Opinión | Gentes y asuntos

Cavallé, antes y después del volcán

Imágenes del volcán de La Palma dos años después de la erupción.

Imágenes del volcán de La Palma dos años después de la erupción. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Antes de las tres de la tarde del 19 de septiembre de 2021, cuando los ecos del último volcán de Cumbre Vieja llegaron a todo el mundo, el palmero Alfonso Cavallé Cruz había sugerido públicamente la fórmula más justa, lúcida y brillante para atender una catástrofe sin precedentes que se convirtió en el peor suceso civil registrado en Europa en la última centuria. Desde ese instante, José Ángel Martínez Sánchís, presidente del Consejo General del Notariado de España, atendió y apoyó la iniciativa y los decanos de Barcelona, José Alberto Marín Sánchez, y de Valencia, Francisco Cantos Viñals, se unieron con mejores medios y voluntad a un proyecto que juntaba tanto ingenio como generosidad.

Cavallé Cruz sugirió la creación de notarías voluntarias en las zonas afectadas por la lava para acreditar las propiedades de centenares de familias que, por distintos motivos –en su mayoría económicos– no tenían registradas o acreditadas las propiedades destruidas por las coladas lávicas. La iniciativa del fedatario tuvo pleno apoyo en el corporativo notarial y contó con la inmediata y oportuna comprensión de la entonces ministra de Justicia, Pilar Llop Cuenca, que, en un tiempo récord, publicó el oportuno decreto con la creación de las notarías temporales en los municipios de El Paso, donde se declaró la erupción, Los Llanos de Aridane, el término más afectado, y Tazacorte, para acreditar legalmente las pérdidas de los damnificados.

La decidida colaboración de los tres municipios –la vega más hermosa y próspera de La Palma– y la decisión de los alcaldes y funcionarios le dieron a la función notarial su dimensión más justa, útil y generosa y reconocida la gravedad del suceso. Implicados desde la primera hora, los notarios organizaron jornadas divulgativas, debates, coloquios sobre ideas futuras para la reconstrucción y, junto al Colegio de Abogados palmeros, fueron protagonistas destacados divulgadores y comprometidos aportadores de ideas y soluciones para un caso que colocó a la isla en las portadas de la prensa mundial.

Entre las numerosas ideas que se barajaron, los notarios aportaron dos soluciones brillantes y, hasta hoy desoídas o postergadas por las instituciones: la expropiación de los terrenos destruidos por la lava, que permitiría a cada afectado optar por una situación propia; y la formalización de un seguro territorial como ya existe en espacios con grave riesgo volcánico. En esa inteligente y oportuna iniciativa que no se quedaron en inquietudes y preocupaciones firmamos junto a Cavallé Cruz un artículo en EL DÍA en el que demandábamos, junto a la fórmula expropiatoria y, al modo que ya existen en otros espacios volcánicos –Islandia, Hawái y otros territorios, como Francia que madrugaron en tratar estos riesgos– la creación de un seguro que cubriera los riesgos. Algunos enterados criticaron –no podía ser de otra manera– la fórmula, pero prestigiosos especialistas y docentes juríticos la avalaron. En cualquier caso y, hasta hoy, la idea sigue en el aire.

El comportamiento audaz de los palmeros, la solidaridad ejemplar de todos los canarios, que se extendió al resto del mundo, o la actuación de las instituciones que demostraron los valores de la suma fueron, y son, ejemplos para sumar, merecieron el reconocimiento de diversas entidades, desde la Casa Real a la más modesta de las instituciones locales.

Mediante decreto de su presidente Fernando Clavijo Batlle, el Gobierno de Canarias ha otorgado la Medalla al Mérito de la Justicia con Distintivo de Oro del año 2023 al Consejo Notarial del Notariado de España y a los decanos de los colegios de Canarias, Alfonso Cavallé Cruz, de Barcelona, José Alberto Marín Sánchez, y de Valencia, Francisco Cantos Viñals, en reconocimiento a la labor realizada durante casi dos años en la Isla de La Palma durante la erupción de Cumbre Vieja.

En paralelo a estos justos honores, el Cabildo de La Palma, a instancias de su presidente, Sergio Rodríguez Fernández, y petición de los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte por el ejemplar comportamiento de la ciudadanía y la acreditada generosidad de los fedatararios. Asimismo distintas sociedades y entidades insulares se han querido sumar al homenaje que en el pasado fin de semana una asociación tinerfeña rindió a los protagonistas de un suceso que quedó para siempre en la historia insular y que exige, en proporción con la gravedad de los daños, una justa y ejemplar reconstrucción, donde se sumen, sin reservas ni celos, los esfuerzos leales de tirios y troyanos.

La dignidad del acto celebrado en Santa Cruz – donde se premió también al director y compositor Ángel Víctor Pérez y al periodista Zenaido Cabrera– exige, de una vez por todas, un esfuerzo de suma que libere a la isla castigada de su vieja postración. Es lo mínimo que se puede pedir a un pueblo de tradición solidaria.