El influjo de los roques de Vento, Jama o Igara en los guanches

Un libro que se presenta hoy en el Instituto de Estudios Canarios profundiza en el paisaje arqueológico de los aborígenes en Arona

Grabado rupestre en el Valle San Lorenzo, Arona.

Grabado rupestre en el Valle San Lorenzo, Arona. / ED

Los roques de Arona, en especial los de Vento, Jama o Igara, ejercieron una gran influencia en los rituales y las manifestaciones rupestres de los guanches que habitaron los terrenos que hoy ocupa el municipio de Arona. Es una de las conclusiones de Arona. Una aproximación al paisaje arqueológico guanche, un estudio sobre los primeros pobladores de la localidad sureña que se presenta esta tarde (18:00 horas) en la sede del Instituto de Estudios Canarios de La Laguna.

Este libro es un estudio sobre el modo en que los guanches, los primeros habitantes de Tenerife, ocuparon y explotaron el territorio que comprende el actual término municipal de Arona. Aborda la distribución de sus yacimientos arqueológicos extrayendo conclusiones sobre los modos de asentamiento, la movilidad territorial, la dinámica económica, las prácticas sociales o la localización de las manifestaciones rupestres.

Este trabajo se ha realizado gracias a una prospección arqueológica de cobertura total que, en 2013, realizaron los autores para el Ayuntamiento de Arona. Son Francisco Pérez, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna y especializado en el análisis de territorios arqueológicos; Javier Soler, arqueólogo, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna y socio fundador de la empresa Cultania; y Carlos Javier Perdomo, arqueólogo y licenciado con grado en Historia por la Universidad de La Laguna.

A la prospección se suman los numerosos estudios técnicos, excavaciones, prospecciones, artículos y monografías que sobre la arqueología guanche del municipio aronero se han ido acometiendo desde la década de los años ochenta del siglo XX. A lo largo de sus páginas, se analiza cómo los guanches poblaron, explotaron y conceptualizaron el Valle de San Lorenzo y el Malpaís de Rasca a partir de una estrategia organizada de ocupación del espacio.

También se valora la relevancia asignada a la zona de medianía mediante la ritualización de Chacacharte (en el Valle San Lorenzo) y su entorno a través de un conjunto de manifestaciones rupestres variado y muy diverso.

La concentración más grande de grabados de Tenerife se encuentra precisamente en la parte de Arona que conforma el valle de San Lorenzo. La mayoría se sitúan en elevaciones del terreno que envuelven o dominan esta depresión antes denominada valle del Ahijadero, aparente traducción del Chacacharte guanche, lugar donde los indígenas concentraban sus ganados a comienzos del invierno.