Insomnio en la menopausia: por qué se produce y cómo evitarlo

Uno de los cambios más importantes que sufren las mujeres a lo largo de su vida es la menopausia. Este proceso, marcado por el cese de la menstruación, supone toda una modificación física y hormonal que conlleva determinados problemas en el día a día.

El descenso de los niveles de estrógeno y progesterona derivados de la menopausia desencadenan síntomas tan molestos como sofocos, sudores, cambios en el estado de ánimo...

Algunos de ellos tienen una incidencia directa en la gestión del sueño, generando en la mujer también problemas de insomnio. De hecho, un reciente estudio publicado en una revista especializada en estudios del sueño revela que dos de cada diez mujeres en la franja de edad del proceso de climaterio tiene problemas con el sueño.

Es más, según esta investigación recogida por el Journal of Sleep Research, el 15% de las mujeres consideran que sus dificultades con la gestión del sueño son severos. Es más, incluso entre las mujeres que presentan una menopausia asintomática o en las primeras fases del proceso admiten que el sueño les ha cambiado, tales como modificación en las fases o pequeños despertares durante la noche.

Las causas

Los grandes cambios hormonales están detrás de estos síntomas pero es que además se ven incrementados por otro de los síntomas más comunes de la menopausia: los sofocos.

Y es que cuando se producen, la temperatura corporal no disminuye de la manera necesaria para que se pueda generar un sueño fisiológico. Estas malas condiciones provocan que la calidad del descanso no sea la que requiere el cuerpo de la mujer.

Además, también es frecuente que las mujeres con menopausia presenten lo que se conoce como despertar precoz, o lo que es lo mismo, tienden a hacerlo mucho antes de lo habitual.

Otro de los motivos de estos problemas de insomnio entre las mujeres en pleno proceso del cese de la menstruación es el aumento de la apnea obstructiva del sueño, un corte momentáneo de la respiración debido a la relajación excesiva de los músculos de la garganta.

¿Cómo solucionarlo?

Debido a la alta incidencia de todos estos problemas, se pueden incluir tratamientos terapéuticos y farmacológicos para las mujeres con menopausia para evitar o aliviar el insomnio.

Tanto en el caso de que la afectada prefiera no recurrir a medicamentos como en el caso de que estos no estén teniendo el resultado idóneo, se pueden intentar también terapias conductuales, o lo que es lo mismo, llevar a cabo algunos trucos que repercutan en una mejora del sueño y del tiempo de descanso.

Se trata de pautas que se recomiendan a cualquier persona con trastornos del sueño frecuentes o recurrentes, pero que también tienen efectos positivos para las mujeres con menopausia. Estos son los tres más efectivos:

• Dormir en un entorno fresco, de tal manera que se reduce el impacto de los sofocos durante el sueño.
• Prestar atención a la alimentación. Los alimentos ricos en triptófano tales como la leche, los huevos o el plátano suelen ayudar a conciliar el sueño, así que se recomienda su consumo por la noche.
• Evitar en la medida de lo posible la vida sedentaria. El ejercicio de manera cotidiana repercute en la necesidad del cuerpo de descanso, por lo que facilita su conciliación. Además, incide también en la relajación de la mente, otra cuestión relacionada con el sueño.