Entrevista | Nieves Concostrina Periodista y escritora

Nieves Concostrina: «El periodismo ha hecho una dejación de funciones y lo está pagando muy caro»

Ayer habló de la radio en La Laguna y hoy del contenido de ‘Acontece que no es poco’, su último libro, a las 19:00 horas en el Teatro de El Sauzal con todo el aforo agotado.

Nieves Concostrina

Nieves Concostrina / Andrés Gutiérrez

¿Cómo está el periodismo?

Mal, el periodismo está mal...

Juan Cruz apuntaba hace un par de semanas que lo que «está pasando no es un problema del periodismo sino de los periodistas».

Los periodistas, no todos pero sí un buen número, hace tiempo que dejaron de hacer lo que tenían que hacer. Yo no siento que haga nada especial, simplemente contrasto la información que transmito y aplico mi estilo periodístico a la historia que voy a revelar... Un periodista que no conoce la historia está perdido. Escapa en el día a día cuando te dice o escribe que Israel ha invadido Palestina, pero no tiene ni pajorera idea desde cuándo existe este plan invasor.

¿No la veo muy optimista?

No lo soy. El periodismo ha hecho una dejación de funciones y lo está pagando muy caro... Fíjese lo mal que está la cosa que las facultades ya no se llaman de Ciencias de la Información, ahora son de Ciencias de la Comunicación.

Eso no es una buena noticia.

Dígamelo a mí que me pasé 16 años en la redacción de un periódico [Diario 16] e hice de todo, hasta de cierre... En total llevo 41, casi 42 años, en la profesión de informar.

¿Percibe que falta sacrificio?

Yo no sé si a las nuevas generaciones les falta o no sacrificio. Eso lo tienen que responder los docentes responsables de su formación. Ni me dedico a enseñar ni tengo hijos, pero tener a tu alcance más medios no significa nada si no los sabes utilizar. Cada gremio debe que vigilar que las cosas vayan bien en él y eso no está pasando en el periodismo.

¿Qué está fallando?

Hay muchos medios buleros y programas de televisión que difunden esos bulos sin contrastar... Las redes nos están matando y los ciudadanos, que tienen una gran culpa en esta crisis, ya no encuentran diferencias entre lo que les da un medio de comunicación y el contenido de un tuit. Tocaba defender la verdad frente a los bulos.

¿Cuál es el papel que tiene la ciudadanía en esta crisis?

La crítica empieza en uno mismo y la mayoría de las cosas que pasan son el resultado de las decisiones que toman los ciudadanos. El imparable auge de la ultraderecha en toda Europa no es casual. Todos nos quejamos cuando vemos algo extraño, ¿pero qué coño [con perdón] hacemos para que evitarlo?

Aquí reciben todos...

No le estoy echando una bronca [ja, ja, ja]. Si han votado a los que cierran los ambulatorios, a los mentirosos, a los que están embarrando la vida política que no se quejen luego. Aquí no vale preguntarse qué está pasando porque esto requiere de unos cómplices. Los jueces deben vigilar a los jueces y los periodistas a los periodistas para impedir que aparezca la corrupción y, sinceramente, yo tengo la sensación de que esto no se hace y por eso estamos tan mal. Insisto, todos somos culpables de este descrédito.

¿Y de que los más jóvenes no conozcan mejor a Felipe González, que es un líder político de antes de ayer?

Por eso no me metí en el lío de tener hijos [ríe], porque ya adivinaba el mundo que venía y corté por lo sano. Lo que les espera a las nuevas generaciones es fino, pero yo no tengo ni idea de cómo vienen los jóvenes. Sé, por lo que me cuentan y veo, que hay profesores que se quitan del medio y no explican a sus alumnos el golpe de estado del 23F para evitar comerse ese marrón.

¿Hay un problema de credibilidad?

Totalmente, los medios de comunicación no han sabido defender su espacio vital frente a los bulos que difunden las redes sociales sin una base periodística.

¿La historia no es como nos la han contado?

Venimos de una dictadura de 40 años y de una falsa Transición que duró entre 10 y 15 más, es decir, que a poco que te pongas a investigar un poco vas a comprobar que Suárez nos engañó y que no todas las cosas ocurriendo como dicen porque contar la verdad no era fácil. En Canarias, por ejemplo, hay ejemplos bastante claros de esas manipulaciones históricas.

¿Manipulaciones con aromas franquistas?

Y un número importante de calles y monumentos con los nombres de asesinos de muchos españoles... Hasta hace poco en Santa Cruz estaba expuesta en una avenida la hélice del Canarias, ¿no?

Bueno, en realidad, la quitaron de Santa Cruz para exponerla en Las Palmas de Gran Canaria.

Sí, pues ya me está dando usted la respuesta. Eso significa que los canarios están a por uvas... Pero es algo que pasa en Andalucía, Extremadura, Galicia. Es un mal general.

¿Lo de la memoria histórica es un saco sin fondo, una cuestión de difícil resolución?

Este asunto lo deben resolver los ciudadanos y yo como periodista lo estoy intentando. La adjudicatura sigue repleta de jueces franquistas y nadie mueve un dedo: no conozco ni una sola asociación de periodistas que se haya rebelado contra este asunto, tampoco dicen nada de los bulos que se están regando a diario. Lo de la memoria histórica se tiene que empezar a corregir en los colegios, pero eso no pasa.

Además de pesimista, atea...

Todas las personas que han estudiado Historia de la Religión son ateas. Además, yo me he leído la Biblia y sé dónde me han engañado... Me pongo enferma cuando un conocido me dice que el niño va a hacer la comunión y, normalmente, suelo decir lo mismo: ¿Pero tú no eras ateo? Entonces es cuando él me dice «sí, pero es que al niño le hace mucha ilusión». Pues nada lo vistes de marinerito y otro más para la Iglesia. La duda es saber si después de ese día va a volver a misa.

¿Esto tiene solución?

¿El qué?

El periodismo.

Yo aún no me he rendido. Cuando traía una información a la redacción, no una rueda de prensa, el redactor jefe me decía ¿lo tienes contrastado? Lo quiero con dos fuentes y si son tres mejor. Eso ya no pasa. Yo no digo que no haya buenos profesionales que son honestos y sienten lo que hace, pero veo que hay mucha gente con el trasero atornillado a una silla a la espera de que llegue una nota de prensa o un audio. No pisan la calle ni de broma. Eso es un problema. ¿Qué me está contando alguien que se pega todo el santo día encerrado entre cuatro paredes y los ayuntamientos y diputaciones [cabildos] se lo dan todo hecho? Que repliquen un corte de voz o una nota de prensa no es el problema de un político, es un problema de un periodista... Su obligación es buscar, documentarse y contarlo. ¡Eso es periodismo!

¿Qué le ha dado el oficio?

En mis primeros 15 años en Diario 16 aprendí la formación que sigo defendiendo... Aquello fue la base para los siguientes 25. Me dirigieron bien y asumí que en este oficio hay que ser muy honesto. Luego, cuando llegué al mundo de la televisión me di cuenta que no era periodismo ni nada que se le pareciera y salí escopetada... No me gustó. Cuando el periódico echó el cierre me tocó ir como a muchos españoles a las oficinas del INEM. A partir de ese momento me hice autónoma y entendí lo que era no tener una nómina, unas vacaciones pagadas, ni una paga extra, ni tampoco me mandaban una cesta de Navidad a casa en diciembre... Yo he chupado mucho paro. En los últimos años me he sentido decepcionada, no con el periodismo pero sí con un montón de periodistas que optaron por otra cosa que no tiene nada que ver con el oficio, sino con unas ambiciones personales por lograr ciertos niveles de popularidad de manera facilona.

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