Repunte de las agresiones

Siete niños asesinados por sus padres en cuatro meses: la violencia machista se ceba en los menores

Tras el triple crimen de El Prat, la ministra Redondo y expertas apuntan a que los agresores están atacando "donde más puede doler a las mujeres"

Un joven sostiene el cartel de promoción del reciente congreso sobre violencia vicaria en Barcelona.

Un joven sostiene el cartel de promoción del reciente congreso sobre violencia vicaria en Barcelona. / JORDI OTIX

Olga Pereda

La muerte de dos gemelos de 8 años a manos de su padre en El Prat, ocurrido el martes y que ha trascendido este miércoles, eleva a siete los menores asesinados en episodios de violencia machista en lo que va de año en España. La espeluznante cifra, el peor arranque de año desde que hay registros, ha encendido las alarmas entre las administraciones y los profesionales que abordan las agresiones de género. Tanto el ministerio de Igualdad –que ha recordado que nueve mujeres han sido asesinadas este 2024– como la conselleria de Feminismes han convocado reuniones de urgencia. De hecho, la ministra Ana Redondo ha apuntado a un cambio de patrón en la violencia machista: el agresor hace el máximo daño posible a su víctima matando lo que ella más ama, sus hijos.

Tras los crímenes, el Gobierno ha convocado este tarde una reunión de urgencia y Feminismes ha creado un nuevo grupo de trabajo y activado para el viernes un gabinete de crisis

De los siete menores muertos, cinco vivían en Cataluña, donde también han sido asesinadas cinco mujeres. Son cifras “intolerables que no se pueden normalizar”, ha sentenciado Tània Verge, consellera d'Igualtat i Feminismes. Los números son inasumibles: en estos cuatro meses han muerto en Cataluña casi la mitad de las víctimas menores registradas desde 2012, que ascienden a 11. En declaraciones desde Bruselas, la responsable del Departament ha asegurado que se están dedicando “más recursos que nunca” para reforzar la protección de las víctimas frente a la violencia machista. Si cada vez hay más medios para defender a las mujeres y a sus hijos, ¿qué está pasando? Más bien, ¿qué está fallando? ¿Está ocurriendo algo especialmente en Cataluña, donde este año se concentran el 70% de los crímenes contra los hijos (y el 55% de los feminicidios)?

En estos cuatro meses han muerto en Cataluña casi la mitad de las víctimas menores registradas desde 2012, que ascienden a 11

Nuevo grupo de trabajo

El fenómeno es complejo y la respuesta no es nada fácil. Tanto es así que el Govern ha decidido convocar un grupo de expertas independientes para identificar las posibles causas del problema y proponer medidas. Será, en palabras de Verge, “un espacio de trabajo” para alcanzar conclusiones, que serán “muy prácticas” y que se pondrán en marcha lo antes posible.

Igualmente alarmado, el Ministerio de Igualdad ha celebrado esta misma tarde una reunión para analizar el espantoso repunte de la violencia contra la infancia. La hipótesis que maneja la ministra Redondo es que se está produciendo un cambio en la forma de actuar de los agresores machistas, que consiste en "atacar donde más le puede doler a una mujer, violentando a sus hijos". La idea es compartida por expertas como la abogada penalista y criminóloga Carla Vall. “De alguna forma, los agresores han visto ahí un espacio donde hacer daño donde más duele, los hijos”, corrobora la jurista.

Violencia contra los niños

Casi el 70% de los filicidios (progenitores que acaban con la vida de sus vástagos) los cometen hombres. Según la investigación forense, el patrón más común entre varones es la llamada violencia vicaria. Es decir, dañar a los hijos para vengarse de la madre, a la que dejan con vida pero con un dolor insoportable. Hace solo una semana, Ayax, de 5 años, fue asesinado por su padre en Bellcaire d’Empordà. El suceso fue un caso de violencia vicaria.

En el episodio de El Prat, el agresor mató también a la madre, por lo que el caso se considera violencia de género y no vicaria, aunque las fronteras entre una violencia y la otra son difusas. En enero, Xavier y Noa (de 10 y 7 años) fueron asesinados en Barcelona por su padre, que después se suicidó llenando la casa de monóxido de carbono. En marzo, Elisa y Larisa (2 y 4 años) fallecieron en Almería después de que su progenitor aprovechara el régimen de visitas para envenenarlas.

Pocas órdenes de protección

Resulta muy complicado saber cuáles son las causas específicas (si las hay) que expliquen que cinco de los siete asesinatos hayan tenido lugar precisamente en Cataluña. María Sellés, coordinadora de la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente, considera "muy delicado" circunscribir las violencias a un territorio concreto y asegura que puede ser "fruto de la casualidad o de cómo se recogen los datos".

Sin embargo, la abogada Júlia Humet apunta a que un factor a tener en cuenta podrían ser las “escasas órdenes de protección que se dictan desde los juzgados catalanes”, especialmente los de Barcelona. La orden de protección conlleva –no siempre– la posibilidad de suspender las visitas del padre en caso de divorcio y separación o que estas se realicen siempre en lugares seguros para los niños, puntos de encuentro oficiales.

“Pensar que un hombre que agrede a su mujer puede ser buen padre es una aberración, pero parece que el derecho del padre a ver a sus hijos siempre pasa por encima del derecho de de los menores a no sufrir violencia”

Júlia Humet

— Abogada

Infancia y sistema judicial

Humet destaca que, lamentablemente y a pesar de todo el esfuerzo en la lucha contra del machismo durante las últimas décadas, la sociedad todavía no se ha mentalizado de que un maltratador nunca puede ser un buen padre. “Pensar que un hombre que agrede a su mujer puede ser buen padre es una aberración, pero parece que el derecho del progenitor a ver a sus hijos siempre pasa por encima del derecho de los menores a no sufrir violencia”, sentencia la abogada.

Un reciente estudio del movimiento estatal de Madres Protectoras asegura que el 40% de madres maltratadas han sido amenazadas por su agresor con dañar a los niños. De hecho, el 86% de los casos de este tipo de violencia ocurren cuando el agresor está a cargo de los menores.

“Hay una necesidad social de pensar que un padre jamás puede hacer este tipo de cosas, pero la realidad es que sí puede. No lo estamos haciendo suficiente bien, las políticas de infancia deben entrar en el sistema judicial de manera mucho más potente”, coincide Vall, que hace hincapié en que uno de los momentos vitales que más tensión genera es, precisamente, la separación o el divorcio y la no aceptación por parte del hombre del fin de la relación.

La consellera también ha subrayado que la violencia que se ejerce sobre las mujeres impacta de manera terrible en los niños y las niñas. “Esto ha pasado siempre. Cataluña ha sido pionera en reconocer la violencia vicaria, que es una forma más de la violencia machista”, ha explicado. La responsable de Igualtat i Feminismes ha apuntado directamente a la esfera judicial y le ha recordado que le queda “mucho camino por recorrer”. “No solo hay que hacer formaciones específicas en los juzgados especializados sino que esa formación tiene que llegar a toda la magistratura, también a la civil para que, en casos de separación o divorcio, la violencia salga a flote en caso de que la haya”, ha concluido.

La abogada Vall, que también relaciona el repunte de crímenes de niños con las escasas órdenes de protección dictadas en Cataluña, reclama a las instituciones que la infancia sea tenida mucho más en cuenta: "Debemos ser proactivas a la hora de buscar respuestas en los menores, a quienes debemos escuchar de manera integral para saber no solo lo que dicen (a veces no saben expresar verbalmente lo que está pasando) sino también qué sienten".

57 menores desde 2013

Desde 2013 han fallecido 57 menores en el marco de las violencias machistas. La concatenación de estos siete crímenes en apenas cuatro meses han marcado un antes y después. En otros cinco ejercicios hubo más fallecidos (por ejemplo, en 2017 hubo ocho víctimas menores), pero fue a lo largo de todo el año, no solo en el primer cuatrimestre. Tras el asesinato de Ayax, en Bellcaire d’Empordà, la ministra de Igualdad insistió en que su departamento trabajaba codo con codo con Interior y Justicia para "hacer un mejor diagnóstico" y ver "cómo reforzar las medidas de protección". Lejos de vislumbrarse una solución, la realidad ha empeorado.

La consellera Verge ha recordado que el machismo es estructural y que la mejor presión para luchar contra la violencia machista es la comunitaria y social. “No dejemos pasar ni una señal, que las víctimas sepan que no están solas”, ha insistido tras recordar el teléfono gratuito de ayuda a mujeres en situación de violencia: 900 900 120.

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