El dron 'fantasma' que causó el caos en el aeropuerto de Gran Canaria: es prácticamente imposible encontrarlo
El dron que bloqueó el aeropuerto de Gran Canaria no está registrado ni dejó constancia del vuelo
Carlota Barcala
La Guardia Civil investiga el incidente que obligó a cerrar el tráfico aéreo de Gran Canaria, así como el aeropuerto, durante más de hora y media el viernes por la noche, presuntamente, a causa de la presencia de un dron en las inmediaciones del aeródromo. Pero las pesquisas no están resultando sencillas, ya que, según ha podido saber LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas, la nave no tripulada no está registrada ni dejó constancia de su vuelo. Esto dificulta las tareas de identificación de su dueño, que puede enfrentarse a una multa de hasta 225.000 euros.
Fue el comandante de un vuelo que realizaba las tareas de aproximación y aterrizaje quien dio la voz de alarma pasadas las 20 horas al ver unas luces, compatibles con un dron, en las proximidades del espacio aéreo del aeropuerto.
Desde ese momento, se dio la orden de cerrar el tráfico aéreo para evitar posibles accidentes. Doce vuelos tuvieron que ser desviados, sobre todo a Tenerife Norte y Sur, y varias naves volvieron a sus lugares de origen, Lanzarote y Fuerteventura.
A este caos se suman los aviones que debían despegar, entre ese instante y las 22 horas (cuando se dio por neutralizada la amenaza), y que se quedaron en tierra hasta recibir la orden de salida.
Los agentes de la Guardia Civil a cargo de la investigación trabajan desde el mar y desde tierra para dar con el propietario del supuesto dron que causó el desconcierto. Se trata de dilucidar desde qué punto concreto lo echó a volar (ya sea desde un barco o desde el suelo firme de la Isla) y en qué zonas o cuánto tiempo estuvo en el aire.
Zona no autorizada
Lo que está claro, debido a que afectó al tráfico aéreo es que, en caso de haber una nave no tripulada por el cielo, esta sobrevoló una zona no autorizada. En Gran Canaria hay menos de ocho kilómetros habilitados, debido sobre todo a razones de seguridad aérea y protección de espacios naturales, como el Roque Nublo.
El propietario no comunicó el vuelo a AESA y, por tanto, no dejó registro. Igualmente, se investiga si contaba con licencia, algo que se descarta a tenor de los primeros datos y que es solo obligatorio para las naves con peso superior a 250 gramos. Si esta tenía entre 250 gramos y 25 kilogramos no necesita certificado, matrícula ni registro.
En caso de ser localizado se enfrenta a una multa que oscila entre los 60 euros para los casos leves y los 225.000 para los más graves.
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