Cariacontecido y triste, Luis Miguel Ramis no podía ocultar su pesadumbre en sala de prensa tras la amarga derrota de los suyos. Al tarraconense no le dolieron prendas en reconocer que de nuevo una mala puesta en escena de los suyos y luego algún que otro error puntual dejó al CD Tenerife sin el anhelado ascenso. «Nos costó mucho entender lo que pedía el partido. Estuvimos muy nerviosos en la primera parte, y aunque no había habido muchas ocasiones [del Girona] se veía venir que en alguna, por insistencia, nos podíamos ir con el resultado en contra al descanso», reconoció el técnico tinerfeñista. «Y en la segunda hicimos lo más difícil», añadió en referencia al empate de Carlos Ruiz. «Estábamos bien y más volcados, pero en el playoff los errores se pagan», se lamentó de nuevo.

En su alocución con los medios Ramis se centró en el tramo de partido que transcurrió desde el tanto del 1-1 hasta que el Girona volvió a adelantarse. «Ese segundo gol nos hizo mucho daño porque es un balón que no podemos perder, y en el que luego no tenemos suerte, porque el centro le toca a José León y se cuela. No hemos tenido esa fortuna que siempre ayuda muchísimo», apuntó. «No fuimos capaces de imponernos en el partido. El gol de Carlos nos reactivó en cuanto a energía pero no en juego. Nos dio confianza que no tuvimos la confianza de la primera parte. Habíamos hecho lo más difícil y nos vinimos arriba, pero un error nos ha pesado mucho, y ya luego ha sido todo muy difícil», argumentó en esta misma línea.

Se lamentó igualmente Ramis en que los suyos no estuvieran «cómodos en la primera parte», si bien le vio otra cara al encuentro «con el paso de los minutos». «Dejamos de lado las imprecisiones, nos centramos más y concedimos menos, pero nos vimos el 0-1», se lamentó el tarraconense, que aún así observó atisbos de esperanza en los segundos 45 minutos. «Confiamos en reponernos y volver al campo sabiendo que íbamos a replegar al rival y que podíamos empatar gracias a nuestras progresiones por banda o en jugadas estrategia. Lo hicimos, pero no tuvimos suerte. A estas alturas los errores se pagan, y no hay consuelo», recalcó el entrenador tinerfeñista.

Ya apurado por la necesidad de marcar mientras el reloj corría más rápido, Ramis no escondió que «el tercer gol encajado estuvo mal defendido». «Es consecuencia de estar pensando en buscar la portería rival... Quedaba poco tiempo y defendimos mal esa acción ante un rival que fue muy fuerte y poderoso», explicó el responsable del banquillo tinerfeñista. «Para llegar hasta aquí hay que hacer muchas cosas bien; nosotros hicimos muchas, pero no las suficientes».

Cuestionado por la respuesta del público en este tramo final de la temporada y en especial en el duelo de ayer, con más de 22.000 espectadores en las gradas del Heliodoro, Ramis expresó su tristeza por no estar a la altura. «Quiero darle las gracias a la afición, a la que ha estado en el Estadio y la que se tuvo que quedar por fuera. Me alegro que les hayamos brindado unas semanas de mucha emoción», comentó el entrenador tinerfeñista. «Estamos tristes porque queríamos llegar a lo más alto, pero por momentos no nos ha dado. Ese empuje que nos dio la afición lo han notado los jugadores en un partido de mucha emoción. Estamos tristes por ellos porque el club merecía este año el ascenso», dijo igualmente.

Ramis admitió además lo «importante que es reenganchar a los seguidores blanquiazules». «Para nosotros tiene mucho valor», reiteró, antes de hacer público el deseo de «tratar de que el equipo se mantenga en esta línea para que la afición también siga estando orgullosa de este equipo». «Hemos puesto trabajo, trabajo y trabajo, pero no hemos tenido premio... Seguiremos intentándolo. Ahora toca levantarse y seguir», concluyó.

«Yo estoy agotado, pero a la vez orgulloso del trabajo de los jugadores y de cómo hemos conectado con la afición; pero no ha podido ser». Así resumía Luis Miguel Ramis las sensaciones por las que pasaba momentos después del encuentro. «Hemos derrochado mucho esfuerzo para llegar hasta aquí. Necesito descanso y olvidarme de la rutina diaria porque el desgaste ha sido agotador», expuso el técnico, que no dejó dudas de su continuidad en el conjunto blanquiazul para la temporada 22/23. «Tengo un año más de contrato, pero necesito descanso porque estoy agotado. Han sido muchas semanas intensas, pero el profesionalismo es esto y ahora ellos [el Girona] tienen la cara alegre y nosotros la amarga. Tuvimos la oportunidad pero no la hemos aprovechado», se lamentaba el entrenador tinerfeñista.

«A mí me queda lo peor»


Ramis no escondió que tuvo que hacer de tripas corazón para no derrumbarse en el momento en el que entró en el vestuario de los suyos. «Les he dado las gracias a los jugadores por el esfuerzo que han hecho, por cómo han sudado cada semana por este escudo y han reaccionado en los momentos malos y buenos. No puedo reprocharles su comportamiento», detalló el tarraconense sobre «unas palabras de agradecimiento» que no pasaron de varias frases «porque poco más puedes decir en esos momentos... Algunos de ellos no han roto, y yo todavía estoy con el partido y la emoción... Sin duda, me queda lo peor», añadió ya con la voz entrecortada.