hija. / Canva

¿Qué pasa si dejamos de hablar a los niños?

Para intentar evitar un mal momento con los más pequeños de la casa es sumamente importante hablar las cosas. Por este motivo, que el silencio se apodere de la casa no parece una buena idea.

Además, los padres tienen que intentar ser comprensivos y utilizar siempre un lenguaje positivo.

El maltrato físico o psicológico nunca debe formar parte de una relación padres-hijos, y el silencio tampoco debe ser utilizado como un arma en casa de mal comportamiento, ya que puede generar daños a largo plazo en el niño.

Esto es así porque el silencio de los padres puede generar una situación de total desamparo en los hijos, que les causa confusión, y que, además, no les aclara qué es lo que han hecho mal.

Por todo ello, se debe utilizar la comunicación como método imprescindible para tener una buena relación entre padres e hijos y solucionar cualquier problema.