Un colegio único en Santa Cruz: mantiene viva y con orgullo la idiosincrasia canaria

El CEIP El Tablero, único colegio de Santa Cruz que mantiene la tradición canaria sobre el terrero

El huerto, el periódico y la radio escolar son otras de las iniciativas del centro

Esther Pérez, directora del centro e hija de Buenaventura Pérez, en el terrero de lucha escolar

Esther Pérez, directora del centro e hija de Buenaventura Pérez, en el terrero de lucha escolar / María Pisaca

Las cruces de mayo expuestas en la entrada son solo el primer tributo a la idiosincrasia canaria de la que presume orgullosa la familia del CEIP Julio Castillo Torroba, en El Tablero. La escuela es el único colegio que aún conserva el terrero de lucha canaria que originariamente poseían los centros del municipio santacrucero. Ahora sin tierra y bajo el nombre de los hermanos Pérez Pérez, el espacio se ha convertido en un símbolo de la tradición deportiva canaria que su directora, Esther Pérez, conserva como un tesoro. “No podría ser de otra forma, al ser hija de Buenaventura Pérez”, explica la maestra. La placa homenaje a sus antecesores y los dibujos que decoran los muros del terreno, aun en proceso de mejora, se preparan para el momento en el que puedan acoger a la futura cantera para que realice luchadas. El objetivo de quienes componen este espacio educativo es conservar las tradiciones y la cultura del Archipiélago, no solo a través del deporte, sino con otras iniciativas como el huerto, los murales y las temáticas de trabajo. 

El centro tiene como máxima convertir su espacio en un segundo hogar para el alumnado. Se autodenominan como una familia que trabaja siempre en la misma dirección. La iniciativa de apadrinamiento es el mejor reflejo. Los estudiantes de 4º de la ESO cobijan a los más pequeños, Infantil 3 años, para caminar de la mano por el resto de cursos hasta que los padrinos terminan su formación primaria. El aprendizaje es siempre recíproco, una experiencia enriquecedora a todos los niveles. El trabajo cooperativo en las aulas se complementa con las temáticas que todo el colegio trabaja de manera conjunta, siempre con un hilo conductor que en este caso es la historia y anteriormente, el medioambiente. De esta forma, 276 alumnos y 22 profesores reman siempre en una misma dirección: lograr que lo aprendido pueda ponerse en práctica y tenga una utilidad en la vida cotidiana. 

Esther Pérez subraya que gran parte de las actividades tienen lugar fuera de las clases. Prueba de ello, es el mural exterior que alberga todas las manos de los alumnos en diferentes colores, los cuadros que decoran el pasillo con emblemáticos edificios laguneros pintados por los últimos cursos, las mesas para jugar a ajedrez y el huerto. 

Alexis Clemente, profesor del centro, cuidando del huerto escolar

Alexis Clemente, profesor del centro, cuidando del huerto escolar / María Pisaca

No solo la parte interior está engalanada con las creaciones de los pequeños, el patio de infantil cuenta con una hilera de juguetes canarios y patinetes. Por su parte, la cancha mayor, recientemente reformada, permite jugar al fútbol, al baloncesto y al tejo o correr en la pista de atletismo. Alexis Clemente, profesor del centro, afirma que el huerto es una de las partes a las que más cariño le han puesto. Tras la pandemia se involucraron en el proyecto, retirando piedras y abriendo senderos. En la actualidad, es un espacio en el que los alumnos conocen la flora autóctona de las Islas, además de un espacio para impartir Educación Física. 

Futuros profesionales de la comunicación

Es muy posible que el futuro del periodismo en Canarias tenga mucho que agradecerle a este CEIP. El colegio cuenta con un periódico que se puede visitar en su web y un estudio de radio, con el que participan en dos proyectos: Radio Explora de Aldeas Infantiles y Onda joven el Rosario. En la iniciativa participa el alumnado de primaria con el objetivo de ser más competentes en comunicación oral. Aroa, alumna de cuarto curso, demuestra su manejo de la mesa de mezclas y Chloe, otra de sus compañeras, desvela que su vocación es la prensa rosa, por ahora, a nivel escolar. Su clase, tutorizada por Vicen, demuestra saber de memoria la curiosa anécdota del nacimiento de la citada tutora, pues cuando ella preguntaba dónde había nacido, todos respondieron a coro: “En La Laguna, en el coche”. Una de las excursiones a la ciudad les permitió conocer el lugar exacto.

Alumnado del centro en el estudio de radio

Alumnado del centro en el estudio de radio / María Pisaca

Mención especial merece quien da nombre al colegio. Julio Castillo Torroba es historia viva del centro. Anterior director, ya jubilado, que sigue acudiendo cada día a su antiguo lugar de trabajo para colaborar con la ornamentación y con los talleres de ajedrez, deporte que le fascina y que, desde la escuela, fomentan de manera activa para ayudar al desarrollo psicomotor de los pequeños. Uno de los propósitos del profesorado es que el alumnado participe en el órgano de gobierno escolar para otorgarles mayor poder de decisión a quienes disfrutan cada día de las iniciativas. Esther Pérez revela que una de las iniciativas que propusieron primero fue renombrar el colegio para homenajear la pasión de Julio por la enseñanza.

"El colegio es una segunda casa para los pequeños, somos una familia que trabaja en la misma dirección"

Esther Pérez

— Directora

La actual directora lleva en el cargo desde 2012 y señala que su amor por el CEIP fue un flechazo. Es fiel creyente de que las labores directivas deben compaginarse con el continúo contacto con alumnado y familiares y con la docencia, su vocación desde que de pequeña veía a su padre dar clases de inglés con una pizarra y de manera altruista. “Aunque me encargo también de la gestión, mi esencia es la parte más pedagógica, también es la más tedioso, pero es con la que más disfruto”, asegura. En lo personal, pese a que nació en Monrovia, capital del país africano Liberia, desde que a los seis años se trasladó a Canarias recuerda que en la televisión de su casa siempre estaba puesta la lucha canaria. Sus familiares, los hermanos Pérez, estaban comprometidos con el deporte autóctono: “hicieron mucho por la lucha, a través de libros y participando en los inicios del club de lucha de Santa Cruz”. Ahora, este colegio les rinde homenaje.