"Un idea loca" y cien alumnos para cumplir un hito: un instituto de Tenerife busca entrar en el Libro Guinness de los récords

El Instituto de Educación Secundaria Luis Diego Cuscoy juntó a varios cursos con el objetivo, de manera didáctica, de conseguir algo único

Los alumnos del IES Luis Diego Cuscoy

E. D.

Víctor de Castro

Víctor de Castro

El Libro Guinness de los récords es un lugar al que solo pueden entrar aquellos elegidos que logren conseguir algo único. Un hito sin parangón en el resto del mundo, lo que prueba la complejidad que existe para los que buscan esta gloria. Una gloria que podría tener muy cerca un instituto situado en Tenerife.

Lo que comenzó como una búsqueda de ideas para motivar a una clase ha terminado con el Instituto de Educación Secundaria Luis Diego Cuscoy, en Cabo Blanco, en el municipio de Arona, preparando el papeleo para enviar las pruebas de un nuevo hito a la comisión de los Guinness World Records. Así lo cuenta su directora, Esther del Val, a la que un profesor de educación física del centro le llegó con esta idea: "Él es tutor de un bachillerato y estaba probando distintas maneras de motivarlos, pero no lo lograba. Un día llegó diciéndome que a él le hubiese llamado la atención que le plantearan batir un récord, que había algunas cositas que se podían intentar. A mí, como directora, me gusta que planteen cosas distintas, que los chicos busquen cosas alternativas y, evidentemente, esta me pareció interesante".

Ese profesor al que se refiere la directora del centro es Ángel Luis Martel, al que se le ocurrió una pregunta mientras le daba vueltas a la cabeza: "Oye, ¿por qué no batimos un récord mundial?". Lo que algunos habrían dejado pasar como una locura, este profesor natural de Gran Canaria lo vio como una actividad con "una motivación diferente". Sin alejarse de la parte curricular y obligatoria que tienen que impartir todos los profesores de educación física, comenzó a moverse la máquina de este desafío.

Los preparativos para intentar batir un World Guinness Records

Los preparativos para intentar batir un World Guinness Records / E. D.

Permisos, papeleo y un correo que lo cambió todo

Batir un World Guinness Records no es hacerlo y ya. Por el camino hay muchos pasos que seguir, siendo el primero el de convencer a los chicos del centro, al equipo de educación física y los máximos rectores del centro para que se apuntaran a la idea de Ángel Luis: "Se lo propuse a los chicos y les gustó la idea. En el departamento, a poco que nos den, nos motivamos con todo. Toda la dirección del centro acogió muy bien la idea y lo que surgió como una idea vaga y loca, una idea fugaz, acabó juntando a gran parte del centro".

Mientras el equipo de profesores de educación física del Luis Diego Cuscoy se centraba en buscar y elegir el récord, desde la dirección del centro se ponían manos a la obra para obtener el beneplácito de todos. Primero, tenía que pasar por el Consejo Escolar, ya que como cuenta Esther "había que pedir permiso al consejo porque, si salía adelante el récord, el nombre del centro también iba a salir".

El visto bueno no tardó en llegar, puesto que "al Consejo Escolar le pareció una buena idea, algo distinto y bueno, yo le di la noticia a Ángel Luis y él se atrevió a hacer todo lo demás", como recuerda Esther desde su despacho en el centro.

"No nos atrevemos ni a confirmar ni a desmentir si lo hemos logrado. Si miramos los números, sí lo hemos conseguido"

Ya con los permisos obtenidos, tocaba el turno del papeleo y decidir qué récord batir. "Nosotros nos creamos una cuenta en la institución de World Guinness Records a nombre del instituto. Una vez dentro, puedes ver los récords que quieras batir y de todos los que vimos elegimos diez que vimos más o menos viables", afirma Ángel Luis, que se puso dos premisas para elegirlo: "una que tuviera movimiento y así relacionarlo con la educación física, y la segunda que fuera en grupo para hacerlo toda la clase, y así elegimos una de esas opciones".

La idea comenzó con vistas a su tutoría, pero acabó con cien alumnos apuntados, desde tercero de la ESO hasta segundo de Bachillerato: "Una vez elegimos qué hacer, mandamos la solicitud para intentar batir el récord. La institución tardó al final unas dos semanas en contestarnos y lo hizo de forma favorable, dándonos permiso para batir el récord".

A por el récord

Con "bastantes" instrucciones y normas que cumplir para poder optar al beneplácito de World Guinness Records, el objetivo era claro: mantener durante más de un minuto un total de 135 globos en el aire.

Los alumnos situados en el pabellón del IES Luis Diego Cuscoy

Los alumnos situados en el pabellón del IES Luis Diego Cuscoy / E. D.

Para ello, utilizaron la cancha del propio instituto, donde cien alumnos fueron distribuidos por lo largo y ancho de la misma. Además, varios profesores y voluntarios repartidos para poder cumplir con las peticiones del WGR.

Con todo esto, el jueves, 25 de abril, fue el día elegido para hacerlo, poniendo los globos en el aire todos a la vez. "Recogimos todas las evidencias que nos pidieron, como ellos llaman a las pruebas, y sacamos fotos, vídeos normales y a cámara lenta, e incluso declaración de testigos que nos pedían", afirma Ángel Luis, que convocó a la prueba a "un policía local, una trabajadora social y un concejal del Ayuntamiento de Arona".

"Lo que surgió como una idea vaga y loca, una idea fugaz, acabó juntando a gran parte del centro"

Máxima precaución desde el centro no se atreven a afirmar que se haya batido el récord: "No nos atrevemos ni a confirmar ni a desmentir si lo hemos logrado. Si miramos los números, sí lo hemos conseguido, pero hemos detectado algunas cosas en los vídeos como errores y demás que nos hacen ser cautos. Alguno parece que retiene el globo de más antes de mandarlo de nuevo al aire, otros se cayeron al suelo...".

Ahora será el turno de World Guinness Records estudiar todo el contenido gráfico para ver si le dan validez al récord: "Recopilaremos toda la información, que tardaremos una semanita, elegiremos bien los vídeos y las fotos y se lo enviaremos. Inicialmente, pusimos 179 globos en el aire, por lo que por número creemos que sí lo batimos, pero tenemos que reunirnos y ver qué número le mandamos. Al final, son ellos los que tienen que decidir si se ha batido el récord conforme a las reglas.

"Lo importante es la experiencia"

Desde el centro no se obsesionan con haber batido el récord y valoran el camino. Ángel Luis tilda la experiencia como "muy positiva" y afirma que, "cuando emprendes un camino, todo el mundo quiere llegar al objetivo final, pero nosotros le damos poca importancia a haberlo batido y mucho al ámbito educativo, a la experiencia de participar y al aprendizaje que han logrado los chicos con actividades físicas diferentes, concentración, capacidades de trabajo en grupo o habilidades motrices y coordinativas".

El profesor responsable de toda esta locura lanza una advertencia clara: "¿Qué se consigue el récord? Genial. ¿Qué no? Pues bueno, lo volveremos a intentar en otro momento".

Una respuesta que tal vez se demore unos meses. En principio, desde World Guinness Records se informa a los solicitantes que la respuesta a su solicitud puede llegar a tardar hasta doce semanas, unos tres meses.

Desde el centro afirman que, pese a este baremo de fechas, "la primera solicitud la contestaron a las dos semanas", y señalan la idoneidad de que se confirme o no el récord "antes del 30 de junio, que terminan las clases".

Pase lo que pase con el resultado final de este intento de entrar en uno de los libros más famosos del mundo, lo que queda claro es que el IES Luis Diego Cuscoy es un pionero en este tipo de cosas, con el departamento de educación física del centro dando un ejemplo de que motivar a los alumnos es una parte esencial en la educación.