Arte muralista | Rostros canarios en el arte urbano

«Las obras no llevan instrucciones de uso»

A juicio del artista, el arte urbano posee una forma de interpretación libre indefinible

Arriba y debajo de estas letras, mural crítico dedicado a la excesiva construcción a la que está sometida Canarias, realizado en el IES Magallanes, de San Isidro. Abajo, de izquierda a derecha, su obra

Arriba y debajo de estas letras, mural crítico dedicado a la excesiva construcción a la que está sometida Canarias, realizado en el IES Magallanes, de San Isidro. Abajo, de izquierda a derecha, su obra / Sonya García / Michael Valdivia

Sonya García / Michael Valdivia

 El lanzaroteño Fran Feo empieza a mancharse las manos en el mundo del arte por medio del grafiti en casas y paredes abandonada. Su talento le lleva a países como Italia o Grecia

Bajo el pseudónimo de fEOfL!P, originario de Lanzarote y Licenciado en Bellas Artes en Barcelona, Fran Feo dio sus primeros pasos en el mundo del arte urbano durante su infancia. Como cualquier niño, dibujaba y pintaba. Sus primeros pasos los dio en casas abandonadas con un aerosol en mano y en forma de travesura, a escondidas. Tras muchos intentos, en el año 2000 consiguió terminar su primera pieza. Durante los últimos tres años, Feo ha pintado murales en Río de Janeiro, Sao Paulo, Múnich, Hamburgo, Leipzig, Budapest, Grecia o Napoli, entre otros lugares. Sus influencias no estaban dentro del grafiti, porque buscaba algo más personal. De pequeño, el pintor admiraba a César Manrique, uno de los mayores artistas que surgió en las Islas y que llevaba por bandera el respeto al medio ambiente. No solo viene de ahí su inspiración. «También me influencia la música que escucho, las películas que veo, los libros que leo, el paisaje y demás», comenta. Las paredes, en el caso de Fran Feo, de alguna forma le hablan y le transmiten emociones. «Esas paredes parece que me susurran, cada vez que vuelvo a pasar por alguna de ellas las veo de reojo, agonizando de aburrimiento y clamando por un poquito de color».

| e.d.

| e.d. / Sonya García / Michael Valdivia

La elección del lienzo es una tarea primordial a la hora de crear una obra. Si le dejan elegir, el artista prefiere una pared descuidada y con identidad. A la hora de pintar, afloran los detalles del muro. “Te fijas en los rastros del enfoscado y la plana, las grietas, si tiene pósters medio arrancados, cómo se destiñen los colores y aparecen matices, las huellas de la humedad…», detalla el artista. Al igual que Ione Domínguez, Feoflip parte de un boceto inicial, pero siempre prefiere dejarse llevar en el momento y dejar volar la creatividad.

«Las obras no llevan instrucciones de uso»

«Las obras no llevan instrucciones de uso» / Sonya García / Michael Valdivia

Además, el artista lleva a cabo un estudio previo muy profundo del lugar para analizar sus características y adaptarlo a ese emplazamiento. «Cuando es un mural grande, llevo a cabo una investigación que me hace aprender de las ciudades que visito, transito bibliotecas, busco música, a veces traduzco letras para contextualizar, pregunto a la gente sobre historia popular y saco fotos», señala.

«Las obras no llevan instrucciones de uso»

«Las obras no llevan instrucciones de uso» / Sonya García / Michael Valdivia

Una de las bases del muralismo es la reivindicación y Fran Feo también ha ahondado en ese terreno. «El mural no solo es una propuesta estética, es una reivindicación del arte para todos y para compartir, transformar y, además, es una reapropiación del espacio público dominado por las marcas multinacionales y la publicidad», asevera.

«La figura de los grafiteros se ha criminalizado porque está a la vista de todo el mundo y es fácil acusar», recalca. Para Feo, el grafiti es lo que realmente muestra el problema de las fachadas descuidadas y abandonadas. Ese es el fin que pretenden muchos artistas, captar la atención de las administraciones públicas.

Feoflip se gana la vida a través de trabajos hechos en escuelas y edificaciones. En cada mural deja plasmada su identidad con su estilo de protesta, aunque su verdadera esencia se encuentra en lugares destruidos.

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