Música | José Luis Gómez Ríos Director de orquesta

José Luis Gómez Ríos: «Siempre digo que soy director gracias a mi entrenamiento con la Sinfónica de Tenerife»

"Como latinoamericano siento una obligación y una especie de necesidad personal de transmitir esa música que está más cerca de mí por mi herencia"

José Luis Gómez Ríos.

José Luis Gómez Ríos. / El Día

Almudena Cruz

Almudena Cruz

El maestro José Luis Gómez Ríos es el director de la Orquesta Sinfónica de Tucson, en Arizona, Estados Unidos. Venezolano de origen español, fue durante muchos años violinista de la Sinfónica de Tenerife. El próximo 26 de abril se pondrá al frente de la formación para un programa en el que se podrá escuchar una pieza de la prestigiosa compositora canaria Laura Vega que lleva por título ‘Galdosiana’.

Usted formó parte de la Orquesta Sinfónica de Tenerife como violinista. Recuérdenos esa etapa de su vida.

Sí, y de hecho conocí Canarias gracias a la Orquesta Sinfónica de Tenerife porque vine directamente aquí. Fue en diciembre de 1998. Yo tengo la condición de español porque mi padre es gallego pero nunca había estado en el Archipiélago. Desde entonces, conocí no solo a una excelente orquesta que me dio mucho y que me ayudó en el crecimiento musical, sino además a una isla fantástica que se convirtió en mi casa. De hecho, hasta el día de hoy mantengo aquí mi residencia

Cierto, es de origen español pero nació en Venezuela, ¿no?

Sí, nací en Maracaibo. Mi padre emigró en Venezuela, como tantos otros españoles, en el año 1958. Hizo su vida allí, él es músico, flautista, y es fundador de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Por ese motivo España siempre estuvo, digamos, en mi radar. Vinimos muchas veces aquí en los veranos a ver a la familia. Curiosamente luego me convertí en un emigrante a un país hermano en una región que tiene mucha conexión con Venezuela.

Y llega un momento en el que un concurso en Frankfurt le cambia la vida.

Sí, en 2010, era violinista de la Sinfónica aún. Y sí, me cambió la vida. Era un objetivo personal, un pequeño sueño que tenía desde niño. Apareció esa oportunidad y siempre digo que fue gracias a todos los años de experiencia que tuve en la Orquesta Sinfónica de Tenerife, como miembro de la orquesta y tocando con tantos y diferentes directores de altísimo nivel y abarcando tanto repertorio. Fue uno de los mejores entrenamientos que tuve. Cuando gané ese concurso fue un momento muy importante en mi vida.

¿Y cuál fue el camino que, a partir de ahí, le lleva a dirigir en Estados Unidos?

Son las cosas que tiene la carrera de dirección de orquesta. Te lleva a muchos sitios y eso es muy bueno, pero también exige que seas muy flexible, no solo en tu capacidad para adaptarte sino a la hora de ser consciente de que tu futuro, quizás, esté en otro lado, y ese lado quizás no sea el más cómodo. Hay tres grandes mercados en la dirección de orquesta: Estados Unidos, Europa y Asia. Están muy bien delimitados y los tres ofrecen grandes oportunidades porque tienen estructuras muy bien establecidas. Cuando empecé estaba asesorado por una agencia de representación. En esa época, pese a que ahora está en Nueva York, mi agencia estaba radicada en Londres. Me ofrecieron un montón de opciones y una de ellas fue dirigir en varios sitios en Estados Unidos. Allí y en ciertos sitios estaban en busca de director titular y me eligieron como uno de sus directores.

Y lleva en Arizona, dirigiendo a la Sinfónica de Tucson, desde 2016.

Ser el director titular de la orquesta de Tucson es muy interesante porque es una comunidad con gran presencia hispana. Está muy cerca de la frontera y es la segunda ciudad más importante de Arizona. No solo he podido desarrollar mi carrera como director de orquesta, sino que ser director titular en una orquesta americana implica también mucho trabajo en el desarrollo de la orquesta dentro de la comunidad. En América, el rol de director tiene un papel principal en la obtención de patrocinadores y respaldos porque allí todas las orquestas son privadas. Así que también desarrollo parte muy importante de mi actividad creando planes e iniciativas que contribuyan a que la orquesta sea aún más relevante dentro de la comunidad a la que sirve. Es algo que también se hace mucho aquí en Europa, sobre todo a raíz de la pandemia. La gente empezó a cambiar sus hábitos y empezó a quedarse más en casa. Creo que, a raíz de ahí, muchas organizaciones se han dado cuenta de la importancia de ser relevantes en la comunidad. Esto en Estados Unidos lo tienen muy presente y mi rol abarca también ese tipo de funciones. Es mi responsabilidad pensar qué iniciativas se pueden hacer, buscar colaboraciones y cuestiones así. 

También se ha ocupado de promocionar a los compositores latinoamericanos...

 Sí, totalmente. Soy latinoamericano y, evidentemente, mi arte tiene que mucho de eso. Cierto es que la música es universal y abarca muchas zonas –especialmente Europa si hablamos de la música clásica– pero hay muchos otros compositores que han creado música en diferentes partes del mundo, también en Latinoamérica. Como latinoamericano siento una obligación y una especie de necesidad personal de transmitir esa música que está más cerca de mí por mi herencia. 

Háblenos del próximo proyecto que tiene con la Orquesta Sinfónica de Tenerife, el concierto será el próximo 26 de abril...

Será mi quinta aparición con la orquesta como director. Y es un placer, la verdad es que estoy muy contento porque es una excelente orquesta que ha evolucionado muchísimo durante todos estos últimos años. Tendremos un programa muy variado con música del siglo XX, pero también música del siglo XXI gracias a una la composición de la canaria Laura Vega. Contaremos también con Johannes Moser como solista con una pieza muy interesante de un compositor francés que se llama Dutilleux.