Gustavo Pérez: «Era vital salvar del fuego a Las Dehesas y Los Pelados, y se consiguió»

Güímar no sufrió daños importantes por el incendio. ¿Cuáles fueron?

En Güímar no entró el fuego ni en viviendas ni en las zonas de cultivos. Sí ha sido un daño terrible a nivel forestal, una gran pérdida. Y de forma colateral también se han dañado los caminos de Las Dehesas, Los Pelados, Las Coloradas y Anocheza.

Parece un milagro que en un incendio de estas características no hubiera daños personales ni viviendas afectadas. ¿Por qué cree que ocurrió?

Gracias, sin duda, al esfuerzo descomunal y de coordinación de todos los cuerpos de seguridad y emergencias que participaron en la extinción de este incendio y sin olvidarnos de todas esas empresas y voluntarios que, desinteresadamente, colaboraron con nosotros.

Por las informaciones que le han llegado, ¿cree que pudo ser provocado, una hipótesis que mantiene la Guardia Civil en sus investigaciones?

La Guardia Civil debe seguir investigando y que aclare cuáles fueron las causas de este desastre, que ha dañado nuestro monte de una forma devastadora.

Muchos ya conocemos Las Dehesas y Los Pelados. ¿Por que tanta insistencia por su parte para que el fuego no entrará en esa zona?

Las Dehesas y Los Pelados son zonas agrícolas históricas vinculadas a la uva, zonas que producen uvas a más de mil metros de altura, que salen de un suelo único y durísimo de trabajar. Güímar se siente orgullosa de las familias que han mantenido generación tras generación esas fincas para darnos excelentes uvas, que colocan a nuestros vinos entre los mejores a nivel mundial. Por eso era vital salvarlas del fuego, y se consiguió.

Se ha hablado mucho de las causas de un fuego tan devastador: el cambio climático, el abandono del campo, la propia acción humana… ¿Cuáles son para usted las principales causas que desataron un incendio tan voraz y qué se puede hacer ante unos fuegos de semejantes dimensiones?

Debemos dejar trabajar a los técnicos, a los investigadores y que nos indiquen a las administraciones que debemos hacer en cada ámbito de competencias. Nuestros técnicos ya nos han advertido de modular el monte y crear corredores y accesos rápidos y seguros a las zonas estratégicas.

Aparte de las medidas del Cabildo y las ayudas estatales por la declaración de zona catastrófica, ¿qué decisiones adoptará el Gobierno municipal güimarero para paliar los daños?

Una de las claves de poder parar el fuego en Güímar fue el conocimiento de llegar a cualquier punto de forma rápida y ágil. Son aportaciones y conocimientos que nos dieron muchas personas de la zona. Ese conocimiento debe estar geolocalizado y de libre acceso. Estamos hablando de caminos de hace más de 60 años que no se habían usado.

¿Qué colectivos güimareros colaboraron en la lucha contra las llamas durante la segunda mitad del pasado mes de agosto?

Colaboraron la Policía Local, Protección Civil, la Asociación de Bomberos Valle de Güímar y voluntarios con su maquinaria. También quiero agradecer a los Bomberos de Aena que trabajaron de forma voluntaria.

El Ayuntamiento de Güímar celebró un acto el pasado día 17 de septiembre para homenajear a los diferentes cuerpos y colectivos que lucharon contra las llamas. Fue muy emotivo, ¿no?

Sí, muy emotivo fue el acto que organizamos el pasado 15 de septiembre. Primero dimos un reconocimiento a todas la empresas y voluntarios que colaboraron desde el minuto uno y luego el reconocimiento más que merecido a los cuerpos de seguridad y emergencias. Pero la parte más emotiva fue cuando los agricultores de Los Pelados y Las Dehesas dieron las gracias por salvar los cultivos de estas zonas.

¿Cree que se debe instalar una base permanente de hidroaviones en Canarias?

Creo que esa decisión la deben tomar los profesionales que conocen la orografía de las Islas y los cuerpos de seguridad.

¿Cuál fue la respuesta de la ciudadanía

No tuvimos que evacuar a nadie pero los agricultores que tenían que subir por sus animales o para retirar parte de las herramientas o pertenencias, todos se comportaron con gran responsabilidad y paciencia.

¿Cómo vivió los primeros días, los de mayor tensión al observar que no había forma de controlar el fuego?

Fueron momentos duros, intentando ayudar a los municipios vecinos y a la vez muy preocupado por que cambiaran las condiciones climatológicas y pasara el incendio a nuestro municipio, como pasó.

Cuesta mirar a la cumbre ver que lo que antes era tan verde ahora se ha quedado marrón o negro…

Sí, es muy duro ver la cumbre quemada pero a la vez damos gracias porque no fuera a más y los cultivos y casas se salvaran. Pero sobre todo agradecido que no lamentamos daños personales.