Caos ferroviario

La fiebre del cobre en Rodalies: "El cable que instalamos por la noche nos lo roban al día siguiente"

Expertos en la reparación de averías advierten de que los asaltos a la infraestructura se han disparado: "Es un blanco fácil"

Playa de vías con trenes detenidos, en la parada de Montcada-Bifurcació, este lunes.

Playa de vías con trenes detenidos, en la parada de Montcada-Bifurcació, este lunes. / MANU MITRU

Carlos Márquez Daniel

El olor a soldadura y el canto de los pájaros regalan una peculiar postal en la parada de Rodalies de Montcada-Bifurcació. Aquí, en la entrada norte de Barcelona, esta estación con casi 170 años de historia amanece este lunes prácticamente inerte, con un par de trenes de la R4 cada hora como resultado del robo de cobre que el domingo puso patas arriba todo el sistema ferroviario. El incendio dañó seriamente el enclavamiento del apeadero, la central que controla toda la señalización y regula la entrada y salida de trenes. Más allá de cómo ha afectado el incidente a decenas de miles de viajeros, subyace la duda sobre la seguridad en la infraestructura. Los que trabajan en ella lo tienen claro: "es un coladero".

Una de las zonas que se quemaron cerca de la parada de Montcada-Bifurcació.

Una de las zonas que se quemaron cerca de la parada de Montcada-Bifurcació. / MANU MITRU

Este diario ha conversado con un par de técnicos que conocen bien las vías, las catenarias, los enclavamientos. Y los problemas que genera cualquier acto de vandalismo. Uno de ellos atiende de regreso a casa tras una jornada laboral de 24 horas. Cuenta que para reparar la avería ha venido gente desde Valencia y Zaragoza para echar una mano, y que el tema del cobre "se ha ido absolutamente de madre". "Está muy descontrolado", sostiene. Admite que la infraestructura podría estar mejor mantenida, pero también recuerda que Barcelona, con solo dos túneles ferroviarios atravesándola (el tercero está en fase de debate) tiene unos "niveles de circulación brutales".

Como si nada

Explica que en muchas ocasiones se encuentran a los ladrones andando por las vías, sin ninguna intención de huir de manera apresurada. "Te miran, te dicen que ya se van y se marchan andando como si nada. Pero nosotros no podemos hacer nada y tampoco queremos meternos en líos. Ahora hace poco estuve en unas obras en la R4 entre Manresa y Terrassa y es tremendo; el cable que ponemos de noche, lo roban durante el día".

Este profesional, que lleva 10 años trabajando en la red ferroviaria, advierte de que los robos son ahora más habituales que nunca. "El puente de diciembre fue una pasada: uno detrás de otro". En una ocasión, añade, les llegaron a robar en su propia casa: "Se colaron de noche en la empresa, con un camión, y se llevaron bobinas de cable". Este lunes, sin ir más lejos, se ha vuelto a registrar un nuevo asalto en Rodalies vinculado con el robo de cableado, en esta ocasión, en La Llagosta, por donde pasan la R2 Nord y la R11, afortunadamente, sin que haya afectado al servicio.

Estación de metro de Pompeu Fabra de Badalona, alternativa para entrar a Barcelona ante el caos en Rodalies.

Estación de metro de Pompeu Fabra de Badalona, alternativa para entrar a Barcelona ante el caos en Rodalies. / FERRAN NADEU

Otro de los expertos consultados lamenta que Rodalies "sea un blanco tan fácil". Detalla que el kilo de cobre se está pagando "a cinco o seis euros", una pequeña fortuna si uno se vuelve a casa con unos cuantos metros de cableado en el saco. Sobre el incidente del domingo, detalla que fueron dos las incidencias: la de Montcada-Bifurcació y un incendio en el túnel de Marina Bifurcació.

Cuando diga Adif

La avería del túnel ya se había solucionado a mediodía del lunes, pero la circulación no podrá restablecerse hasta que Adif haga pruebas sin pasaje para comprobar que todo funciona correctamente. Los trenes deberían volver a pasar con normalidad el martes, si nada lo impide, de manera que solo sigan afectadas, y parece que durante dos meses, las líneas que pasan por Montcada-Bifurcació, es decir, la R4 Nord, la R3 y la R7.

Un tren de la R3, en la estación de Granollers-Canovelles.

Un tren de la R3, en la estación de Granollers-Canovelles. / JORDI COTRINA

En el túnel de Marina, señalan fuentes conocedoras del siniestro, se desprendió un cable conocido como 'feeder', la línea eléctrica que proviene de una subestación, acompaña a la vía y alimenta los tramos de catenaria a los que se une el pantógrafo, el elemento que pasa la energía de la infraestructura al convoy para que pueda circular. Con cerca de 3.000 voltios, el incendio se hizo solo. Con todo chamuscado, ha sido necesario cambiar el cableado de cobre, pero también el de fibra óptica. Afortunadamente, en este punto la sangre no llegó al río, es decir, que el enclavamiento de esta zona no se vio afectado y la reparación solo implica la reposición del material chamuscado.

¿Conspiración o casualidad?

Lo que la investigación deberá determinar es si ambos casos están relacionados o si se trata de asaltos sin conexión alguna que coincidieron en el tiempo y alumbraron una tormenta perfecta que hizo saltar los plomos de toda la malla de Rodalies. "No tengo pruebas, pero si tengo que apostar, yo creo que son dos actos coordinados", defiende uno de los consultados. "Es probable que haya intencionalidad, incluso más allá del robo, pero no podemos olvidar que una subida de tensión tan brutal puede afectar a un punto a muchos kilómetros de distancia".

Playa de vías con trenes detenidos, en la parada de Montcada-Bifurcació, este lunes.

Playa de vías con trenes detenidos, en la parada de Montcada-Bifurcació, este lunes. / MANU MITRU

¿Pero bastaría con vallar la red de Rodalies para evitar los robos? Más allá de que en Europa no abundan las mallas de cercanías ferroviarias aisladas (sí las de alta velocidad, como sucede aquí), los expertos coinciden en que, echando mano de la manida frase de los tertulianos, sería como ponerle puertas al campo. "Sí saben cómo arrancar un cable cargado con 3.000 voltios, seguro que son capaces de romper una barrera de alambre".