Acoso laboral

Dimite el vice primer ministro británico tras las acusaciones de acoso laboral

Las sospechas sobre Dominic Raab se remontan a su etapa como ministro de Exteriores aunque la investigación comenzó en noviembre de 2022

Dominic Raab, exviceprimer ministro de Reino Unido.

Dominic Raab, exviceprimer ministro de Reino Unido. / EP

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El vice primer ministro de Reino Unido y responsable de Justicia, Dominic Raab, ha anunciado este viernes su dimisión tras ser acusado de acoso laboral, si bien considera que el investigador que ha examinado su caso ha puesto "demasiado bajo" el listón para hablar de presiones e intimidaciones, lo que puede sentar un "peligroso precedente" y dar pie a otras denuncias "espurias" contra altos cargos.

Las sospechas sobre Raab se remontan a su etapa como ministro de Exteriores, si bien la investigación comenzó en noviembre de 2022. Antiguos compañeros relataron situaciones de intimidación y malas formas, lo que ha quedado por escrito en un informe que ha aumentado la presión sobre Raab y sobre el primer ministro, Rishi Sunak.

"Creo que es importante cumplir mi palabra", ha dicho Raab, que se había comprometido a dar un paso atrás si las pesquisas le atribuían algún tipo de exceso. En su carta a Sunak, ha defendido sin embargo su labor, alegando por ejemplo que un ministro debe ejercer una "supervisión directa" cuando hay situaciones relevantes, como ocurrió en su caso "en las negociaciones del Brexit sobre Gibraltar".

Asimismo, ha explicado que un ministro también tiene derecho a ser crítico con sus subalternos, "dentro de unos límites razonables". En este sentido, ha lamentado el "estrés o la ofensas no intencionadas" que hubiese podido generar, pero ha resaltado que el informe no ha constatado ninguna situación de insultos, gritos o "intimidación física".

Raab ha aprovechado su despedida para reiterar su apoyo a Sunak, que "ha demostrado ser un gran primer ministro en tiempos muy complicados". "Puedes contar con mi apoyo desde el escaño", ha remachado, dando a entender que seguirá como diputado en la Cámara de los Comunes pese a su salida del Ejecutivo.

Por su parte, Sunak ha confirmado en una segunda carta y "con gran tristeza" que ha aceptado la dimisión de Raab, recordando que cuando llegó al cargo en octubre lo hizo con el compromiso de gobernar con "integridad, profesionalidad y rendición de cuentas". Es en este compromiso en el que enmarca que fuese él mismo quien ordenase la investigación por el supuesto acoso.

"Está claro que ha habido fallos en el proceso histórico que han afectado negativamente a todos los implicados. Deberíamos aprender de esto y manejar estos asuntos mejor en el futuro", ha afirmado el 'premier', sin criticar directamente el papel de Raab, al que incluso ha instado a sentirse "orgulloso" de los logros conseguidos.

"Siempre estaré agradecido por tu firme apoyo personal durante la carrera por el liderazgo del Partido Conservador el año pasado", ha añadido.

El reto para Sunak

La oposición había reclamado el cese de Raab en varias ocasiones, pero fuentes de Downing Street han aclarado a la BBC que el jefe de Gobierno no ha pedido nada en este sentido a su ministro, que durante los últimos meses ha sido una figura clave tanto en su campaña para ascender al poder como dentro de la Administración.

Sunak llegó a Downing Street con la promesa de una nueva gobernanza y de marcar distancias con los estilos de sus predecesores, en particular Boris Johnson. Sin embargo, en los últimos meses se ha visto envuelto ya en varias polémicas internas y los sondeos siguen dando una amplia ventaja al Partido Laborista de cara a futuras elecciones.

Sunak debe ahora cubrir la vacante de Justicia, una cartera que habitualmente está reservada a políticos experimentados, aunque no tiene necesariamente que nombrar a un 'número dos' oficial del Gobierno, ya que el cargo de vice primer ministro no está presente en todos los gabinetes.

El líder laborista, Keir Starmer, ha asegurado que la dimisión de Raab evidencia la "debilidad" del primer ministro y ha instado a ir más allá, ya que considera que "no importa cuántas veces cambia a las personas al cargo" y es necesario que los 'tories' abandonen el poder.