Opinión

La piedra angular de la recuperación

Los ajustes no pueden aplicarse en todos los territorios de modo «café para todos»

Diferentes billetes.

Diferentes billetes. / PIXABAY

Cuando se habla de ajustes presupuestarios, se hace bajo criterios que afecten al gasto corriente o la inversión, asumiendo la necesidad de un saneamiento fiscal, sobre todo para un territorio con alta deuda.

Un ojo puesto en los efectos de la reducción de la referida deuda y otro en la necesidad de inversión pública y privada para transformarnos y perdurar.

Los ajustes no pueden aplicarse en todos los territorios de modo «café para todos» unos necesitarán estímulos fiscales, otros necesitarán inversiones. La suma del progreso de todos ellos son el progreso de la comunidad y no sólo preservar el nivel de esfuerzo fiscal.

Invertir es la piedra angular de la recuperación que, junto con la transformación verde y digital y las reformas estructurales, nos permitirán recuperar competitividad y productividad, complementándose entre las distintas administraciones públicas para evitar el solapamiento de medidas y apalancarlas de manera eficiente, unas con otras.

Estas políticas deben emplearse para fortalecer la recuperación y nunca para castigar. Decidir conlleva elegir, pero no suprimir o castigar.

Permutar las ayudas aplicadas para superar la crisis por estímulos para la recuperación.

Es el momento de proyectar un territorio competitivo y no, simplemente, consumista.

La solución no se basa solamente en analizar datos macroeconómicos sobre lo que ya pasó, sino en consensuar y aplicar medidas sector a sector, territorio a territorio, con el catecismo de la eficiencia en una mano y la sensibilidad con las familias, los autónomos, las pymes y las grandes empresas en la otra.

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