Cuando ganar es una obligación

El Tenerife confía en que el Amorebieta sea rival propicio para cortar una mala racha que se extiende hace cinco semanas

El cuadro vasco suma dos meses sin vencer, pero llega reforzado por su empate en Gijón

Enric Gallego.

Enric Gallego. / Carsten W. Lauritsen

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Momento de reaccionar. La victoria es casi una obligación para el CD Tenerife después del pinchazo mayúsculo ante el Villarreal B en el primero de cinco partidos consecutivos antes rivales instalados en la zona baja. También lo está el Amorebieta, vicecolista con 11 puntos y que no vence desde septiembre, pero reforzado en el ánimo tras dar la cara en El Molinón y arrancar un punto en el siempre difícil feudo del Sporting. De momento no peligra el puesto de Haritz Mujica, que asumió las riendas tras la destitución de su jefe, Íñigo Vélez de Mendizábal.

El Tenerife confía en que el partido de hoy en Lezama –territorio donde ya ganaron Eibar o Huesca– sea el escenario propicio para cortar una mala racha que se extiende por cinco jornadas y que ha puesto en duda la etiqueta de aspirante del representativo. Uno de sus grandes males es la falta de gol (14 dianas en 15 partidos) y la escasez de fuentes anotadoras (han visto portería solo seis de los futbolistas blanquiazules). Con los números en la mano, el lugar idóneo para quebrar la sequía es justamente ante el Amorebieta, que ha encajado la friolera de 32 dianas.

Durante los días previos al partido, la principal misión de Garitano ha sido recuperar el ánimo de los suyos, muy golpeados tras el inesperado tropezón en casa contra el filial del Villarreal y lastrados una vez más por las bajas. Por enésima ocasión vuelven a ser multitud los hombres indisponibles para ser convocados (Waldo, Luismi Cruz o Dauda, entre otros). Lo que nadie podía esperar es que a las bajas ya confirmadas se uniesen otras «por malas sensaciones», las que ayer apartaron de la convocatoria a Medrano o Mellot, que han sido muy relevantes para el cuadro técnico casi cada vez que han estado aptos para jugar.

Como ya ocurrió una jornada atrás, el gran debate respecto a los planes de Asier tiene que ver con la opción de que pueda cambiar su dibujo habitual (ha mantenido inalterada su apuesta por el 4-2-3-1 en las 15 alineaciones de la temporada) para optar por dos puntas e insistir así en la probada vulnerabilidad del rival. En este sistema sí tendría cabida el dueto Enric-Ángel, con el lagunero pidiendo paso desde hace semanas y convertido por méritos propios en el delantero más eficaz por minuto jugado (ya suma cuatro tantos y no ha sido titular fijo nunca).

Nadie antes de empezar la contienda quiere situarse en una hipótesis infeliz de derrota o empate. Pero saben bien en el Tenerife que agrandar la mala racha por una semana más traería problemas serios para la credibilidad del proyecto y del propio Asier, pero sobre todo para el propósito colectivo de mantenerse siempre cerca o dentro de la zona noble.

Ahora a dos puntos de la sexta plaza, el cuadro blanquiazul podría recuperar el sitio perdido si acierta a abrochar esta tarde su tercera conquista del curso (antes ganó en Andorra y Huesca, sus dos primeras salidas). El peligro de no lograrlo es despeñarse en la clasificación y que la endeblez anímica se convierta en depresión. Partido asequible y clave a la vez. Si el Amorebieta está en apuros, el Tenerife también.

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