Dos sueldos y no pueden pagar un alquiler: la vida en una chabola de una familia en una zona turística de Tenerife

La escasez de viviendas en las zonas turísticas y el auge en los precios de alquiler ha provocado situaciones que cada vez son más cotidianas

Asentamientos irregulares al lado de la zona en la que está proyectada la urbanización de lujo de Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje. | | E.D.

Asentamientos irregulares al lado de la zona en la que está proyectada la urbanización de lujo de Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje. | | E.D. / Daniel Millet

El Día

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Anomalía en Canarias. Crece el turismo y, a su vez, el canario cada vez es más pobre. Esto indica que el dinero que entre en el Archipiélago no se ve reflejado en los habitantes de las Islas. A esto se le suman casos como el que se vive en Tenerife, donde los problemas en la vivienda han provocado situaciones cada vez más habituales.

En la zona turística de la Isla, situada en su mayoría en el sur de Tenerife, es muy difícil tener acceso a una vivienda debido al auge en los precios de los alquileres. La proliferación de viviendas vacaciones ha provocado que baje la oferta de pisos, subiendo así su precio.

Hay varios casos en los que trabajadores de la zona se ven abocados a vivir en condiciones complicadas y llamativas debido a que su sueldo no da para encontrar un techo normal. Uno de ellos lo recoge la Cadena COPE, y lo hace en el Puertito de Adeje.

Justo en una zona cercana al lugar donde se tiene proyectado el complejo Cuna del Alma se pueden encontrar multitud de chabolas. Algunas en mejores condiciones que otras, se encuentran hechas con madera, con ladrillo visto o incluso prolongaciones de caravanas o roulotte. Allí vive Índio junto a su familia.

Vista aérea del asentamiento del Puertito de Adeje, el myor de Tenerife

Vista aérea del asentamiento del Puertito de Adeje, el mayor de Tenerife / E.D.

Él es un trabajador de la artesanía y habita junto a su hijo, uno de los casos que trabajan en el sector turístico y no pueden permitirse un techo con los 1.200 euros que cobra al mes. Los dos llevan 7 años en una infravivienda construida con maderas y otros materiales.

Se duchan con baldes de agua caliente y hacen sus necesidades fisiológicas en un agujero en el suelo, pese a que algunos vecinos "cuentan con baños químicos". Logran tener algo de electricidad "gracias a la instalación de placas solares que hemos puesto". Dos sueldos y la imposibilidad de tener un techo normal donde vivir. Una situación que cada vez se extiende más en las zonas turísticas de las Islas.

El ejemplo más claro son sus vecinos: "hay uno que trabaja de albañil, una mujer de cocinera, otra chica en un supermercado y varios de camareros o en hoteles". Gente normal, trabajadora y de origen humilde que no puede costearse los alquileres que se mueven ahora mismo en el sur de Tenerife.