Opinión

El campo canario se muere

Un sendero en el Parque Rural de Teno. | | EL DÍA

Un sendero en el Parque Rural de Teno. | | EL DÍA / El Día

No creo que alguien quiera quedar retratado esculpiendo el epitafio del sector agrícola, ganadero o pesquero, con la manida frase: «Entre todos lo mataron y él solito se murió». Ahora que está de moda el desarrollo sostenible y el consumo kilómetro cero, resulta que el incremento del 8% del salario mínimo es un disparo a la línea de flotación del sector, pues no le resulta fácil subir los precios y tienen que asumir el sobrecoste de su margen comercial, muy tensionado por el incremento de costes, energía, distribución, plagas o avatares climatológicos.

Además, se frustró la posibilidad de que, mediante la nueva ley de suelo, las explotaciones agrícolas en producción pudieran sacar al mercado del turismo agrícola sus inmuebles infrautilizados. Una posibilidad que estabilizaría sus ingresos, y garantizaría su aportación a la sostenibilidad de las medianías y la de un consumo sano y responsable que demanda la sociedad moderna y concienciada. Al fin y al cabo, se trata de comprar producto elaborado en Canarias, con importantes aportaciones de valor añadido, empleo o reinversión de excedentes en nuestra tierra.

Tampoco hay que olvidar sus demandas de reutilización y reciclado de aguas, que aportarían un eslabón más a la sostenibilidad de los recursos de las islas.

El dato está ahí: Asaga anda preocupada por la pérdida de 2.200 hectáreas de superficie agrícola, por problemas con las excesivas cargas regulatorias, los bajos precios, retrasos e insuficiencia de las subvenciones y ya, para rematar el problema, la falta de interés de las nuevas generaciones para invertir en un sector donde te sientes abandonado.

Ahora, dejemos de pronunciar la frase vacía «Me siento canario» y empezar a «Actúo como canario».

Canarias vale la pena.

Suscríbete para seguir leyendo