Salud

Insomnio primaveral: estas son las causas que hacen que duermas peor esta estación

Los problemas para conciliar el sueño se incrementan especialmente en mujeres de entre 35 y 50 años

Insomnio primaveral.

Insomnio primaveral. / El Día

El planeta ya ha cambiado de estación y en el Hemisferio Norte es primavera. Aunque suelen ser jornadas agradecidas sobre todo por el buen tiempo, no todo son colores, flores y alegría.

Y es que estos días es frecuente que se experimente un cambio en la gestión del sueño, problemas que a menudo se convierten en molestas situaciones de insomnio que repercuten en la calidad del descanso.

Sí, es habitual que esta estación acarree este trastorno que se conoce como insomnio primaveral, sobre todo en mujeres de entre 35 y 50 años. Aunque no suele convertirse en un trastorno crónico, las dificultades para conciliar el sueño derivan en problemas a lo largo del día: el cuerpo y la mente necesitan entre 6 y 8 horas de descanso que durante la primavera no siempre se cumplen.

La correcta gestión de las horas de descanso facilita una jornada más activa a lo largo del día y evita que el cansancio no solo se apodere de las personas sino que también impide que se arrastren días sin sueño reparador.

El insomnio tiene múltiples causas, algunas de ellas derivadas de patologías o dolencias concretas, pero es que además factores externos hacen que se trate de un problema eventual pero igual de molesto. Es el caso del insomnio primaveral, propio de estos meses, y tiene una explicación biológica.

Causas del trastorno

Son numerosos los factores externos que influyen en que la primavera sea un cóctel para generar trastornos en el sueño y dificultan que se pueda alcanzar el descanso en condiciones óptimas.

El primero de ellos es precisamente el aumento de las horas de luz natural, lo que afecta al equilibrio del organismo, tanto a nivel emocional como físico. Y es que el ser humano es especialmente sensible a la luminosidad: se genera una mayor actividad natural en el cuerpo que si no se gestiona de manera adecuada puede derivar en estrés.

Precisamente el estrés es una de las causas habituales del insomnio, puesto que dificulta la relajación necesaria para conciliar el sueño.

Al aumento de las horas de luz se une que en primavera se incrementan también las alergias, una patología que genera dificultades en la respiración y que, por tanto, incide también en la gestión del descanso y evita un sueño del todo reparador.

El problema es que, además, para estas dolencias se emplean fármacos que en algunos casos tampoco favorecen el descanso por su propia composición.

Un camarero sirve un café.

Un camarero sirve un café. / E.D.

Trucos contra el insomnio primaveral

Cuando se trata de un trastorno del sueño eventual, como es el caso del insomnio primaveral, hay algunas pautas o trucos que contribuyen a mejorar la gestión del descanso. Estas son algunas de las recomendaciones para combatir este problema:

El insomnio primaveral requiere potenciar los buenos hábitos del sueño. Esto son algunos:

  • Rutina del sueño. Aunque anochezca más tarde, es inadecuado retrasar la hora de ir a dormir. Lo ideal es que en la medida de lo posible, acostarse se produzca siempre a la misma hora.
  • Hora de la cena. Tampoco es aconsejable que se posponga el momento de la cena pero además hay que evitar las cenas abundantes, y comer al menos dos horas antes de irte a la cama.
  • Evitar la cafeína. Café y té solo por la mañana, sin abuso y nunca después de las cuatro de la tarde, ya que sus componentes ayudan a generar actividad natural en el organismo.
  • Nada de alcohol. La primavera invita a salir a tomar algo en alguna terraza con familia o amigos. Es algo que puede ser muy relajante y positivo para el sueño, siempre que no ingieras alcohol, algo que puede provocarte una momentánea somnolencia, pero que terminará por fragmentarte el sueño durante la noche.

A ellos se suman algunas de las pautas generales para conseguir conciliar el sueño de forma rápida y eficaz, independientemente de la época del año, tales como conseguir un entorno relajante en el dormitorio incluyendo una temperatura cálida o mantener una alimentación saludable y huir durante el sedentarismo a lo largo del día.