Enric Gallego, dos maneras de ser blanquiazul

El delantero del CD Tenerife jugó en el filial del RCD Espanyol en la temporada 09/10, en Segunda B. Este lunes será anfitrión de su pasado.

Enric Gallego.

Enric Gallego. / Andrés Gutiérrez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Enric Gallego Puigsech fue jugador del RCD Espanyol. De su filial, para ser exactos, en Segunda B. La oportunidad le llegó en el verano de 2009 y terminó antes de lo esperado, un año más tarde con una cesión al Cornellá, que en ese entonces competía en Tercera. El equipo barcelonés se volvió a cruzar en su camino alguna vez más, pero como rival, en tres duelos en Primera y Copa del Rey. Este lunes se reencontrará con esa etapa de su pasado. Enric será anfitrión del Espanyol en el estadio Heliodoro Rodríguez López.

Con el filial, en la campaña 2009/10, jugó 17 partidos, solo siete como titular, y marcó dos goles, al Lleida y al Gavá. Los problemas físicos y las decisiones técnicas no le ayudaron a tener más regularidad –no pasó de las seis actuaciones seguidas– en una Liga que condujo a su equipo a Tercera después de perder una eliminatoria de permanencia ante el Guijuelo.

De aquella generación quedan pocos jugadores en activo o participando en competiciones profesionales –o cercanas a ese nivel–. Aparte de Enric, están Víctor Ruiz (fichado esta semana por el Espanyol tras quedar libre), Édgar Badía (Elche), Óscar Sielva (Huesca), Manu Molina (Málaga), Álvaro Vázquez (Ponferradina), Raúl Baena (Sabadell) y Cristian Tello (Lleida). Son futbolistas que en aquella temporada tuvieron a Josep Clotet, en las siete primeras jornadas, y Óscar Perarnau como técnicos.

A las órdenes de Pochettino. Gallego tuvo la posibilidad de enriquecer la experiencia con su presencia en una sesión de trabajo de la primera plantilla. Mauricio Pochettino necesitaba un delantero para completar una práctica y Enric fue el elegido. La cosa no pasó de ahí. La competencia era alta su un puesto. Aquel Espanyol de Primera se desenvolvía con el potencial de atacantes como Raúl Tamudo, Coro, Iván Alonso o el actual míster del conjunto periquito, Luis García Fernández. Fue un Espanyol que cerró la temporada en la undécima plaza, ocho sobre un Tenerife, el de José Luis Oltra, que duró solo una Liga en la máxima categoría tras subir el año anterior.

Camionero y futbolista. A esas alturas de su carrera, Gallego ya había decidido intentar ganarse la vida con el fútbol. Después de iniciarse en el Bon Pastor y continuar en el Alzamora, se dio cuenta de que no iba a poder llegar muy lejos si compaginaba el deporte con otros trabajos, como el de camionero o instalador industrial. «Cuando jugaba en el Alzamora, también era camionero. Tuve un par de sustos, me quedé dormido en la carretera, así que decidí dejarlo. Al fichar por el Premiá me dije: Esto es lo que realmente quiero», confesó hace unos años en El Periódico de Cataluña.

En realidad, llevaba tiempo con esa vocación muy definida. Desde que tuvo uso de razón. «Me acuerdo de cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores en el colegio, siempre respondía que deseaba ser futbolista. Y ahora tengo la suerte de poder dedicarme a lo que más me gusta», contó Enric, que empezó a jugar con solo cuatro años en el equipo de su barrio –situado en distrito de San Andrés de Barcelona–, el Bon Pastor. «Me acuerdo de compañeros, de amigos con los que continúo teniendo relación», destacó Enric.

A Gallego le esperaba un largo recorrido y mucho sacrificio para poder consolidarse como profesional. «La carrera que he seguido, el hecho de tener que compaginar el fútbol con otro trabajo, el saber lo duro que es tener que trabajar muchas horas para ganar un sueldo, han hecho que ahora lo valore todo mucho más, quizás incluso más que otros jugadores. Me ha costado mucho llegar, aunque tampoco es que haya tenido que pasar penurias. Pero es verdad que la vida futbolística no me ha sido fácil», resumió el goleador fichado por el Tenerife en 2021.

Pretendido por el Espanyol. Después de su paso por el Espanyol B, jugó tres temporadas en Tercera con el Cornellá. A continuación se afianzó como uno de los atacantes más respetados de Segunda División B. Se fue ganando esa condición en el Badalona, Olot, Cornellá y un Extremadura con el que subió a Segunda División en 2018. Su trayectoria fue imparable. Tras medio curso en la ahora llamada LaLiga Hypermotion, con 15 goles en 19 partidos, escaló a Primera gracias a la apuesta del Huesca en el mercado de enero de 2019 –también sonó para el Espanyol–. Enric siguió en ese nivel dos años más, en el Getafe y el Osasuna, hasta que fichó por el Tenerife hace dos veranos.

Conexión con Sergio García. Los lazos de Enric con el Espanyol no se reducen a su temporada en el filial. El delantero del Tenerife es amigo de una de las leyendas de la entidad barcelonesa, Sergio García. El que fuera campeón de Europa con la selección española en 2008, figura entre los jugadores con más partidos y goles en la historia del club periquito. García, que es tres años mayor que Gallego y que se retiró en agosto de 2021, es del mismo barrio que el futbolista blanquiazul, Bon Pastor (Barcelona). Ahí se forjó una conexión que, entre otras cosas, facilitó y agilizó el desembarco de Gallego en el circuito profesional, gracias la petición de Sergio García a su representante,Javier Mágico Díaz, de que llevara también la carrera de su colega.

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