El mejor truco para tener unos labios hidratados durante todo el día

Si quieres evitar que tus labios se agrieten, deberás utilizar esta técnica

Una sonrisa, en primer plano.

Una sonrisa, en primer plano. / Canva

Con el frío y los cambios de tiempo, es normal que la piel se sienta más seca. Aunque solemos poner empeño en la cara y el cuerpo, a veces nos olvidamos que los labios también son muy sensibles y es necesario cuidarlos como se merecen para que estén perfectamente hidratados.

Si notas que tus labios están ásperos y tienen un tono blanquecino, debes poner remedio para evitar que esta situación vaya a mayores y que puedan llegar a agrietarse.

Las causas

Tener los labios agrietados es algo que puede sucedernos a todos, ya que esta situación, llamada queilitis, se produce cuando se vuelven sensibles a condiciones externas, como el frío y el sol, aunque también puede ser una reacción a algún alérgeno del lápiz labial u otro producto.

Una mujer se aplica un bálsamo labial.

Una mujer se aplica un bálsamo labial. / Canva

Esta es una situación a la que debemos poner freno, ya que este agrietamiento puede llegar a ser doloroso y a veces no basta con un cacao labial.

Remedios

Una de las cuestiones más importantes que debes realizar para evitar que tus labios se agrieten es exfoliarlos, algo que solemos hacer con el resto de la cara, pero que olvidamos hacerlo también en los labios.

Así, lo más probable es que cuando nos damos cuenta de que tenemos los labios dañados usemos un cacao o bálsamo labial para intentar revertir esta situación. Sin embargo, no nos damos cuenta que estamos utilizando este producto sobre una piel ya dañada y con la piel muerta, por lo que podríamos decir que estamos malgastando mucho producto,

En este sentido, es importante exfoliar primero los labios para retirar toda esta piel muerta y, entonces, el bálsamo será mucho más efectivo.

Para ello, hay muchos productos específicos en el mercado, aunque ten en cuenta que los labios son muy sensibles, por lo que tampoco se debe hacer de forma continuada para evitar el efecto contrario.