Nico ya es leyenda aurinegra

Con sus 285 partidos oficiales, un ascenso a la ACB, o una Copa Intercontinental, Nico Richotti ya tenía guardado un pequeño gran rincón en la historia del canarismo. Ganado a pulso y con total merecimiento. Pero desde ayer su figura ha pasado de fase para convertirse en leyenda dentro del club lagunero.

Un condición refrendada con el homenaje en el que la entidad aurinegra le retiraba de manera oficial –ya hace unos años que nadie luce su dorsal– su camiseta con el número 5. Solo un jugador más, el malogrado Richy Bethencourt, posee dicha condición. Un acto, el de este domingo, con un marco incomparable –en los minutos previos a un derbi contra el Gran Canaria y con el Santiago Martín hasta los topes–, enormemente emotivo, y una afición entregada por completo al de Bahía Blanca.

Nico estuvo acompañado por gran parte de su familia (padres, dos de sus hermanos, su mujer y su hija), y también por algunos compañeros de su época como jugador en el club isleño, caso de Fran Vázquez. Al grito desde las gradas de ¡MVP, MVP!, elegantemente ataviado para la ocasión, y con la introducción de un vídeo con algunos de sus mejores momentos como canarista, Niki –como le llaman sus paisanos baloncestistas– se dirigió a todos los presentes. Micrófono en mano, con un foco centrado solo en él. Como las grandes estrellas. Pero a la vez con el mayor de los rubores.

Richotti se mostró honrado por un homenaje que le «enorgullece un montón». En su particular lista de «agradecimientos» se encontraban desde el presidente Félix Hernández –le entregó una camiseta con su número de partidos–, al director deportivo Aniano Cabrera, que confío en él «cuando era un pibe que venía de dar tumbos por otras ligas», e igualmente Alejandro Martínez, su primer técnico en el club y que, desde la distancia, también se llevó la ovación de la grada. En su alocución Nico nombró igualmente a los «demás técnicos y miembros del staff», aquellos que le «ayudaron a crecer y ser mejor jugador».

El guiño a la afición

Por mucho que el homenaje estuviera planificado desde hace meses y el argentino con su discurso meticulosamente estudiado, a Richotti se le terminó de quebrar la voz y se le escapó alguna lágrima cuando nombró a su familia. Esa que le ha «apoyado siempre a lo largo de todos estos años».

Visiblemente emocionado, Richotti aguantó el tirón y tuvo su obligado y a la vez natural gesto para con la grada. «Sin ustedes esto no hubiera si posible, porque desde el primer día me trataron y acogieron con todo el cariño», expresó el de Bahía Blanca mientras los seguidores aurinegros volvían a entonar el cántico de ¡MVP, MVP!

Ya con el pabellón a oscuras, la pequeña Claudia se acercó hasta Nico y entregó a su padre el mando que al ser apretado comenzó a elevar, en uno de los fondos del pabellón, la camiseta con el número 5. Todo bajo la atenta mirada de la actual plantilla y cuerpo técnico. Apenas unos pocos coincidieron con el argentino en la cancha, pero al igual que cuando todavía se encontraba en activo, ahora, en otras funciones, Richotti se ha sabido ganar el cariño y admiración de todos los que forman parte de la familia canarista.

«Me quedo tranquilo porque la 5 va a estar apoyando en todos los partidos de casa», añadió como colofón a unos breves pero a la vez intensos y merecidos minutos que pasan a formar parte, como el propio jugador, de la historia de este CB Canarias.

Como en muchas ocasiones anteriores, el equipaje que lució ayer el Lenovo Tenerife, escogido para la ocasión por el propio Richotti y una reedición del que lucieron los laguneros en la 17/18, acabó siendo talismán con el triunfo del equipo de Vidorreta en el derbi. La camiseta la lucieron no solo los jugadores, sino que también la estrenaron los familiares de Nico, al igual que decenas de seguidores aurinegros, que bien podrían convertir a esta prenda en una de las más vendidas de la historia del club. |