Opinión

Éxito universal y lento suicidio de Óscar Domínguez

El próximo domingo uno de enero de 2023 se cumplen 65 años del fallecimiento del pintor lagunero surrealista de la generación del 27, Óscar Domínguez (1906-1957). Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre las causas de su muerte en París a la edad de 51 años. Veamos.

Nacido en La Laguna en el seno de una familia acaudalada en una vivienda de la calle Herradores que hoy es un restaurante que lleva su nombre, su padre era un terrateniente exportador de fruta a Europa, lo que permitió a Óscar una infancia cómoda que transcurrió entre La Laguna y una llamativa finca en El Calvario de Tacoronte.

Único hijo varón del matrimonio de Antonio Domínguez y María Palazón, ésta fallece por una infección tras el parto de una hija que también muere, siendo Óscar cuidado por sus dos hermanas mayores y su abuela paterna. Con tres años contrae la corea de Sydenham, más conocida por mal de San Vito, que le ocasiona pérdida del habla y una parálisis que lo tuvo incapacitado unos dos años hasta que se recupera con cinco años. Hasta los ocho, Óscar y su familia residen en La Laguna, estableciendo su residencia definitiva en 1913 en Tacoronte.

Las playas de arena negra de Guayonje, los empinados barrancos hacia el mar (hoy motivo de curiosidad de los senderistas), o el drago del jardín de su casa de El Calvario, además de otras vivencias que tuvo en Tacoronte, tanto marcaron su infancia que se ven reflejadas en su obra pictórica. Sus estudios de bachillerato en el Instituto de La Laguna fracasan, y a pesar de las gestiones de su padre, no pasa del primer curso y renuncia a estudiar, pero no a pintar.

Con 19 años marcha a París con su hermana Antonia y su cuñado, el pintor Álvaro Fariña, para realizar labores administrativas en la empresa familiar, siendo entonces llamado a filas para el servicio militar obligatorio, que retrasa pagando cinco mil pesetas, solicitando luego una prórroga que le es denegada, incorporándose al Regimiento de Artillería hasta octubre de 1928, en que consigue autorización militar para regresar a París, donde defiende los intereses comerciales de la familia, al tiempo que descubre los encantos de las mujeres y de la vida bohemia de las noches parisinas, hasta que el fallecimiento de su padre con 25 años lo obliga a trabajar a fondo, pero no le da para vivir holgadamente y pasa hambre.

La sublevación militar del 18 de julio de 1936 lo sorprende en una pensión de Santa Cruz de Tenerife, de la que marcha caminando por la noche hasta la casa de su hermana Julia en el Puerto de la Cruz, donde se refugia hasta que logra salir con un pasaporte falso en un barco frutero hacia París, donde fija su residencia definitiva en el barrio de Montparnasse. Unos soldados preguntan por él en casa de su hermana Antonia, posiblemente por el escándalo que supuso su pintura Máquina de coser electro sexual.

En 1940 es observado por el aumento desproporcionado de su cabeza y cuerpo por el doctor Théophile Alajouanine, jefe de Neurología del hospital La Salpétrière, que lo diagnostica de acromegalia, una enfermedad rara causada por el exceso de secreción de hormona del crecimiento por un tumor cerebral que deforma el cuerpo y la cabeza. Se casa en 1945 con Maud Bonneaud y gracias a ella y a la liberación de París de la invasión nazi disfruta de los mejores momentos de su vida, alcanzando la nacionalidad francesa en 1948 e iniciando una relación muy fructífera con Picasso, al que considera el genio de la edad atómica.

Se divorcia de Maud, conoce a la escultora Nadine Effront y se separa de ésta para vivir con la vizcondesa de Noailles, que lo introduce en la alta sociedad parisina, mientras Maud se casa en Tenerife con Eduardo Westerdahl. Sumergido en el alcohol, Maud y la vizcondesa lo ingresan en un sanatorio psiquiátrico en varias ocasiones, atribuyéndosele al alcohol su comportamiento tormentoso. Sin embargo, pudiera ser que fueran los dolores y las alteraciones tan dramáticas que genera la acromegalia, con deformidad de articulaciones y cabeza y cefaleas permanentes, así como alteraciones en el estado de ánimo con depresión y ansiedad, además de su vida tan agitada, por lo que también recurriera al alcohol.

El 31 de diciembre de 1957 estaba invitado a celebrar el fin de año en una fiesta con sus amigos en París, y no acudió. Al día siguiente lo encontraron en su apartamento tendido en el suelo sobre un charco de sangre, junto a una cuchilla de afeitar, cortadas las venas de sus muñecas y tobillos. Entre la acromegalia, el alcohol y la frustración ante un reconocimiento artístico al que aspiraba que él consideró un fracaso, la idea del suicidio le rondaba desde hacía más de 20 años.

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