El correíllo ‘La Palma’ se muda cinco meses al Museo de la Naturaleza

El MUNA ofrece una visita gratuita para conocer el universo en torno al histórico vapor

José Carlos Acha (centro) y Juan Pedro Morales (izquierda), ayer, durante la visita a la muestra.

José Carlos Acha (centro) y Juan Pedro Morales (izquierda), ayer, durante la visita a la muestra. / E. D.

Una visita gratuita para conocer el universo de finales de siglo XIX y principios del XX en torno al histórico vapor que conectó Canarias a través de sus puertos. Es el sentido de la exposición El humo del progreso. El correíllo ‘La Palma’, su época y recuperación. Fue presentada ayer y estará abierta hasta el próximo 6 de octubre. El mítico buque, el único en modelo y antigüedad conservado hoy se muda durante cinco meses al Museo de la Naturaleza y la Arqueología (MUNA) de Tenerife. Sus entrañas se llenan hasta entonces del sabor, el color, la vista, el gusto y el olor del barco que existe todavía, atracado en el Muelle Norte de Santa Cruz, gracias a la perseverancia de la Fundación que lleva su nombre.

Bajo ese sugerente título, el centro museístico del Cabildo acoge la muestra, ideal para visitar estos días de puentes festivos de mayo, de todo lo que rodeó en los ámbitos etnográfico, histórico y cultural al momento en el que el contemporáneo del Titanic (1912) comenzó a surcar los mares, básicamente entre islas, allá por la mitad de la década de los diez de la pasada centuria.

El sonido de la vieja sirena del buque de pasaje y carga parece llamar al inicio de la singladura. Porque aquí suena a barco, incluido el ruido del mar de fondo característico, sabe a barco, se ve barco, se degusta barco y hasta huele a barco. Parece que a uno incluso se le revuelve un poco el estómago y a punto está de marear aunque no maree. De la mano del artífice de la muestra, José Manuel Padrino, es todo un lujo entrar en el universo de la Segunda Revolución Industrial (1870-1914). Aquí está comprimida una época apasionante. Del comercio del tabaco al transporte a motor, el correo postal o la industria a través del humo que entonces era «progreso y velocidad». Y fenómenos como el colonialismo, los movimientos obreros, el primer cine, las vanguardias artísticas y la emigración canaria interna y externa. Todo eso de fondo porque la forma es, por supuesto, la de un barco que supone, en sí mismo, historia marítima y global, sin ningún apellido, de Tenerife y de Canarias.

Este recorrido es un homenaje a la labor de este barco en el avance y progreso de las Islas

José Carlos Acha

— Consejero insular de Cultura

Antes del recorrido, lleno de efectos especiales que recuerdan al buque y su etapa histórica, en el patio Miguel Pintor, el consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, y el presidente de la Fundación correíllo La Palma, Juan Pedro Morales, presentaron un acto que pretende ser un nuevo paso para recuperar la navegación entre islas del buque -«con energía limpia», insistieron todos- además de para el futuro Museo Naval que se pretende instalar en la Casa Ventoso o de la Aduana, en la capital tinerfeña.

Todo está cuidado al detalle en una muestra que se divide en cinco grandes ámbitos: Humo de progreso, Objeto industrial, Comunicación, Singladuras y Recuperación y Patrimonio. Encierra desde símbolos o el mobiliario del barco a indumentaria de la época y de documentos exclusivos a un panel interactivo que explica las rutas y los hitos de los seis vapores, tres grandes y tres chicos, que surcaron desde 1912 y 1976, en el caso del correíllo La Palma, los mares de las Islas para conectar Canarias. Además del objeto de homenaje los gemelos Viera y Clavijo y León y Castillo, en activo hasta 1981-82, el Fuerteventura, el Lanzarote y el Gomera/Hierro.

El Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA) rinde un homenaje y un tributo al importante papel que jugaron estas embarcaciones de vapor en la conectividad de Canarias hace ya más de un siglo. La muestra, de carácter temporal y con vocación itinerante, pretende trasladar al visitante al puerto insular, en este caso de Santa Cruz, de principios del siglo XX, y a fe que lo consigue.

Vapor contra el aislamiento

José Carlos Acha, junto a Juan Pedro Morales y el técnico del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, José Manuel Padrino, ofrecieron ayer los datos de esta muestra que pretende acercar al visitante a un momento histórico esencial para el devenir de las islas, gracias al impulso de esta máquina de vapor que contribuyó a paliar el aislamiento del Archipiélago. Una auténtica revolución.

José Carlos Acha resaltó la idea del isleño «siempre mirando el horizonte» para «ver los barcos por donde entraba todo». Destacó el consejero insular el valor de una ruta en la que el visitante podrá redescubrir este hito histórico que constituyó la puesta en marcha del servicio del correíllo La Palma y de los otros cinco vapores que conformaron la flota original, transformando el modo de vida de la población insular y, por extensión, del paisaje marítimo.

Acha agradeció por todas estas razones a la Fundación su implicación «en este proyecto que pretende rendir un merecido homenaje a la labor de este barco en el avance y el progreso de las islas, a través de una mayor conectividad entre sí y también con otros territorios externos». Juan Pedro Morales también resaltó la importancia de esta muestra «como vehículo de comunicación con el visitante para viajar un siglo atrás y entender el hito histórico que supuso la puesta en marcha de esta flota de vapores que transportaban el correo del servicio postal español entre las islas».

Piezas singulares

La exposición permitirá al visitante disfrutar de una serie de piezas singulares pertenecientes al propio correíllo La Palma, junto a una pequeña muestra de obras de arte, así como objetos representativos de esta época de principios del siglo pasado, además de una serie de proyecciones y medios audiovisuales. Asimismo, la muestra temporal se envuelve a la perfección en la atmósfera sensitiva que trasladará al público a un puerto insular de principios del siglo XX.

Este proyecto expositivo, fruto de la colaboración del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife con la Fundación Canaria Correíllo La Palma, también persigue destacar el valor patrimonial de la embarcación y de la historia de quienes lo encargaron, proyectaron y construyeron, la de aquellos que lo tripularon y lo navegaron, la de los que evitaron su desguace, así como la de las personas implicadas en su recuperación. Una frase de Acha resume: «No hemos podido traer aquí el correíllo La Palma por razones obvias, pero sí toda su esencia».

Los tinerfeños interesados –es de esperar que muchos porque merece la pena– en visitar la exposición pueden hacerlo de forma gratuita hasta el 6 de octubre. De lunes a sábados, de 9:00 a 19:00, y domingos y festivos, de 10:00 a 17:00 horas. El correíllo La Palma se muda cinco meses al MUNA.