Sonsoles Ónega y Alfonso Goizueta, ganadora y finalista del Premio Planeta, aterrizan en el Teatro El Sauzal

La periodista Sonsoles Ónega y el historiador Alfonso Goizueta desvelan algunos de los secretos de los libros vencedores en el acto organizado por la librería El barco de papel

Alfonso Goizueta y Sonsoles Ónega en el Teatro El Sauzal

Alfonso Goizueta y Sonsoles Ónega en el Teatro El Sauzal / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

El Premio Planeta regresa a Tenerife. Por segundo año consecutivo, el Teatro El Sauzal acogió un encuentro con el ganador y finalista del que se ha convertido en el premio literario más importante y que este año ha tenido como protagonistas a la periodista Sonsoles Ónega, autora de la novela ganadora Las hijas de la criada, y el finalista Alfonso Goizueta, quien también presentó en la tarde del sábado 13 de enero La sangre del padre. La librería El barco de papel, organizadora del acto, recibió el primero de los aplausos de la velada, que dio comienzo pasadas las seis y media de la tarde. Este negocio lleva varios años encargándose de traer hasta la Isla a los ganadores del galardón literario.

Este acto, que llenó al completo el patio de butacas del Teatro El Sauzal, trajo de nuevo a los dos escritores a Tenerife, quienes rememoraron precisamente sus primeras visitas a las Islas. El joven Alfonso Goizueta reconoció que este fue el primer viaje en avión que realizó hace ahora 20 años, cuando tan solo tenía 3 años, para celebrar unas fiestas navideñas. Por su parte, Sonsoles Ónega coincidió con el finalista en que este había sido su primer viaje en avión: «Vine con mis padres a ver el Teide y siempre conservaré de Tenerife el primer recuerdo de un avión y de una isla maravillosa». No obstante, esta es la primera vez que la periodista y escritora acude para presentar uno de sus libros y afirmó que «en Canarias siempre he percibido un cariño especial».

Esta visita a Tenerife es tan solo una parada más en la gira de los ganadores del Premio Planeta. «Está siendo una experiencia impresionante», afirmó Sonsoles Ónega quien, a pesar de su trayectoria literaria está asumiendo este viaje «con incredulidad». Durante la tarde, los dos autores tuvieron palabras amables para los lectores, «que al final son los que se llevan los libros a casa y sin lectores no habría literatura», afirmó la ganadora del Premio Planeta.

Tanto Las hijas de la criada como La sangre del padre dialogan porque comparten unos temas comunes, como la familia. Las mujeres poderosas también aparecen en estas dos reconocidas novelas ya que, recordaron sus autores, «eran las matriarcas las que sostenían las dinastías» que aparecen reflejadas en el libro finalista, mientras que «las mujeres fuertes están tanto en el siglo IV a. C. como en las conserveras del siglo XX en Galicia», resumió Goizueta.

Cuando Sonsoles Ónega recibió el Premio Planeta el pasado mes de octubre en Barcelona, lo dedicó «a las escritoras con hijos y a los hijos de las escritoras». «Fue un momento precioso poder decirlo», afirmó y recordó que «durante siglos las mujeres han padecido ese dolor interno durante el proceso de creación porque expulsa al entorno más cercano. Escribir es algo que se hace en soledad y en silencio, y eso es doloroso». Sin embargo, la periodista lanzó un mensaje positivo al público del Teatro El Sauzal: «Que las mujeres que sientan la necesidad de crear no renuncien ni se rindan».

La autora reconoció que, al comenzar a escribir, «no sabía hacia dónde me iba a llevar la historia» y no sabía que iba a terminar adentrándose tanto en el mundo de la conserva o de la pesca en Galicia. «Todo el horizonte de la conserva gallega es de las mujeres», destacó quien realizó un sentido e íntimo homenaje a las mujeres a lo largo de su proceso de escritura.

La novela finalista La sangre del padre ha sido un proyecto de tres años de trabajo con el que el joven Alfonso Goizueta se estrena en la literatura y que ya lo ha colocado en todas las listas de libros más vendidos gracias a su reconocimiento en los Premios Planeta. Él ha sido el gran desconocido de esta edición del galardón. «Para mí ha sido una lotería doble», por el galardón y por la persona con la que ha podido compartir esta experiencia, Sonsoles Ónega: «Este pedazo de persona, que es un terremoto de energía». «Tenemos una misma frecuencia emocional y compartimos un montón de cosas», celebró la ganadora del Planeta quien aseguró que ha aprendido mucho del joven.

Alfonso Goizueta, con solo 23 años, ha estudiado Historia y Relaciones Internacionales en Londres y cuando terminó la carrera, en 2020, en plena pandemia, comenzó a hacer un doctorado que terminó tan solo diez días antes de que se fallara el Premio Planeta. Curiosamente su doctorado se centró en Cuba, donde transcurre parte de la historia de Ónega. «Es un tío muy formado y muy leído a pesar de su juventud», afirmó la ganadora quien aseguró que «lleva dentro la pulsión de escribir».

El acto arrancó con un momento sonoro en el que el saxofonista cubano Vladimir Arioza interpretó dos piezas que trasladaron al público a los escenarios de los dos libros ganadores de la última edición del Planeta. La velada finalizó, además con la firma de libros por parte de los protagonistas de la jornada y con fotos para todos los asistentes.