Los bajos sueldos y la falta de guarderías sitúan a Canarias a la cabeza del aumento de excedencias en España

Trabajar y cuidar de un familiar a la vez se vuelve cada vez más difícil en Canarias. El año pasado, el Archipiélago encabezó –tras Galicia (+32,6) y Cantabria (+25,6%)– el aumento de las solicitudes de excedencias en el país con una fuerte subida del 22,5% y la tramitación de 16.589 permisos, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Si bien el alza de estos permisos supone a priori el éxito de una medida dirigida a proteger a los trabajadores, esconde muchas de las dificultades que existen en cuanto a conciliación se refiere en estas comunidades: desde los bajos salarios que no permiten pagar guarderías, pasando por la baja implementación de la educación gratuita de cero a tres años y los malos horarios laborales. 

Con el segundo salario más bajo de España, los trabajadores del Archipiélago tienen grandes dificultades a la hora de costear guarderías o contratar a un cuidador. El Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo publicado ayer muestra que un canario cobra, de media, 1.630 euros mensuales netos. Solo en Extremadura el sueldo es menor, con 1.533 euros. Coincide además que en aquellas comunidades donde los salarios son más bajos, el número de excedencias se incrementó en mayor medida el año pasado. Además, en el conjunto del país estos permisos aumentaron un 15,5% y se registraron un total de 54.796 solicitudes.

Para el geógrafo José León García, una de las principales razones por las que las excedencias crecen tanto en las Islas pese a la disminución del número de hijos es «porque la población las necesita». Es decir, los isleños «se ven obligados a utilizar las ayudas públicas para hacer frente al cuidado de los hijos o de las personas mayores. Han hecho de la necesidad una virtud», expone.

El geógrafo José León García afirma que es la «necesidad económica» la que impulsa los permisos

Cuando no es posible dedicar parte del sueldo al pago de una guardería, la gratuidad de la Educación Infantil de cero a tres años cobra mayor importancia. Canarias ha tratado de ponerse las pilas en este sentido y el número de nuevas plazas abiertas en el curso 2023/2024 para el primer ciclo (de dos a tres años) asciende a 558. «Las plazas que existen son pocas todavía y es normal que las personas se acojan a las ayudas al no alcanzar a todos este servicio público», valora García.

Aquellos progenitores que sí disponen de recursos económicos pueden plantearse el pago de una guardería. «Aunque en Canarias son pocas y caras», aclara García. Las que son de carácter municipal oscilan entre los 300 y los 800 euros mensuales. Pero no basta con tener dinero, también hay que tener horarios que permitan conciliar. Ni turnos de tarde, ni rotativos, ni mucho menos jornadas en fines de semana son propicias para compaginar el cuidado de un familiar con el trabajo. En Canarias, donde la mayoría de los empleados pertenece al sector servicios, estos horarios desfavorables son una tónica general. Para contrarrestar esta situación, el Gobierno de España amplió el derecho a la adaptación de jornada el pasado verano.

Reparto desigual

Los cuidados siguen teniendo rostro de mujer en España. El 84% de las personas que piden una excedencia para cuidar de hijos u otros familiares son mujeres, frente al 16% de hombres. En Canarias se sigue produciendo este reparto desigual de los cuidados pero hay un dato llamativo: es la comunidad donde más se está equilibrando la balanza. El 73% de quienes solicitan estos permisos en las Islas son mujeres, mientras que el 27% restante son hombres. 

La progresiva búsqueda de la igualdad en las Islas es un aspecto que valora José León García, pues supone que es una sociedad que «avanza» y va dejando atrás «ese corte tradicional» que caracteriza al conjunto del país. Aunque matiza que el equilibro va llegando de forma «lenta» y gracias a medidas como el permiso por nacimiento y cuidado de menores de 16 semanas para ambos progenitores, que entró en vigor este mes de enero. «En el cuidado de los hijos el cambio está siendo notable, pero todavía se camina muy despacio en cuanto al cuidado de los mayores», aclara.

La falta de equidad en el reparto de los cuidados deriva en lo que se conoce como «escaleras rotas», que implica el fin del ascenso en la jerarquía empresarial de las mujeres en el momento en que se convierten en madres o en el que tienen que cuidar de sus progenitores u otros familiares. Asimismo, este es uno de los motivos que deriva en la brecha salarial por la que las mujeres cobran un sueldo más bajo. «Es una realidad que seguimos viendo y que hace que ellas lleguen a ocupar puestos directivos en menor medida», apunta el geógrafo. 

Para cambiar este paradigma, García invita a las instituciones públicas y a los medios de comunicación a hacer una «mayor pedagogía», porque «tienen la capacidad de difusión que permitiría acelerar el proceso y que hubiera una mayor división de las tareas». 

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