La histórica ruta orotavense de los molinos ya luce los paneles informativos

La ruta de los molinos de La Orotava ya luce los nuevos paneles informativos a lo largo del recorrido que favorecerán la visita a estas relevantes infraestructuras y realizar el itinerario de forma libre, individual o conjunta. Los molinos de La Orotava forman parte del Bien de Interés Cultural (BIC) denominado Acueducto de los Molinos, que tiene categoría de Sitio Etnológico.

Los molinos constituyen una de las señas de identidad más representativas del municipio de La Orotava, como eje fundamental de un entramado hidráulico que se erigió desde el siglo XVI. El reparto de tierras tras la conquista y el paulatino desarrollo urbano de la Villa se debe en gran parte a la riqueza hídrica de la zona. El agua procedente de los nacientes de Aguamansa se utilizaba como fuerza hidráulica, y aprovechando la pendiente del terreno que discurre desde el Camino de la Sierra hasta la trasera de la Casa de Lercaro, movía un aserradero y doce molinos. Se estableció también de esta forma el eje que vertebró la configuración urbana de esta localidad norteña.

De los doce molinos iniciales actualmente se conservan diez, y de éstos solo dos están en funcionamiento, aunque no movidos por el agua sino por energía eléctrica. A estos se suman otros lugares emblemáticos como el espacio cultural Los Lavaderos de San Francisco o el Camino de La Sierra. Estos molinos son uno de los mayores atractivos turísticos del municipio. De hecho, se encuentran en la Guía de Turismo Industrial de España, que edita la Asociación de Operadores de Turismo Industrial. Debido a que son una de las principales señas de identidad de la Villa orotavense, fueron declarados Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Etnológico, mediante Decreto 92/2006, de 4 de julio, del Gobierno de Canarias.

El alcalde, Francisco Linares, valoró tras visitar la ruta la colocación de estos paneles, para lo que se contó con el apoyo del Gobierno de Canarias. «De esta forma, los propios vecinos, estudiantes y visitantes pueden realizarla de forma individual o conjunta, y tener a mano toda la información necesaria», aseguró, para añadir: «También es una oferta educativa, por lo que espera que los centros educativos la aprovechen y así acercar más a los alumnos a su patrimonio local y conocer la historia de la Villa». La ruta de los molinos de La Orotava es según Linares «un recorrido que conecta con el pasado, presente y futuro». «Es un espacio para disfrutar del patrimonio histórico y cultural, para aprender sobre la importancia del agua y para apreciar la belleza de la arquitectura tradicional».

Se han instalado una quincena de paneles, también en inglés y francés, que incluyen un dibujo de la propia ruta indicando las distintas estaciones a lo largo del itinerario y el lugar concreto donde se encuentra exactamente el visitante, así como una imagen del lugar, los detalles e historia de cada espacio. El punto de partida está en Camino de la Sierra, que conserva gran parte de su pavimento empedrado original, y continúa por los molinos de la Cruz Verde, de la calle Cubo Alto, La Magnolia, San José, Cuatro Esquinas, de Josefina, de Chano, el espacio cultural Los Lavaderos, y los molinos de San Francisco, La Máquina y de la Casa Lercaro. El Molino de Josefina es propiedad del ayuntamiento y prevé albergar un centro interpretativo de la ruta, proyecto en el que se trabaja actualmente.