Opinión | Retiro lo escrito

Un PSOE encastillado

Noches de fiesta y desenfreno en el ’caso Mediador’.

Noches de fiesta y desenfreno en el ’caso Mediador’.

El gobierno del Cabildo Insular de Tenerife, como era de esperar, ha rechazado una comisión de investigación sobre el llamado caso Mediador. El PSOE insiste retóricamente en su radical exigencia que se aclare todo y se averigüe toda la verdad y que caiga quien caiga y que quieres que te ponga la recolorada quiero que te pongas la que sabes tú, pero de comisiones de investigación nada de nada. Sería un instrumento particularmente interesante en el Cabildo, porque como ya nadie ignora –solo finge ignorarlo Pedro Martín– ahí está el origen causal del caso Mediador, con su exdirector insular de Deportes como primer caso conocido. Un director insular que dimitió por exigencias del propio Martín pero sobre cuya renuncia no se ha brindado ninguna explicación. No lo va a hacer nadie, porque todos, empezando por el propio presidente del Cabildo, están atemorizados. No solo se han dedicado a rascarse la barriga y a estrenar corbatas en los últimos cuatro años, sino que les está salpicando un caso de corrupción repugnante. Pedro Martín ni siquiera ha sido capaz de ofrecer una rueda de prensa para dar las explicaciones, algo que no es un derecho que le asiste, sino un deber inexcusable que debe cumplir si respeta los ciudadanos para los que trabaja. En cambio se apresura a contratar con dinero público a gente que le haga la próxima campaña y que no tienen otra ocurrencia, en una situación como esta, que elegir como eslogan Con fundamento. Si Martín tuviera un mínimo de fundamento daría explicaciones públicas sobre la selección, la gestión y la dimisión de Ángel Pérez como director insular de Deportes. Pero el exalcalde de Guía de Isora ha tenido fundamentalmente muy poco fundamento durante los últimos cuatro años y en cambio ahora lo vence el miedo.

El PSOE canario ha decidido parapetarse en sí mismo y no hacer nada hasta que pase el diluvio. Es una mala estrategia. También lo es repetir (a veces a chillido limpio) que el PSOE no tolera la corrupción y lucha incesantemente contra ella gracias a una moral kantiana que Nira Fierro siempre lleva en el bolso. Por desgracia la corrupción ha sido en distintas etapas una patología política que ha afectado gravemente al PSOE, como todos los principales partidos de España y de Canarias. Esa indignación calderoniana de algunos dirigentes socialistas al hablar de corrupción política es grotesca cuando solo un cáncer de próstata ha impedido que un expresidente de su partido –José Antonio Griñán– ingrese en prisión por malversar decenas de millones de euros. Luego están los cínicos. Los que sostienen que en Canarias el caso Mediador pasará una factura electoral muy modesta al PSOE. ¿Un par de diputados quizás? Ahora se recogen los felices frutos de los acuerdos que entre junio y julio de 2019 dejaron en la calle a Coalición Canaria. No solo desplazaron a CC del Gobierno autónomo, sino de todos los cabildos y de la mayoría de los ayuntamientos. Se amputó así una parte sustancial de la base electoral de los coalicioneros, lo que sumado a la relativamente modesta implantación municipal del PP dificulta trasvases de voto y fortalece la posición mayoritaria de los socialistas. Si, en efecto, el coste en las urnas será muy bajo, mejor negarse a hacer absolutamente nada salvo canturrear condenas rituales entre sahumerios de indignación.

Tanto la indignación impostada y paralítica como el cinismo indiferente son a la larga peligrosos para el PSOE. Proyectan una imagen de farsa, sinvergonzonería, complicidad y sectarismo que no se merecen la inmensa mayoría de sus militantes y contribuye a la deslegitimación de la democracia representativa. Asunción de responsabilidades políticas y dimisiones, comisiones de investigación, expulsiones e inspecciones con la máxima transparencia. Eso no es perder. Es, a la larga, ganar. Y no solo las elecciones.

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