La historia del edificio abandonado en Tenerife que sirvió como escondite de un asesino y se relaciona con Franco

Tenerife guarda muchos rincones con historias sorprendente que contar. Con lugares tan mágicos como el Parque Nacional del Teide, la punta de Teno o los distintos bosques de vegetación con los que cuenta, hay un entorno natural que acumula cuentos y leyendas.

Este no es otro que el Parque Rural de Anaga, que entre aquelarres, ritos y mitos, se esconde una historia muy relacionada a Francisco Franco. De ahí que se le conozca como 'Casa de Franco', aunque su verdadero nombre sea 'Casa Fuset'.

Con la Ley de Memoria Histórica otra vez en boca de todos, más en las Islas con la anulación del catálogo de vestigios franquistas, es buen momento para recordar esta historia. Una historia que tiene lugar en la zona del Moquinal, en Anaga.

Y es que ahí se encuentran los restos de una edificación especial. Dentro del parque rural, entre montañas y vegetación, se construyó una casa muy relacionada al artista canario Benito Pérez Armas. El de Lanzarote se casó con Elena González de Mesa, propietaria de la huerta donde se edificó este edificio.

Con la muerte del artista, la propiedad pasó a manos de su yerno, el militar Lorenzo Martínez Fuset, que se había casado con la hija del artista canario y de quién tomaría el nombre el inmueble. De la profesión de este nace su amistad con Francisco Franco, que llegó destinado a Tenerife junto a su familia.

De este vínculo se saca que, el que fuera después dictador de España, visitara en más de una ocasión esta casa dada la estrecha relación con Fuset. Incluso se cuenta que vivió durante un tiempo allí, pero no hay pruebas que confirmen este hecho. Lo que si quedó es la leyenda urbana de esto, algo que ha provocado que la casa reciba el nombre de 'Casa de Franco' en más de una ocasión.

Un asesino oculto y a un paso de lo paranormal

Esta casa, de la que ya solo quedan restos y varias paredes en pie, sirvió como escondite para uno de los asesinos más conocidos de Tenerife. Es el caso de Dámaso Rodríguez Martín, apodado "El Brujo", que cumplía condena en Tenerife II por violación y homicidio.

Se escapó de la cárcel y vino a esconderse a esta casa. Cuando fue encontrado, intentó huir de la policía y, en medio de la persecución, terminó perdiendo la vida. Algunas historias sobre este suceso se documentan en la propia casa, algo que no es así.

Como si toda esta historia no fuera poco, la Casa Fuset es situada como uno de los puntos más influyentes de lo paranormal en Tenerife. Son varias las personas que hablan de sucesos fuera de lo común que han vivido dentro de la propiedad.

Incluso fue objeto de estudio en el conocido programa de Íker Jiménez, Cuarto Milenio, donde la llamaron "La casa del pánico". Una nomenclatura que jamás se utilizó en el pasado y parece haber sido una invención del propio programa.

Un lugar misterioso en un paraje icónico de Tenerife donde las historias y las leyendas se acumulan ante lo poco que queda. Varios muros en pie, algunos azulejos, pintadas no muy artísticas y mucha suciedad.