Pedrito el mediador

Los Cornucas Atómicos, ganadores del concurso La Canción de la Risa.

Los Cornucas Atómicos, ganadores del concurso La Canción de la Risa. / Andrés Gutiérrez

Pedro Mengibar

Pedro Mengibar

Tal y como era de esperar, mi cantina vivió anoche una de esas noches en las que parece que el coso apoteosis del carnaval atraviesa mi negocio. Una vez acabada La Canción de la Risa, esto se convirtió en un hervidero de gente que, como es lógico, opinaban del fallo del jurado y de las actuaciones de unos y otros.

Hubo un momento en el que las opiniones se mezclaban con las de las murgas adultas e infantiles y la cosa se convertía en un totum revolutum en el que, por más que pusiera la oreja, era difícil descifrar las conversas que se producían; hubo algún momento en el que incluso tuve que mediar para que la cosa no fuera a mayores y es que hay gente que no encaja bien la opinión de los demás, si no coincide con la suya.

El asunto se ha agravado en los últimos años con la aparición de jurados paralelos o alternativos que, a veces queriendo, a veces sin querer, opinan al límite de la falta de respeto. ¿Que hay murgueros que critican todo lo que se les ocurre y luego no encajan bien la crítica? Si. ¿Que hay opinadores a los que a veces se les va el baifo? También; y luego estoy yo, mediando entre unos y otros, a los cuestionados pidiéndoles que no se lo tomen a mal, que opinar es sano, y a los que opinan solicitándoles que piensen que los grupos no son profesionales y que su sacrificio por la fiesta y su amor por el carnaval, merecen un trato mejor.

Por eso muchos de mis clientes, cuando me ven corriendo a la mesa del fondo a poner paz en medio de una discusión, se ríen y me señalan diciendo: Ahí va otra vez Pedrito el mediador.