Todo lo que debes saber de la ansiedad por separación de los niños

Si tu hijo no para de llorar cuando te separas de él, esta información te interesará

Una niña llorando junto a un adulto.

Una niña llorando junto a un adulto. / Canva

A los niños les gusta sentirse seguros y estar en su zona de confort. Tienen una relación muy estrecha con sus padres y hermanos, que en ocasiones puede ampliarle a tíos o abuelos, y, por ello, quieren pasar todo el tiempo juntos.

A veces, esta unión es tan fuerte que pueden surgir problemas incluso cuando uno o ambos padres deben separarse de él para ir a trabajar u a otras obligaciones. Es en este momento cuando surge la llamada ansiedad por separación, que preocupa a muchos padres.

Conoce en qué consiste para poder ponerle freno y mejorar la situación de tu hijo.

¿Qué es la ansiedad por separación?

Cuando los niños se separan de sus padres o de sus cuidadores es posible que se produzca una situación de ansiedad o temor que les hace llorar desesperadamente. Esto es lo que se considera ansiedad por separación y, aunque es más frecuente en los primeros años de vida, en algunos casos puede afectar a niños más mayores.

Esta angustia suele aparecer en niños de unos seis meses y alcanza su punto máximo a los tres años.

Las reacciones más habituales son el llanto, los berrinches, la angustia o negarse a la separación de estas figuras de seguridad.

Un niño llorando.

Un niño llorando. / Canva

Rutinas de niños con ansiedad por separación

La angustia que sienten los más pequeños al separarse de sus padres y cuidadores también puede afectarles en su rutina diaria de la siguiente manera:

  • Dificultades en el colegio: podría afectar su rendimiento académico, al estar preocupados en todo momento por la ausencia de sus padres.
  • Problemas de sueño: conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche puede llegar a ser un problema para estos niños.
  • Cambios en el comportamiento: pueden volverse más irritables, con tendencia al llanto o retraídos.
  • Limitar su desarrollo social y emocional: estos niños evitarán hacer actividades sociales en las que no estén sus padres, lo que puede limitar su desarrollo social y emocional.

¿Cuándo es un problema?

Este tipo de ansiedad es habitual en los pequeños y, de hecho, forma parte de su desarrollo infantil, pero que estar atentos porque podría llegar a convertirse en un problema, para lo que se necesitará una atención especial.

Para ello, habría que estar atento a la duración, por si acaso fuese más prolongada de lo habitual; la gravedad de los síntomas, por si llegara a causar un sufrimiento al niño, y su interferencia en otras actividades, por si pudiera provocarle que no quisiera asistir al colegio o relacionarse con otros niños, por ejemplo.