Remontada incompleta del CD Tenerife en Anduva

El equipo de Asier Garitano logra sumar un punto después de igualar con un gol de Ángel un tempranero tanto del Mirandés. Es el primer empate de la temporada (1-1).

Julio Ruiz

Julio Ruiz

El CD Tenerife había avanzado en las diez primeras jornadas de Liga sin empates. Siete victorias y tres derrotas. Estaba claro que más pronto que tarde, ese signo se iba a cruzar en su camino. Lo raro estaba siendo lo otro. El equipo salió de Anduva con un punto (1-1). Según se mire, de esos que saben a poco, porque los blanquiazules supieron reaccionar después de encajar un gol tempranero y no solo no se conformaron con eso, sino que pusieron mucho de su parte para intentar que la remontada no fuera incompleta. Probablemente, no lo suficiente, ya que les faltó frecuencia en el remate, una marcha más para ganar el duelo.

El paso corto dado en Miranda de Ebro –no será el primero en lo que queda de calendario– deja al Tenerife con 22 puntos de 33 posibles. Ya no es líder, pero como recordó Garitano hace unos días, estar al frente de la tabla ahora no garantiza nada. Lo que cuenta es viajar en el pelotón de cabeza, coger posiciones para el asalto final, y ahí sigue firme el representativo a las puertas de enlazar los encuentros con el Levante, Elche y Valladolid, los dos últimos, fuera.

El partido de Anduva estaba abriendo los ojos, despertando de la siesta, cuando cayó el primer gol sin previo aviso. Demasiado pronto para hablar de una salida fría del Tenerife o de un inicio enérgico del Mirandés. Sin que se hubiera cumplido el minuto 2, el equipo local concentró toda su energía en su mejor alternativa de ataque, Gabri. El veloz extremo hizo lo que pocos suelen hacer, superar en la carrera a Mellot. Metió un centro raso al área pequeña y el balón, sin rematador en esa zona, fue a parar a Álvaro Sanz, que batió a Soriano llegando desde atrás, libre de marca. Amo había intentado cortar el pase y tanto Williams como Medrano estaban vigilando a los suyos. El goleador había irrumpido en solitario, en medio de Waldo y Corredera. ¿Error defensivo?¿Acierto del Mirandés? Un poco de todo, como pasa en a mayoría de los goles, para colocar al Tenerife en un escenario nuevo, la obligación de remontar un encuentro casi desde el comienzo.De hecho, no está acostumbrado a tener el marcador en contra.

El tempranero 1-0 había dejado en un segundo plano el análisis de la apuesta de Garitano. El técnico, de regreso al campo en el que logró el ascenso a Primera con el Leganés, había optado por situar a Roberto López como interior o extremo derecho, demarcación para la que no pudo contar con Luismi Cruz ni con Dauda –lesión y sanción–. Con el zaragozano en un lugar diferente, el técnico dio luz verde a la coincidencia de Enric Gallego y Ángel Rodríguez por primera vez en una alineación titular.

Con estos argumentos y sin verlo venir, los blanquiazules tuvieron que ponerse manos a la obra para reconducir una situación que se había complicado de manera imprevista. Y lo hicieron llevando el dominio del juego, por necesidad y seguramente también por la conveniencia de un Mirandés dispuesto a aprovechar su mínima renta para protegerse y sorprender con algún contragolpe. Esa posición de partida, la de un rival ordenado en su campo, fue otro inconveniente añadido para un Tenerife que, visto lo visto, resulta más dañino en transiciones rápidas que con ataques elaborados. Aún así, no tardaron en encadenarse remates a puerta, casi todos desde fuera del área y carentes de verdadero peligro. Lo fueron intentando Waldo (7’), Álex Corredera (9’), Ángel (12’), Roberto López (15’)... Más intenciones que otra cosa por parte de un Tenerife que le ponía empeño, pero que no era capaz de sorprender. Es un equipo hecho para correr que se encontró en la tesitura de ir superando líneas, palmo a palmo, sin poder generar llegadas lo suficientemente limpias. A todas estas, el Mirandés se iba sintiendo cada vez más cómodo en ese papel. Iba aprobando su asignatura pendiente, la de ser sólido atrás. Incluso llegó a estirarse más de una vez. Tanto, que por momentos pareció más cercano el 2-0 que el 1-1. Porque el conjunto jabato pudo montar un contragolpe en el minuto 33, mal resuelto por Ilyas Chaira, y Soriano tuvo que intervenir para despejar un remate cruzado de Miguel Baeza en otra contra (38’).

Fue entonces cuando las conexiones blanquiazules dieron resultado. El partido avanzaba hacia el tiempo de descanso con pinta de hacerlo con el 1-0. Pero lo evitó Ángel con un primer toque, en el punto de penalti, que dejó sin opciones al portero Ramón Juan. La asistencia se la apuntó Mellot en una de sus habituales galopadas por la banda derecha. El empate hacía justicia en una primera parte que le iba a dar un disgusto más a los tinerfeños, la lesión de Medrano en una acción defensiva. El lateral se llevó la mano a la parte trasera del muslo y pidió el cambio.Asier reaccionó enseguida y sustituyó al madrileño por Nacho.

La dinámica del encuentro fue diferente tras el intermedio. El Mirandés tuvo una actitud menos conservadora. Se dejó llevar y se abrió. Ya no tenía una ventaja que proteger y debía arriesgar un poco más. Pero inquietó menos de lo deseado a una zaga visitante fiable. Apenas lo hizo con un remate de Martón (73’) que salió alto y otro de Godoy (87’) que no cogió camino. La producción visitante tampoco fue mucho más alta, a pesar de que los blanquiazules fueron inclinando la balanza a su favor poco a poco a base de balón. Como en la primera parte, les faltó algo de precisión en el último pase, ruptura, una llegada en ventaja... Waldo lo intentó en el 62’ tras recibir un pase de Gallego. Nada. Al rato (76’) fue Álex Corredera el que ajustó su puntería con un lanzamiento desde la frontal del área. Nacho también puso a prueba a Ramón Juan con el mismo éxito que los citados compañeros (77’).

El Tenerife había evolucionado con movimientos novedosos en la alineación, con Loïc Williams desempeñando la función de lateral izquierdo y Nacho ejerciendo de extremo en esa misma banda. Para ello, Sergio González había bajado a la defensa y Bodiger había entrado para acompañar a Corredera en el centro del campo. Además, Garitano había prescindido de la referencia de Gallego. Puso a Ángel como único delantero y devolvió a Roberto López a su posición natural, la de mediapunta. De esta manera, el Tenerife fue superior al Mirandés en la media hora final. Tuvo la pelota y la voluntad de marcar el segundo gol en medio de la espesura. Pero le faltó algo más para dar ese paso definitivo. Ya en el tiempo de alargue, Asier tocó una tecla más con el Alassan. El canterano del dribling llegó intervenir un par de veces y provocó una falta cercana al área. Tampoco así hubo manera de alterar un resultado de esos que, dada la igualdad que caracteriza a la competición, suelen darse de vez en cuando independientemente de las aspiraciones de los equipos. Los empates también valen.