El CD Tenerife gana en Huesca y coge vuelo

El equipo blanquiazul se impone en El Alcoraz con goles de Roberto López y Waldo Rubio

Los de Asier Garitano logran un pleno de puntos en las dos primeras jornadas de Liga

Enric Gallego y José León, en Huesca.

Enric Gallego y José León, en Huesca. / LaLiga

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Dos jornadas de Liga, un par de triunfos, tres goles a favor y ninguno en contra... Pero no solo es eso. Hay algo más: sensaciones prometedoras, un funcionamiento grupal convincente, una madurez poco habitual en fechas tan tempranas... Sí, el Tenerife ha empezado bien la Liga. En el debut derrotó al Oviedo y este lunes ganó a domicilio al Huesca. El tiempo dirá si es un anticipo de un final feliz. Aún es pronto. De momento, ya es más que suficiente haber entrado con buen pie en la competición, un factor cada vez más influyente en la agotadora carrera por destacar entre los mejores del pelotón.

El de Asier Garitano no es un Tenerife que salga al campo a esperar que pasen cosas. Las provoca. O lo intenta, que ya es algo. Entra en escena con personalidad y lleva a la práctica su idea con determinación, sin dejar pasar ni un segundo. Adelanta la defensa y ejerce una presión alta, ahogando la salida de equipos que, como el Huesca, procura elaborar desde su portería. Así, queda la sensación de que es el Tenerife el que manda. Se vieron indicios en el debut ante el Real Oviedo y también en El Alcoraz. Cuando le conviene, cuando lo busca, el balón está más tiempo en el campo contrario, en zona de riesgo para el adversario, y ahí puede pasar de todo, porque jugadores como Corredera, Roberto Torres, Waldo, Luismi Cruz o Enric Gallego, por citar a los titulares en las dos primeras jornadas, se las arreglan para culminar toda esa propuesta con alguna ocasión, con algún gol. En el tramo inicial, hasta el 0-1, fueron los blanquiazules los que más insistieron en el remate. Cierto es que lo hicieron sin puntería –Waldo, Sergio, Roberto López y Enric Gallego–, pero fueron avisando, poniendo en aprietos a la defensa de cinco jugadores del conjunto oscense. A la quinta, cayó el gol. Medrano inició por el carril izquierdo metiendo un pase largo por el pasillo hacia Waldo, que tiró de recursos para enviar el balón al área con un gesto técnico de alta escuela, un golpeo con el exterior del pie derecho y no con el izquierdo. Lo hizo con tal precisión, que la bola fue a parar al lugar en el que apareció Roberto López llegando desde atrás. Remate de cabeza picado, imposible para Álvaro Fernández (14’). Al guardameta local se le empezaba a acumular el trabajo.

Porque el Tenerife perseveró. No se conformó con la mínima renta. No se atrincheró para protegerse. Continuó a lo suyo ante un Huesca que no encontraba el camino. Sus amagos de elaboración se diluían en medio de una eficaz presión blanquiazul. Y el fútbol directo, mucho más práctico, dejaba sobresaltos a cuentagotas. Como cuando Joaquín se adelantó a José León y pidió penalti por un empujón del central madrileño (8’), o en un duelo ganado por Obeng a Sipcic que propició un remate de Vilarrasa (17’) atrapado con seguridad por Juan Soriano.

En realidad, fue el Tenerife el que se aproximó al 0-2. Lo evitó Álvaro despejando un potente chut a media altura de Gallego (25’). El delantero había recibido un pase medido de Waldo, raso hacia la carrera de su compañero. A continuación fue el habilidoso Luismi Cruz el que probó suerte, de nuevo con el portero emergiendo como el mejor de su equipo (26’). El duelo se repitió 9 minutos más tarde, pero en una situación más ventajosa para Luismi. El extremo cedido por el Sevilla tuvo en sus botas el 0-2 en el 35’. La acción empezó en un córner a favor del Huesca y terminó en un mano a mano de Cruz con Álvaro. ¿Cómo?Tuvo mucho que ver una entrega demasiado corta de Nieto tras recoger el balón despejado por la defensa tinerfeña. El gaditano estuvo más listo y se lanzó hacia la portería en conducción. Ahí le esperó el arquero, con sangre fría, sin perder su sitio, y le ganó la partida. De postre, en el rebote estuvo a punto de hacer un autogol Iván Martos, pero el Tenerife no tuvo tanta suerte esta vez.

El primer tiempo dio para más. Para una ocasión fabricada por Gallego gracias a su presión sobre los Pulido y resuelta con un disparo cruzado que no cogió camino (44’); y para un tramo final de efervescencia de los locales. El alargue, de 6 minutos, fue aprovechado por el Huesca para acorralar a un Tenerife que activó el modo sufridor y salió sin daños, pese a alguna acción de mérito de los azulgranas, como un remate de cabeza de Kortajarena en el 47’ seguido con la mirada por Soriano. El asalto oscense no pasó de ahí y el Tenerife cerró el primer acto con la sensación de que el resultado se le había quedado demasiado corto.

José Ángel Ziganda, entrenador anfitrión, tenía que hacer algo. La dinámica perdedora de su equipo era evidente. Y se agarró al intermedio para realizar dos cambios ofensivos, Gerard Valentín y Escriche por Lombardo y Nieto. Pero de nada sirve dar un giro de este tipo o tratar de jugar con una marcha más si la defensa concede tantos regalos. El Tenerife había retrasado unos metros la presión y le había dejado la iniciativa a un Huesca plano, con pocas ideas, y le bastó con que Waldo apretara a Jorge Pulido para anotar el 0-2. El central se lió en el control y el extremo le quitó el balón y batió a un impotente Álvarez (49’). El triunfo ya no tenía pinta de peligrar.

Aún así, el Huesca tuvo la suya para no desconectarse. La más clara, una falta lateral que Sielva lanzó directa a puerta en el 57’. El balón chocó en el palo, tocó en Soriano y se perdió en el intento frustrado de Martos de cazar el rebote.

Al rato, Garitano hizo los primeros cambios. Sacó cartas ganadoras, las de Nacho y Ángel, para afilar el juego ofensivo de su equipo.  Pero al Tenerife no le hizo falta que se lucieran para amarrar la victoria. Fue suficiente con bajarle las pulsaciones al partido y mantener a raya a un Huesca que jugó casi con más inercia que con fe, y con el presentimiento de que no su gol no iba a llegar nunca. Así fue. 0-2 en El Alcoraz, pleno de puntos en el inicio para un Tenerife que coge vuelo y un partido en casa a la vuelta de la esquina contra un Zaragoza que está en la misma situación. Es pronto, pero es.

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