Los restos de los proyectos hoteleros fallidos en Tenerife: construcciones a medias y un superviviente al mar

El boom del turismo ha dejado por el camino varias irresponsabilidades inmobiliarias y medioambientales, causando huella en el ecosistema y en el panorama de la costa

El especialista en Estudios Urbanos, Erik Harley, ha recorrido estos edificios y lo ha subido en su perfil de TikTok

Distintos atentados medioambientales en la construcción de Tenerife

Distintos atentados medioambientales en la construcción de Tenerife / E. D.

Canarias es un oasis en medio del Océano Atlántico. Una bendición de la naturaleza única en su enclave geográfico, formando junto a otros cuatro archipiélagos la Macaronesia. Un lugar que es visitado por multitud de personas, siendo el turismo un factor económico importante, con cosas buenas y, aunque se disfracen, cosas malas.

Una de ellas es el boom inmobiliario, que durante décadas ha dejado varias irresponsabilidades medioambientales por el camino. Canarias no ha sido turística solo desde la entrada en este milenio. Desde el final de la dictadura franquista, el archipiélago comenzó a ser una zona de interés vacacional para el mercado nacional e internacional.

Desde ese entonces, y durante la Transición, son muchos los proyectos turísticos desarrollados en las islas, siendo una de las más cambiadas Tenerife. El litoral tinerfeño ha visto como sus ciudades crecían, no sin dejar en algunas zonas claros ejemplos de construcción a lo loco.

Con el proyecto de Cuna del Alma nuevamente en el disparadero, el experto en Estudios Urbanos, graduado en Bellas Artes y creador del movimiento 'Pormishuevismo', Erik Harley, ha destacado varios de estos atentados medioambientales hechos en Tenerife.

El mayor ejemplo de este problema. En Añaza se encuentra el conocido como mamotetro, un edificio abandonado del que solo queda su esqueleto de 22 plantas y que ocupa una superficie en torno a los 40.000 metros cuadrados.

La herencia de un intento de construir un complejo turístico de 741 apartamentos a 30 metros del agua en 1973. Las obras duraron dos años, lo que tardaron en quitarle la licencia al haber cambiado la normativa turística.

Más de 50 años después, el esqueleto sigue en el mismo sitio, a pesar de que en 1998 el Tribunal Superior de Justicia sentenció su demolición. Los promotores no lo hicieron y, tras ser, tristemente, uno de los elementos habituales en la costa santacrucera, será el Ayuntamiento de Santa Cruz quien, en principio, se encargue de su demolición.

  • El esqueleto de Rojas

En la costa de La Matanza encontramos otra de las huellas más tristes que ha dejado la construcción en el litoral tinerfeño. Triste y surrealista, porque el conocido como el esqueleto de Rojas es una estructura de quince plantas hecha en pleno acantilado.

Durante la década de los 70, este hotel se intentó construir en un paraje protegido y lo que se proyectó como un complejo hotelero ha derivado en un problema medioambiental grave. A diferencia del mamotreto, las ruinas de Rojas han causado desprendimientos debido a su frágil estado.

El esqueleto de Rojas

El esqueleto de Rojas / E. D.

Pese a los intentos por derribarlo y retirar lo que queda de este intento de hotel, su ubicación y su estado dificultan en gran medida el poder llevar a cabo su desaparición. Un cadaver de cemento y metal que parece tener como mayor enemigo al tiempo.

  • Residencial Mar y Sol

Este só se terminó de construir. Lo que se iba a convertir en el Hotel Mar y Sol acabó siendo un residencial construído sobre una estrecha franja rocosa en Mesa del Mar, en el municipio de Tacoronte. Fue inaugurado en 1967 por uno de los políticos más recordados de la historia de España, Manuel Fraga, en aquel entonces ministro de Turismo de la Dictadura.

En la década de los ochenta, los promotores dieron un giro a su negocio, dejando el hotel y vendiendo las viviendas. Esta construcción, que es previa a la Ley de Costas, no ha estado exenta de polémica a lo largo de los años.

Durante los noventa, Guillermo Graham, alcalde tacorontero, lo denominó "atentado contra el litoral" y tuvo como objetivo su derribo. Con el paso del tiempo, llegado 2013, en plena legislatura de Mariano Rajoy, el Estado dijo que no hacia falta porque no había problemas estructurales en el edificio.

El edificio Mar y Sol, en la costa del municipio de Tacoronte.

El edificio Mar y Sol, en la costa del municipio de Tacoronte. / EL DÍA

Su peligrosidad reside en su cercanía con el mar. Los temporales marítimos han llegado a provocar destrozos en la fachada del mismo, siendo el más fuerte en 2018, donde llegó a ser arrancado un balcón por la fuerza de las olas, obligando el desalojo de todos los vecinos.

@preferiria.periferia

🌳 ¡Canarias! Siete islas atlánticas que rebosan vida, con especies protegidas de fauna, flora… paisajes de ensueño.. Un patrimonio natural altamente amenazado por la mercantilización. 🌏 Hoy, en Pormishuevistas por el Mundo hablamos de proyectos turísticos y fragilidad ecológica. Hoy hablamos de Hoteles fallidos en el archipiélago Canario. 🏗 Durante décadas se ha vendido la falsa idea de que progreso y prosperidad económica son sinónimos de construcción, explotación y destrucción ambiental extrema. Algo que conoce muy bien la población de estas islas. #Canarias #Ecología #Construcción #EdificiosAbandonados #HotelesIlegales #PaisajesNaturales #GranCanaria #Tenerife #Pormishuevismo #ErikHarley #canaryislands

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Ejemplos de lo que el boom turístico hizo en el pasado y que siguen teniendo presencia en el presente. Decía el filósofo, poeta y novelista español George Santalaya que "aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". ¿Será el camino de Tenerife?