Opinión | La cantina ilegal

Los días de Don Carnal

Concurso de comparsas de Santa Cruz.

Concurso de comparsas de Santa Cruz. / Andrés Gutiérrez

Ya me imaginaba que la de ayer iba a ser una noche movidita. Según acabó el concurso de comparsas, la gente empezó a invadir mi Cantina como si fuera el primer día de rebajas en unos grandes almacenes; por momentos, tratar de escuchar alguna conversa se me hacía imposible hasta que se me acercó Pepo el Flaco.

Con Pepo estuve charlando acerca del debate que hay sobre la mesa, en especial con los diseñadores, de la conveniencia de fijar las fechas del Carnaval de manera fija en febrero o seguir fieles a la tradición y que se celebren tomando como referencia el calendario de la semana Santa. Sin duda, una fecha fija en febrero sería ideal para la organización de los grupos, para los artesanos y costureras o para los diseñadores de las fantasías ya que evitaríamos un carnaval como éste, pegado a la Navidad. La idea de tener más tiempo entre una celebración y otra gana cada vez más adeptos. En otro lado se encuentran los que se niegan a perder otra tradición más y que dejemos de ser de las pocas carnestolendas, por no decir las únicas, en las que doña Cuaresma vence a Don Carnal el miércoles de ceniza, cuarenta días antes del comienzo de la Semana Santa, cuando los excesos y desmadres de aquel, arden en el fuego de la sardina poniendo punto y final al carnaval oficial; argumento éste contrarrestado por quienes dicen que esa tradición carece ya de sentido pues la fiesta continúa, con la piñata, inmersos en plena cuaresma.

Ojalá nos equivoquemos pero El Flaco y yo estamos convencidos de que, más tarde o más temprano, obviaremos el calendario litúrgico cristiano, que es quien fija la semana santa, e incrustaremos en pleno febrero los días de Don Carnal.