"Cuatro gotas" que no alivian la sed del campo en Tenerife

Treinta litros por metro cuadrado el viernes, diez el sábado y siete el domingo es el balance más reciente

La previsión es que no llueva hasta el jueves de manera débil

Una finca de Tenerife.

Una finca de Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Las lluvias del pasado fin de semana fueron un espejismo en medio de la sequía pertinente que ha llevado a la declaración de la emergencia hídrica en la Isla por el Cabildo de Tenerife. Romeo Rodríguez, agricultor con viñas en cuatro municipios de la comarca Nordeste –La Laguna, Tegueste, Tacoronte y El Sauzal–, lo resume: «Las cuatro gotas ayudan a mantener la hidratación y la frescura, pero apenas significan nada ante la sequía que padecemos». Haría falta más agua en los próximos días para lograr un efecto positivo y no se prevé que sea así. Al menos es el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), cuyo delegado en Canarias, David Suárez, explica: «El viernes fueron 30 litros por metro cuadrado, sobre todo en el Nordeste; el sábado, 10, y el domingo, entre 6 y 7. Lluvia de carácter débil o moderado». Las previsión para los tres primeros días de esta semana «es la ausencia de precipitaciones». El jueves podrían volver, con la entrada de un frente debilitado, «aunque no serían lluvias fuertes».

David Suárez valora que «en marzo se vislumbra algo más de lluvia de lo normal en las próximas dos semanas, una leve esperanza para el campo en plena crisis hídrica. Esperemos que se cumpla el pronóstico».

Agua (poca) de mayo. Sin embargo, a más largo plazo, en el trimestre de marzo, abril y mayo se resume en precipitaciones «normales» para esta época del año; es decir, no en grandes cantidades en una Isla, cuyo periodo de lluvias suele ser diciembre y enero cuando prácticamente esta vez no llovió. Suárez apunta para concluir un dato esclarecedor: «El invierno meteorológico ya acabó, a finales del mes de febrero. Comenzó el 1 de octubre y hasta culminar enero, a falta de incluir el segundo mes de 2024, llovió menos de la mitad, el 45%, de lo que es habitual».

La visión del campo. Romeo Rodríguez señala que las lluvias del pasado fin de semana «apenas han humedecido diez centímetros en tierra de cultivo». Reconoce que «es cierto que ayuda a mantener la hidratación y la frescura», pero valora que «apenas ha sido un riego para herbáceos» como, por ejemplo, en la Vega lagunera, uno de los lugares mas fértiles de Canarias. El viticultor añade más ejemplos de estos días: «En Las Riquelas (El Sauzal) regó las papas porque en este caso caló más de veinte centímetros, y en El Socorro (Tegueste) cayeron 15 litros por metro cuadrado».

Pesimista es un ganadero del Norte con una pequeña explotación, que prefiere mantener su anonimato: «Estas lluvias no han supuesto prácticamente nada. El problema lo veo en que el agua cada vez es más cara, algo lógico, porque buena parte está en manos privadas y se rige por la ley del mercado, la oferta y la demanda. No veo una buena perspectiva de aquí al verano».

A falta de febrero, en el año hidrológico, desde octubre, llovió un 45% menos de lo normal

Otro argumento lo da la Asociación Empresarial Canaria de Consultores Medioambientales, que «denuncia desde hace tiempo la situación de Tenerife» y avisa que los problemas «irán a más». Su portavoz, Juan Rumeu, en declaraciones a Cope Canarias, vincula las razones de la emergencia hídrica a la falta de lluvia, pero también a «las pérdidas en la red pública –hasta un 60% en algunos municipios– y a la falta de infraestructuras adecuadas». En este último caso, subraya, por «la inacción y el fracaso» históricos de las administraciones públicas en la gestión del agua.

Concienciar sin restringir. La mayoría de los 29 ayuntamientos de Tenerife no optan por seguir el camino de las restricciones al consumo de la población que emprendieron hace unos días Fasnia, primero, y Arico, posteriormente. Eligen, por el momento, las campañas de concienciación. Santa Cruz, por ejemplo, recomienda el uso responsable del consumo de agua, aunque estudia, de cara al verano, que pudiera producirse alguna restricción, básicamente en las zonas que dependen de los canales para su abastecimiento, como es el Distrito Suroeste.

Los ayuntamientos descartan por ahora restricciones como en Fasnia o Arico para concienciar al vecino

En La Laguna, la empresa mixta Teidagua ya ha puesto en marcha algunas actuaciones para asegurar el suministro, complementarias a las establecidas por el Consejo Insular de Aguas. Entre estas medidas, más agua contratada de pozos de Tejina y Tegueste, así como un contrato con Santa Cruz para el suministro de un volumen adicional acordado. Por último, como medida a medio plazo, se tramita por el procedimiento de urgencia la instalación de desaladoras portátiles en el municipio.

El Ayuntamiento de El Rosario, por su parte, publica cada verano, o en épocas de fuerte calor, un bando municipal con medidas para el ahorro del agua potable. El año pasado estrenó ducha y aseo autolimpiable de pago en Radazul para evitar el despilfarro.

El resto de la Isla. Adeje, El Tanque o La Orotava no han tomado medidas y están «a la expectativa». En Santa Úrsula, las preventivas «de siempre, cuando se acerca el verano», aunque «ahora las haremos antes». San Juan de la Rambla, La Guancha, Santiago del Teide, Candelaria o Garachico no tienen previsto ninguna restricción, mientras Tegueste hará un llamamiento a todas las empresas de servicios en el municipio para que hagan un uso responsable del agua. También plantea campañas de concienciación a los vecinos. Arona tampoco propone restricciones, pero toma medidas como optimizar el gasto del agua para el riego de jardines y zonas verdes. En Granadilla, «mientras no se paralice la desaladora, por avería o mantenimiento, no se prevén restricciones, pero ya preparamos campañas de concienciación sobre el uso responsable del agua», apunta el concejal de Servicios Generales, Marcos Rodríguez. San Miguel opta por obras de mejora y no por restringir. Por último, la alcaldesa de Vilaflor, Agustina Beltrán, anuncia que emitirá un bando para concienciar, ya que «nos corresponde solo el agua de abasto y no la de riego».