El CD Tenerife se queda otra temporada en Segunda. Después del 0-0 del partido de ida de la final de la promoción, el Girona se impuso por 1-3 en un Heliodoro lleno, con algo más de 22.000 espectadores. Un desenlace hiriente para Ramis y para sus jugadores, para todo el tinerfeñismo, pero también justo para un rival que fue superior. 

Pocos reproches para el Tenerife. O ninguno. Trató de hacer lo mismo que le permitió moverse en la zona de promoción durante casi toda la temporada. Intentó aplicar la fórmula que desactivó a la UD Las Palmas en los dos derbis de las semifinales del playoff, y la que dejó a cero al Girona en Montilivi hace dos sábados. Se aferró a su solidez, a su capacidad para morder, salir y golpear. Lo fió casi todo al bloque, al menos mientras tuvo la ventaja del 0-0. A esa misma consistencia sobre la que había construido tantos triunfos. Y pudo haberle salido bien, pero no ocurrió. Se encontró con un oponente que, desde la primera acción, propuso y generó más, siendo igualmente fiel a su estilo. El Girona venció al Tenerife en el cuarto enfrentamiento de la temporada. En los demás mereció mejores resultados, pero fue ayer cuando logró canalizar todos sus recursos, que no son pocos, para minimizar al Tenerife y vencer.

Visto lo visto, habría que plantearse si el Tenerife llegó más lejos de lo que pudo siendo un club de media tabla en función de su presupuesto. Se exprimió y compitió en cada minuto. Y le dio para llegar a la final, pero no para subir. Por ahí, ningún reproche. Así se lo hizo ver el público brindándole una ovación a modo de agradecimiento por el esfuerzo realizado. 

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Partido CD Tenerife - Girona FC

El Tenerife emprendió una aventura hace once meses que estuvo cerca de cristalizar en uno de sus éxitos más relevantes. Y no es que fallara en el intento de dar el último paso, sino que su rival, el Girona, supo dar una zancada. Fue mejor, sin más. Premio merecido.

Y eso que el Tenerife tuvo su momento cuando, en un tramo de mayor inspiración y empuje, coincidiendo con la fase inicial de la segunda parte, embotelló al Girona y neutralizó la ventaja que había conseguido el equipo rojiblanco con un penalti anotado por Stuani (41’). Carlos Ruiz, sustituto de Sergio González en el descanso, metió al Tenerife en la eliminatoria al batir a Juan Carlos con un remate de cabeza a pase de Alexandre (59’). En ese instante, el ascenso comenzó a teñirse de blanquiazul. El Heliodoro tembló con el sí se puede. Como mal menor, la final iba a llegar a la prórroga. Y el 1-1 le daría el ascenso al Tenerife. Pero quedaba tiempo incluso para ganar. Sí, ese fue su momento.

Pero el Girona supo reaccionar. Volvió a activar el toque, la verticalidad y la calidad para hacerle daño a un Tenerife que, por cierto, a ratos recordó al de sus malas tardes en casa -ocho derrotas con la de ayer-. Justo en el peor día. El ascenso estaba para el Girona después de dos finales perdidas de manera consecutiva. Su respuesta al 1-1 fue contundente. Mollejo perdió un balón y propició un contragolpe que condujo Samu Saiz y culminó Baena con un centro envenenado que tocó en José León y descolocó a Soriano. Los de Ramis acusaron el 1-2. Para colmo, a causa de unos lanzamientos de botellas al campo, el partido quedó interrumpido unos minutos. El ambiente se enfrió y el equipo se bloqueó, al revés que un Girona que volvió a crecerse. En el 73’, Samu Saiz, más suelto y participativo -había entrado al cuarto de hora por Iván Martín, lesionado por una entrada de Alexandre-, probó suerte con un chut a media distancia. Un poco más tarde, con el Tenerife desconcertado y con más corazón que cabeza, llegó el impacto definitivo. Aleix sacó una falta y Arnau, sumándose al área, se adelantó a los centrales y dejó sin opciones a Soriano (1-3, 79’).

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Ambiente previo del Tenerife-Girona Andrés Gutiérrez

A esas alturas, las piezas empezaban a cuadrar. Todo tenía algo de lógica. En realidad, las sensaciones para los tinerfeños no fueron buenas en el arranque. En cambio, los de Míchel entraron con personalidad, llevando la iniciativa, lanzando una falta lateral y un córner para marcar el territorio. El Tenerife aguardaba en su campo, protegido con un bloque medio, instalado en su zona de confort, porque está habituado a sufrir, no está incómodo atrás. 

Los blanquiazules no improvisaron. Tampoco se esperaba otra cosa. Pero quizás llevaron al extremo su condición de bloque consistente, sin fisuras. El problema estuvo en que un rival como el Girona fue capaz de encontrarlas. 

La presión ordenada era suficiente para mostrar algo de oposición, pero el Girona había aprendido la lección y superaba de vez en cuando esa barrera con la movilidad de sus puntas. Al Tenerife no le duraba el balón. Y cuando lo tenía, no lo manejaba con sangre fría. Nervios e imprecisiones. 

El Girona seguía a los suyo, insistiendo por la banda defendida por Mellot a pierna cambiada. Al francés se le acumuló el trabajo, puede que sin la ayuda suficiente para tapar esa vía. Precisamente, el francés fue el primero de los locales que tiró a puerta. A media distancia y muy desviado (9’).

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Ambiente en las calles durante el CD Tenerife - Girona CF Andrés Gutiérrez

La tendencia no se alteraba. Es más, consolidaba al Girona como equipo dominante. Cada vez más. Incluso cuando tuvo el contratiempo de la lesión de Iván. 

Para el Tenerife era todo un desahogo sacar un córner. La acción en el 22’ se festejó en el Heliodoro como una gran cosa. Algo era algo, con tal de ver el balón cerca de la portería del portero Juan Carlos. 

Lo cierto es que, a los puntos, el Girona estaba siendo mejor. Así, las ocasiones fueron cayendo poco a poco con la advertencia de que el 0-1 estaba más cercano que el 1-0. Y eso que el Tenerife tuvo una. Al fin, un balón filtrado que dejó solo a Mario delante de Juan Carlos, algo escorado. El portero ganó el duelo. A partir de ahí, el peligro se concentró en el área local. Aleix puso a prueba a Soriano (36’) desde el balcón del área y Samu Saiz obligó al arquero sevillano a lucirse, sacando el balón de la escuadra en el 39’. Esta última acción terminó en un córner crucial. El balón rechazado fue a parar a Juanpe, quien, libre de marca, chutó con potencia entre los tres palos, pero ahí intervino Sergio para despejar con la mano. Arcediano Monescillo pitó el penalti y lo lanzó el especialista Stuani engañando a Soriano (0-1, m. 41). 

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Ambiente posterior al partido CD Tenerife - Girona María Pisaca / Andrés Gutiérrez

De camino al descanso fue un querer y no poder del Tenerife. Su mayor esperanza, una petición de penalti por manos en el área.

El Tenerife volvió con otra cara. Se decidió a llevar la iniciativa y encontró espacios frente a un Girona más conservador, dispuesto a asumir el papel de sufridor y estirarse al contragolpe. Lo cierto es que solo pudo hacer lo primero. El representativo, impulsado por la grada, fue amasando poco a poco la búsqueda de un gol con el que, como mínimo, podía forzar la prórroga. De ese modo, Carlos Ruiz culminó el mejor rato de los blanquiazules batiendo a Juan Carlos de cabeza (59’). El Tenerife se había metido en el partido y en la eliminatoria. Estaba en su momento, inclinando el pulso a su favor. Era el instante de aprovechar todos los recursos para hacer suya la final y ascender a Primera.

Pero el Girona no se rindió. Volvió a adelantar líneas, a soltarse. Y tuvo premio con el autogol de León y el posterior 1-3 de Arnau.

En poco más de 10 minutos, el Tenerife se vio obligado a marcar dos goles para ir al tiempo extra. Lo intentó, pero sin los argumentos suficientes. Como en el primer tiempo, otro querer y no poder. Y una temporada más en Segunda.

Ficha técnica:


CD Tenerife: Soriano; Moore, Sergio González (Carlos Ruiz, m.46), José León, Mellot (Alex Muñoz, m.77); Mollejo, Alexander (Andrés, m.81), Aitor Sanz, Bermejo (Elady, m.64); Mario González (Shashoua, m.64) y Enric Gallego.

Girona: Juan Carlos; Arnau (Jairo, m.90), Santi Bueno, Bernardo, Juanpe, Valery; Aleix García, Pol Lozano, Iván Martín (Samu Saiz, m.18) (Víctor Sánchez, m.84); Alex Baena (Terrats, m.90) y Stuani(Bustos, m.84).

Goles: 0-1, M.41: Stuani, de penalti. 1-1, M.59: Carlos Ruiz. 1-2, M.68: José León, en propia puerta. 1-3, M.80: Arnau.

Árbitro: Dámaso Arsediano Monescillo (Comité Territorial Castilla-La Mancha). Amonestó a los locales Alexander (m.13), Enric Gallego (m.31) y Sergio González (m.41), y por parte visitante a Juanpe (m.31), Alex Baena (m.68) y Aleix García (m.89).

Incidencias: Partido de vuelta del segundo Playoff de ascenso de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 22.083 espectadores.