Sin perder el norte

Casas con historia

La asociación de propietarios de viviendas antiguas expone las dificultades que encuentran para mantener los inmuebles

Inmueble de La Orotava.

Inmueble de La Orotava. / E. D.

Marta Casanova

El patrimonio cultural de un pueblo es el vínculo que nos une a nuestras raíces y la única manera de perpetuar la historia, a pesar del paso del tiempo. Pero la verdadera identidad de un pueblo, además de sus calles adoquinadas, sus edificios históricos, sus iglesias o sus plazas, viene definida por sus habitantes, por las personas que le dan dinamismo. Un pueblo sin vida tiende a abandonarse y morir, a pesar del esplendor de su pasado. El envejecimiento activo que permite a las personas mantener una buena calidad de vida aunque pasen los años, se podría extrapolar a las ciudades que mantienen una esencia única, por lo que conjugar ambos conceptos es la manera de conservar viva esta riqueza.

Afortunadamente, hemos aprendido de errores cometidos en un pasado no muy lejano en el que también en este Norte destruimos buena parte de ese valor patrimonial a costa de convertirnos en la cuna del turismo, con edificios sin corazón construidos sobre las huellas de nuestro pasado. Las administraciones han sido conscientes de la necesidad de proteger ese patrimonio y nunca es tarde si la dicha es buena. Pero, ¿es realmente una dicha para los propietarios de esos inmuebles de carácter privado, que deben cargar sobre sus hombros con la responsabilidad de mantener los muros de nuestra historia en pie?

Hace aproximadamente cuatro años nació la Asociación de Propietarios Afectados por el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de La Orotava. Esa denominación, que suena un tanto reivindicativa, ha ido derivando hacia la Asociación de Casas con Historia de La Orotava, un nombre más sencillo pero que no deja de perder su esencia en cuanto a la necesidad de poner de manifiesto una realidad sobre las dificultades, sobre todo administrativas, a las que se enfrentan esos propietarios a la hora de realizar cualquier intervención en sus viviendas.

Casas con historia

Casas con historia / E. D.

Su presidente, Rafael Machado, es el propietario de una de esas casas con historia en el casco del municipio. Una de las más bonitas que he visto, con una cúpula en su interior que data de 1784. Rafael me cuenta el origen de la asociación, que nació «como un movimiento de amigos que afrontaban una misma realidad, que no es otra que la de ver cómo resulta cada vez más complicado trasladar a las futuras generaciones el apego personal que aún nosotros mantenemos por conservar este legado. Nuestros hijos tienen un concepto más práctico. Su visión no es tan emocional como puede ser la nuestra, que hemos nacido y crecido en estas casas cargadas de recuerdos. Muchos de ellos ya no viven aquí y les resulta hasta incómodo pasar las vacaciones en unas casas que no están acondicionadas a las necesidades actuales y donde se pasa mucho frío, a pesar de nuestro clima envidiable. A nadie se le escapa que son casas incómodas, poco prácticas y con un alto coste de mantenimiento, por lo que están abocadas a un abandono seguro si no ponemos remedio a esta situación».

Para él, como para los cuarenta miembros de la citada asociación que engloban una treintena de viviendas de estas características, la solución pasa, entre otras medidas, por fomentar su uso ya sea en el ámbito comercial, hotelero, de restauración o como vivienda habitual para los llamados nómadas digitales en un entorno tan peculiar como el nuestro. «Para ello –insiste–, hay que hacerlas atractivas y cómodas sin perder, por supuesto, su valor histórico y patrimonial».

Casas con historia

Casas con historia / E. D.

El Plan Especial del Casco de La Orotava recoge en la actualidad unos 600 inmuebles con diferentes categorías de protección que ralentiza cualquier iniciativa que se quiera acometer. Rafael Machado cuenta un caso particular que le llevó, incluso, a perder una subvención de 10.000 euros por los engorros administrativos. «Fue en 2015 cuando pedí autorización para trastejar la casa y me exigieron, en primer lugar, la elaboración de un plan director específico como requisito previo a otro plan de ejecución de la obra. La respuesta a todo ese trámite llegó en 2018, tres años después, y fue entonces cuando me exigieron un nuevo plan director. Con este ejemplo particular solo quiero poner de manifiesto una realidad que es común a muchas personas que se encuentran en la misma situación por una legislación cada vez más compleja y muy alejada a la realidad».

«Por tanto, la principal misión que tiene esta Asociación no es otra que la de facilitar toda esta tramitación para mantener en las mejores condiciones el patrimonio inmueble privado de La Orotava y, también, contribuir a revitalizar el municipio para generar empleo estable y conseguir que las rentas medias de quienes viven aquí crezcan gracias a una correcta explotación de estas casas. Para ello, no cabe duda de que es necesario alinearse con las administraciones, de ahí la colaboración con la fundación Cicop (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio), que cuenta con una gran experiencia, sobre todo en La Laguna como ciudad patrimonio de la humanidad».

En esta línea, hace unas semanas se celebró el encuentro La Orotava, patio abierto y paisaje. Un seminario para reflexionar y debatir sobre la actuación en edificios de valor patrimonial localizados en centros históricos y formar parte del Proyecto de Innovación Europeo Patio Abierto, que coordina la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Lpgc) junto a la Cicop. Lo que se pretende con este tipo de iniciativas es, en definitiva, hacer reflexionar sobre situaciones y contextos de valor y cualidad que permitan abrir diálogos culturales y políticos con instituciones locales, nacionales y europeas y otros organismos territoriales específicos.

Como conclusión a estas jornadas, dirigidas por el catedrático de proyectos arquitectónicos, Juan Manuel Palerm, con la participación de expertos internacionales en rehabilitación, cabría destacar la idoneidad de «crear un laboratorio para islas turísticas de Europa» que ayude a la rehabilitación de su patrimonio, para posicionarlas como destino cultural de gran valor con una oferta alejada al tradicional turismo de masas, donde la experiencia del visitante sea una prioridad. Esta propuesta permitiría acceder a fondos europeos destinados a tal fin en un plazo de dos años.

Más a corto periodo, la Asociación, en colaboración con la Cicop, trabaja en la elaboración de una memoria con el inventario de las casas históricas de La Orotava y proyectos transversales para el conjunto del municipio, con un enfoque global bien definido y que pueda ser susceptible de recibir algún tipo de ayudas. Esta idea se enmarcaría en el plan de rehabilitación de zonas de renta baja per cápita, teniendo en cuenta que en La Orotava no se llega a los 15.000 euros de renta per cápita frente a una media europea que ronda los 30.000 y que existen incentivos europeos para ello.

Para Rafael Machado, «esta es la única manera de asegurar un futuro más próspero tanto para nuestros hijos, dejándoles una herencia que no se convierta en una losa difícil de mantener, como para quienes viven en el Norte, asegurando un nicho de empleo estable y con futuro, respetuoso con nuestro pasado y con nuestro entorno puesto que evitaría seguir construyendo y ocupando más espacio en un territorio limitado como el nuestro, con el deterioro paisajístico que ello conlleva».

Varios ejemplos de patios de inmuebles de La Orotava que están incluidos entre aquellos que identifican entornos y municipios por tratarse de edificaciones antiguas que perduran como viviendas o establecimientos.