Siete jugadores del Molina bajados del avión que volaba a Gran Canaria tras conquistar la Copa por generar altercados

El vuelo, que cubría la ruta Madrid-Gran Canaria, aterriza en Sevilla y la Guardia Civil interviene reteniendo a un grupo de la expedición isleña

El equipo grancanario se coronó por la mañana con la Copa del Rey en Zamora y, según testigos presenciales parte del plantel "estaba borracho" por los festejos

Integrantes del equipo Molina Sport de Gran Canaria arman un altercado en un avión

C. A. C.

Santiago Icígar

La consecución del cuarto título de la Copa del Rey por parte del Molina Sport ha derivado en un incidente durante su regreso a la Isla en un vuelo de la compañía Iberia, procedente de Madrid.

La plantilla y el cuerpo técnico emprendía el viaje de regreso a la Isla desde Zamora por carretera hasta el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas de Madrid.

Según testigos consultados por este periódico presentes en el avión, varios jugadores del Molina fueron advertidos antes del despegue que su actitud estaba causando problemas al resto de expedicionarios y a la tripulación y que corrían el riesgo de quedarse en tierra de continuar con un comportamiento derivado presuntamente por su estado de embriaguez.

El avión finalmente despegó rumbo a Gran Canaria con todos los integrantes del equipo del Molina en su interior, aunque separados en dos grupos, uno de ellos se sentó hacia el final del aparato y el resto en la parte delantera del mismo. Fueron estos siete miembros de la expedición los presuntos causantes del comportamiento inapropiado. El comandante del vuelo, como máxima autoridad, optó ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos desviar el avión de la ruta trazada Madrid-Gran Canaria y aterrizar de urgencia en el aeropuerto de Sevilla.

En tierra esperaba la Guardia Civil quien en un principio tomó la decisión de hacer bajar del avión a toda la expedición al completo del Molina Sport. Sin embargo, la tripulación de cabina intercedió en favor de los miembros del equipo situados al fondo del avión, que fueron ajenos a los hechos que motivaron la escala obligatoria del vuelo de Iberia.

Los funcionarios de la benemérita optaron por dejarlos en tierra, mientras el resto del pasaje prosiguió rumbo a Gran Canaria donde estaba previsto que tomaran tierra esta noche.

Posibles consecuencias económicas

Volar en avión no implica estar exento de tener que cumplir determinadas normas que están tipificadas en las leyes penales de la navegación aérea y tienen multa.

La Ley 21/2003, de 7 de julio, de Seguridad Aérea, indica las obligaciones que han de cumplir los pasajeros mientras se encuentren embarcados en el vuelo, así como durante su estancia en el aeropuerto.

También, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) tiene establecido un código de multas de más de 5.000 euros para los pasajeros que incumplan las normas de la tripulación a bordo de un avión.

Aunque las aerolíneas ofrezcan bebidas alcohólicas a bordo, esto no implica que esté permitido emborracharse. Si un miembro de la tripulación detecta que una persona está ebria antes de subirse en el avión, le pueden negar el acceso a la aeronave.

En el caso de que el pasajero se haya emborrachado durante el vuelo, se debe realizar una parada inesperada en un aeropuerto cercano. En estos casos, la aerolínea puede tomar acciones legales contra el pasajero, no solo por su comportamiento, sino también por los costos adicionales incurridos, como tasas aeroportuarias y combustible necesarios para la parada de emergencia.

Si el destino del vuelo es una ciudad española, una vez en tierra, las autoridades locales se encargarán de tomar las medidas correspondientes.

Además del riesgo de ser expulsado del vuelo si el avión aún no ha despegado, provocar un altercado a bordo puede acabar en una sanción económica. Por ejemplo, en el año 2017, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) impuso multas por un total de 221.325 euros a pasajeros que habían causado disturbios con su comportamiento a bordo.