Jóvenes llegados en cayuco colaboran con Protección Civil en Santa Cruz

Abdou, Ibrahima, Souleymane y Sembala, nacidos en Gambia y Mali, dedican parte de su tiempo libre a ejercer de voluntarios, mientras esperan a seguir su ruta hacia Europa

Abdou Marrong, Ibrahima Traoré, Souleymane Touré y Sembala Kaba, con el uniforme de Protección Civil en los pasados Carnavales de Santa Cruz.

Abdou Marrong, Ibrahima Traoré, Souleymane Touré y Sembala Kaba, con el uniforme de Protección Civil en los pasados Carnavales de Santa Cruz. / E. D.

Aunque algunos de ellos ya llevan un tiempo vistiendo el uniforme de color naranja de la Protección Civil santacrucera, fue en estos últimos carnavales cuando su labor ha sido mucho más visible, integrados en las filas de los equipos de actuación durante los actos y bailes de las recién terminadas fiestas. Abdou, Souleymane, Ibrahima y Sembala participaban, como uno más, a la hora de ayudar en la evacuación, a pie, de las personas que sufrían intoxicaciones etílicas, desvanecimientos y otras patologías en los puntos de mayor concentración de público, donde era muy difícil que llegaran las ambulancias.

Sumaron decenas de horas de trabajo, desde el inicio de los concursos en el Recinto Ferial de la capital tinerfeña hasta los eventos de las calles. Reconocen que nunca habían visto unas fiestas tan multitudinarias y se sienten parte de ese ejército que ayuda a quienes sufren cualquier problema en las mismas.

El objetivo de los cuatro está marcado por su deseo de sumar, aportar y trabajar. Cabe recordar que, en la mayoría de las ocasiones, son los enviados de sus familias para tratar de progresar y mejorar la calidad de vida de sus allegados. Mientras esperan su oportunidad para salir, ya sea de Canarias o de España, para ganar dinero, han encontrado un factor de integración a través de las labores de Protección Civil en la capital tinerfeña. Profesan el islam y recuerdan que no consumen alcohol. Según sus compañeros en la agrupación, son sumamente respetuosos en todas sus intervenciones. Por ahora, el único obstáculo en su integración es que no todos tienen el mismo nivel de conocimiento del español y, lo que les dificulta su comunicación con otros ciudadanos. En cambio, sí les resulta fácil hablar en inglés o francés con personas de varias nacionalidades.

Abdou, el pionero

Abdou Marrong tiene 25 años. Natural de Gambia, desembarcó, al segundo intento, en una patera procedente de Mauritania en abril del 2022. Este joven fue el primero en integrarse en la agrupación de voluntarios de Protección Civil de Santa Cruz de Tenerife. Junto a los problemas burocráticos, que ya relata en un español bastante fluido, insiste en que mientras intenta aprender y estudiar se siente «muy útil» colaborando con dicho colectivo. Antes de su aventura vital para tratar de llegar a Canarias trabajaba como electricista en su país. Siguió el itinerario de muchos subsaharianos que arriban en patera. Primero fue derivado desde El Hierro al centro de Las Canteras, en La Laguna, y, después, a un alojamiento de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Habla fluidamente inglés, francés, wólof, mandinká y algunos dialectos. Está en permanente contacto con sus padres y hermanos, a través del móvil, pero insiste que tanto él como sus compañeros sólo buscan la oportunidad de trabajar, «nunca ocasionar problemas y siempre respetar las normas españolas».

En el parque de La Granja

Curiosamente, en sus primeras semanas en Santa Cruz de Tenerife, Abdou frecuentaba mucho la zona del parque de La Granja e, incluso, en varias ocasiones los servicios de atención social del Ayuntamiento santacrucero se interesaron por su situación. Con el paso del tiempo conoció el jefe de la agrupación de Protección Civil, Santiago Carlos Martín, quien le acoge en la actualidad. De ese contacto surgió la idea de sumarse al trabajo del colectivo. Ya se ha formado en estrategias para la extinción de incendios, primeros auxilios, uso de herramientas, o prevención y actuación ante casos de violencia de género.

En una familia de acogida

Dos de ellos, Souleymane Touré e Ibrahima Traoré, viven en un centro de CEAR en Santa Cruz de Tenerife. Y Marrong, tras ser acogido por una familia en La Laguna, asiste a enseñanzas regladas para poder acreditar sus estudios en el futuro.

Está empeñado en aprender español y comenta que asiste a clases a través de CEAR y Radio Ecca. Ibrahima Traoré también es natural de Mali. Perdió a su padre y a su madre. Hoy apenas tiene contacto con sus hermanos. Desembarcó en El Hierro el pasado 18 de agosto después de un complejo viaje en cayuco desde Mauritania.

A sus 20 años tiene una amplia experiencia laboral en su país. Fue conductor de camiones, aprendió y ejerció el oficio de soldador e, incluso, fue requerido para recibir instrucción militar. Cuenta que su ímpetu por trabajar le llevó a conseguir mantenerse y pagar el transporte en barco hacia Canarias ejerciendo como peón de albañil en Mauritania. Como sus compañeros, permanece envuelto en la maraña burocrática y registros para poder seguir su camino en busca de una vida mejor. Mientras tanto, prefiere echar una mano en Protección Civil que estar inactivo.

Souleymane, el más joven

Tiene 18 años y recuerda que, en su Mali natal, se dedicaba a la agricultura, en especial a todo lo relacionado con el cultivo de cereales y plantaciones de manises. Souleymane Touré arribó a El Hierro en agosto de 2023. Reconoce la dureza del viaje que emprendió y agradece la acogida que ha recibido, aunque, como cualquier joven, tiene ganas de hacer cosas y sentirse útil. Llegó a Protección Civil gracias a la coincidencia en uno de los centros con Abdou, con quien entabló amistad. Y ese encuentro ahora les permite compartir ratos de servicio en el colectivo. Habla francés, wólof y bambara. Y trata de aprender español. Desea solventar los trámites burocráticos y volar a Francia, donde le espera su padre. En Mali quedaron su madre y dos hermanos.

Sembala, siempre sonriente

Sembala Kaba, de Mali, tiene 20 años. Es el mayor de tres hermanos. Como sus compañeros, desembarcó en la isla de El Hierro después de partir de tierras mauritanas. Este joven inquieto, activo, pero bastante tímido, habla árabe y bambara. En su país natal, y antes de buscar su oportunidad en Europa a través de la Ruta Canaria de la inmigración irregular, ejercía como ayudante de electricista. Preguntado por sus inquietudes profesionales en la actualidad, si consigue regularizar su situación, apuesta por todas las tareas relativas al mantenimiento de edificaciones, en especial trabajos de reparación, enfoscado y pintura.

Kaba quiere transmitir su agradecimiento a las personas que, desde el primer momento que puso pie en tierra, le han ayudado y acogido. Según cuenta, la labor que desarrolla tanto él como sus compañeros en Protección Civil se ha convertido en una puerta abierta para la integración y el conocimiento de la cultura y forma de ser de los canarios.