Los establecimientos turísticos pagarán más por el agua en Tenerife que vecinos y agricultores

El Cabildo de la Isla pasa a controlar por primera vez los flujos del servicio de abastecimiento para dar prioridad al consumo humano y al sector primario ante la crisis por la sequía  

La playa de Los Cristianos aparece abarrotada de turistas.

La playa de Los Cristianos aparece abarrotada de turistas. / María Pisaca

El Consejo Insular de Aguas, órgano gestor de la declaración de la emergencia hídrica por la sequía en Tenerife, incluye entre las 75 medidas a tomar para frenarla que los establecimientos turísticos, incluidas las viviendas vacacionales, paguen más por el agua que vecinos y productores agrícolas. El Cabildo asume de esta manera y por primera vez en la historia el control del abastecimiento y da prioridad al consumo humano y el sector primario. La presidenta insular, Rosa Dávila, asegura sobre esta medida: «No puede ser que en esta situación los campos de golf paguen el mismo precio por el agua que los agricultores y ganaderos». Este periodo excepcional tendrá una duración de seis meses, prorrogables por otros seis, a partir del estudio de unas alegaciones cuyo plazo de presentación acaba el próximo miércoles 15. La medida número 13 dice textualmente: «Proponer a los ayuntamientos de Tenerife y a Balten (empresa del Cabildo que gestiona las balsas de la Isla) la diferenciación tarifaria para el uso turístico en la red, incluidas las viviendas vacacionales».

Dávila recalca el sentido de «una decisión valiente en un momento de emergencia». Subraya que en los diez meses de mandato del actual Gobierno insular «estamos adoptando decisiones importantes». Incide la política nacionalista en que «algunas actuaciones se pudieron haber puesto en marcha mucho antes pero había que tener coraje y determinación». Aclara que «la sequía la estamos sufriendo desde hace dos años pero ha sido ahora cuando hemos declarado la emergencia y adoptado un paquete de medidas muy importantes».

Umbral de cuatro años

En cuanto a los motivos, la presidenta señala: «Lo hacemos para que no haya problemas en el suministro de agua en los próximos cuatro años». Detalla asimismo que «en esta declaración de emergencia hay medidas de todo tipo: una fuerte inversión económica, mejoras en las infraestructuras y una hoja de ruta con las preferencias en los servicios que priorizan a la población y al sector primario». Un apunte respecto a la colaboración solicitada al sector privado y en concreto al turístico: «Todas las empresas con las que hemos contactado se han comprometido a poner los excedentes de agua a disposición de los vecinos y el sector primario e incrementar la producción con sus propios medios». Rosa Dávila sentencia: «No puede ser, en una situación de emergencia hídrica, que los campos de golf paguen el mismo precio por el agua que los agricultores y ganaderos de Tenerife». La consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, por su parte, cifra en un 10% el consumo de agua del turismo en la Isla. Estima que «debemos hacer un esfuerzo para que nuestra industria más potente tenga el agua que necesita, pero pagándola al precio que corresponde». La presidenta concluye: «Por primera vez, el Cabildo de Tenerife toma el control del abastecimiento del agua para dar prioridad a la red de consumo para los tinerfeños y a las personas que viven del sector primario».

Concienciar

A medio plazo, el gran objetivo es «concienciar a la población para llegar a reducir el consumo de los actuales 200 litros por persona y día de media a 150», según apunta Blanca Pérez, consejera de Medio Natural. El Consejo Insular de Aguas plantea que los residentes en la Isla deben involucrarse y evitar el despilfarro porque la disponibilidad de agua no es infinita, y menos ahora. De ahí la idea de reducir el consumo una cuarta parte porque «también se podría sobrevivir con 150 y con hasta con menos si se toman determinadas medidas». Para el largo plazo queda el trabajo en las redes municipales destinado a acabar con el enorme problema de las fugas en la red que pueden llegar al 60% en algunos municipios.

Otras acciones

Cabe destacar entre las propuestas la que plantea a los Ayuntamientos de la Isla Baja la mancomunación de los servicios de abastecimiento y saneamiento y su gestión por una empresa especializada, ya sea pública, mixta o privada. La consejera Pérez reconoce la «lógica preocupación» por la situación de sequía pero también que se han tomado «medidas valientes» en el marco legislativo que permite la emergencia hídrica.

El 'toro por los cuernos'

Valora Pérez que el Cabildo de Tenerife haya tomado el toro por los cuernos y decidido regular los flujos del agua según su origen. Adelanta que «vamos a poner más agua a disposición del campo en poco tiempo, unos 30.000 metros cúbicos». Y se hará «con esa regulación de los flujos; es decir, vamos a obligar a que en todas las zonas bajas donde haya agua industrial se consuma y se riegue con ella, con la regenerada». Las que estén en altura «quedarán para las medianías» concluye.

Colaboración

La emergencia energética permite abrir vías para alcanzar los objetivos marcados. Por ejemplo, las grandes empresas tienen autorización y medios para generar más agua e inyectarla luego en espacios cercanos donde haga falta caso del Valle de La Orotava o el Nordeste. Blanca Pérez insiste en que «no se trata de obligar y menos cuando todas se han puesto a disposición». Explica que «las autorizaciones que tienen ahora son para el autoconsumo y habría que modificarlas para integrar esas aguas en el sistema". La declaración ayudará a regular los flujos y a poder llevar el agua allá donde necesita.

De urgencia

Además, el Cabildo anuncia recursos para la generación de agua industrial. Por ejemplo, la ampliación de la planta desaladora de Granadilla de Abona donde aumentará la producción en más de 2.000 litros cúbicos diarios para dejar agua en las distintas zonas altas del sur. Esta medida se enmarca el Plan Hidrológico para tener más agua industrial y regenerada en las depuradoras de la Isla. Este año se pondrán asimismo en funcionamiento las de Granadilla (Abona) y Fonsalía (zona Oeste).