Tradición, fe, espectáculo y encuentro en La Enramada

Miles de personas se concentran en San Sebastián para disfrutar de costumbres, comidas y reuniones familiares

¡¡Viva San Sebastián!! Con ese grito, la celebración de una de las fiestas más importantes del sur de Tenerife llega a su momento álgido. La imagen se aproxima al mar y sus portadores la inclinan ante el océano. Y los jinetes y los caballos esperan la bendición para el resto del año.

Algunos arrieros gritan el nombre del santo mientras permanecen en pie sobre sus monturas. La celebración no defrauda nunca a quienes buscan algo de tradición, a los que muestran su fe y piden por su salud y la de sus seres queridos, a quienes ofrecen espectáculo y disfrutan cada minuto de ese papel, y, por supuesto, a quienes sencillamente desean disfrutar de una jornada en la que comer y beber en los ventorrillos que rodean el templo, junto a familiares y amistades.

Y también almorzar junto a los coches, furgones o caravanas llegadas para la ocasión. Y para centenares de turistas es un atractivo más del destino Costa Adeje. Hay muchas maneras de vivir esta fiesta.

El encuentro festivo empezó para muchos la noche del viernes. En San Sebastián no suele haber verbena como tal. Pero, después de la misa de la tarde, la animación de la Parranda Chasnera hizo que muchos bailaran en la plaza y que otros cogieran sitio en las mesas de los puestos de comida.

Pero ese no fue el caso de quienes debieron levantarse muy temprano para llevar sus caballos hasta La Enramada. Jonás Árbelo y su familia, de La Guancha, se despertó a las cinco de la madrugada para, una hora después, salir hacia la costa de Adeje. Hace quince años que cumple con el rito. Esta vez trajo tres caballos, dos de carreras y uno de raza española. En uno de ellos irá su hija y en otro, su jockey, Alexander Méndez, con quien compite en carreras que se celebran en el norte de la isla. Posee en total cinco ejemplares en su cuadra, a los que se añaden otros tantos propiedad de su cuñado. Jonás dice que acude por la bendición de los animales y San Sebastián es «mi fiesta preferida».

Carola Fuentes Acevedo y su hermano acudieron en esta edición por primera vez. El centro de sus atenciones es su caballo Nano. Son de Vilaflor. La joven explica que «venir aquí, con otros jinetes, con nuestro caballo, que tantos cuidados requiere, y compartir nuestra afición con otras personas es muy bonito». Les resulta especial el llegar a la playa y recibir la bendición del santo entre miles de personas. Carola resalta el mérito de quienes llegan hasta el litoral de Adeje montados en sus equinos y la preparación que hay que tener para lograrlo.

Es el caso de Víctor Manuel Mesa González, natural de Icod El Alto (Los Realejos) y dueño de Cuadras Mesa. Su pasión por conservar el legado de los mayores es innegable desde el primer minuto que se habla con él. Ha acudido a San Sebastián desde hace unos 10 años, aunque no de manera consecutiva, «por tradición». Su devoción está más con San Antonio, pero estar en Adeje un 20 de enero también es especial. A las diez de la noche del viernes empezó su ruta desde Icod El Alto para llegar a La Enramada, en las proximidades de La Caleta, doce horas después. «Lo que nuestros antepasados hacían antes por necesidad, ahora yo lo hago por hobby», indica. Cuando salió de su pueblo natal estaba lloviendo, pero logró su objetivo. Su recorrido incluyó pasar por la corona forestal a través de los municipios de Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos y Garachico. Después ya entró en Santiago del Teide, Guía de Isora y Adeje. No hizo el camino solo. Lo acompañaron siete arrieros más de Palo Blanco y otros dos naturales de Arafo. «San Sebastián es compartir un rato con amantes del mundo equino», señala Mesa. Posee nueve ejemplares, entre los que hay caballos, burros y ponys.

Las comisiones de fiestas del municipio de Adeje gestionan los ventorrillos en el entorno de la iglesia. Claudio Vargas, piloto de rallyes y mecánico, es el secretario del colectivo de Tijoco Bajo. Señala que «en esta fiesta se hace bastante dinero, pero hay que trabajar mucho». Y no todos los integrantes tienen disponibilidad para colaborar, por los trabajos o los hijos, por ejemplo. De la noche del viernes, dice que esperaba más gente, «pero estuvo animada».

Manuel Rodríguez es el secretario de la comisión de La Caleta y dice que en su puesto se concentra el mayor número de gente. «Son famosas nuestras tortillas, pero también la carne, las garbanzas o la paella», comenta, a la vez que matiza que el dinero que se saca en San Sebastián es un ingreso importante «para sacar adelante las fiestas», que se celebran en agosto.

La tesorera de las fiestas de Taucho es Carmen Mederos. Admite que la celebración del 20 de enero es «uno de los actos en que más recaudamos». Apunta que «trabajamos dos días a tope para ingresar y, si sale bien, es un buen impulso para nuestras fiestas».

Agalac Alonso Siverio, párroco de Adeje, indica que «San Sebastián es un punto de encuentro de la comunidad brutal, un referente para la fe y congrega a personas de todo el mundo». En opinión de Alonso, «las cámaras hacen que esta fiesta sea más internacional de lo que la gente se imagina». No le falta razón. Están las cámaras de los móviles y algunas televisiones. Pero, en un cuarto junto a la sacristía, se concentra el equipo que graba, edita y emite vídeos de la fiesta en internet y redes sociales. Para Agalac, los actos son el ejemplo de «la fe sencilla de un pueblo que, desde hace siglos, pide protección al santo para el ganado, el campo, la familia y ante las enfermedades».

El despliegue de seguridad y emergencias que requiere un evento de este tipo cada vez resulta mayor. Anna es una ciudadana rusa que vive en el residencial situado a decenas de metros de la iglesia. Explica en inglés, junto a su hijo, que es su primer año en esta vivienda y no sabe nada de la fiesta, pero celebra el buen ambiente de la gente y desea observar la cultura y las tradiciones canarias.

Más allá de los caballos, son muy pocos los ejemplares de otros animales que toman parte en el ritual. Hubo un burro, un dromedario, una mula, así como unas pocas ovejas. Muy atrás quedan las promesas de las gentes que vivían de la tierra y su ganado.

Pero hoy San Sebastián también es un buen motivo para hacer deporte. Cinco jóvenes de Vilaflor, Alejandro Sicilia, Luis Olivero, Ricardo Delgado, Aitor Llull y José Ortega, corrieron 26 kilómetros desde su pueblo hasta La Enramada para cumplir con la fiesta.

Un joven del sur de Tenerife sufrió una caída de su yegua en el momento en que el santo se aproximaba al mar. Una vez en el suelo, el animal, al tratar de salir del agua, le golpeó con una de sus patas en el rostro y le provocó la fractura de la nariz, así como un fuerte traumatismo en el rostro. Poco después fue atendido por personal sanitario de una de las ambulancias contratadas para el evento.