Opinión | Gentes y asuntos

Dónde está el Volcán

Panorámica de la erupción del volcán Tajogaite.

Panorámica de la erupción del volcán Tajogaite. / E.D.

Para el entendimiento general, los palmeros señalamos en singular la última erupción; ese es el Volcán y estamos en el turno del que, el 21 de septiembre de 2021, reventó en los altos de El Paso, señalado con el nombre global de Cabeza de Vaca desde el siglo XVI y propiedad que fue de la dama de ese apellido, desposada con el conquistador Marcos Roberto de Montserrat, nombre capital de la historia palmera.

Cuando el presidente Pedro Sánchez habló de la localización del futuro Centro Vulcanológico Nacional desde la concapital de Canarias y, en concreto, desde el Cabildo Insular se lanzaron en pos de su localización en Tenerife que, por algo es lo que es y, como consuelo, se dijo que «no había problemas porque La Palma estaba muy cerca». Es cierto; tanto como que ambas están a la misma distancia. Para avalar esta pulsión centralista que traiciona el espíritu del Estado de las Autonomías se recurrió a los técnicos empleados de un centro científico que patrocina la corporación y que invocaron la peligrosidad del Teide, en el ranking mundial, como razón determinante de su emplazamiento. Se olvidaron de que, en la catarata de informaciones escritas y orales de ese órgano, se había señalado La Palma, otra vez La Palma, como el lugar con más posibilidades para registrar la próxima erupción.

Desde el pasado febrero, la consejera de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Nieves Lady Barreto, había anunciado que la Comisión Mixta para la Reconstrucción había expresado de modo unánime su voluntad para que se cumpla el dictamen del Parlamento de Canarias que solicita ubicar el Centro Vulcanológico Nacional en La Palma. Después del anuncio, a Dios gracias, no han vuelto las lógicas y egoístas pretensiones, ni han salido a la palestra las expresiones voluntaristas y, según prestigiosos colegas de rango internacional, desenfocadas sobre el asunto. Por eso, porque el silencio de los comprensibles patriotas de la hospitalaria isla mayor, lo hago ahora, con el debate cerrado por el Parlamento que representa a todos los canarios y por el Gobierno que asume el dictamen unánime de los científicos y los políticos integrados en la citada comunicación.

En fin, sabemos dónde está el Volcán, en la cordillera de Cumbre Vieja, que es, con alguna otra isla del área macaronésica, el territorio con mayor actividad volcánica; y sabemos dónde se va a construir el futuro centro, ya sin ruido ni pataletas patrioteras, con razones y criterios de estricta justicia.

Bien por la consejera, la comisión y el ejecutivo canario. Viví todas las incidencias de la localización del Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, desde el diario palmero de ocho páginas que dio las primeras noticias y, después, en este periódico y en la televisión única, a las obras, la inauguración y los hallazgos en la bóveda celeste.

Recuerdo con ternura y humor las reflexiones y reivindicaciones de un famoso político tinerfeño, ejemplo de patriotismo y memoria de la eficacia, que me razonaba que el Observatorio debería estar en Tenerife, «porque el Teide era mucho más alto –3.715 metros sobre el nivel del mar– que la cima palmera». Le repliqué con respeto y con el sincero cariño que le profesaba que, por esa regla, todos los observatorios y los telescopios deberían estar en el Himalaya. Al principio se cabreó pero, a los cinco minutos, se reía estrepitosamente de su propia sugerencia. Era un gran tipo, un patriota con sentido que le salía después de las expresiones de rendido amor a su tierra.