El repunte de la ruta canaria llega a Irún

Un millar de migrantes ha llegado este año a la ciudad fronteriza para cruzar a Francia

Cruz Roja atendió en la localidad vasca a 3.313 africanos en 2023

Una voluntaria de la Red de Acogida de Irún da información a un grupo de migrantes.

Una voluntaria de la Red de Acogida de Irún da información a un grupo de migrantes. / Red de Acogida de Irún

El repunte de la ruta atlántica de las migraciones se siente a más de 2.000 kilómetros al norte de Canarias. El objetivo final de la mayoría de las personas que llegan en embarcaciones precarias a las Islas no es quedarse en el Archipiélago. Al salir de sus países de origen muchos tienen la mirada puesta en la Europa continental y especialmente en Francia. Cuando llegan a los centros de acogida de la Península es habitual que soliciten ayuda para trasladarse hasta la ciudad vasca de Irún, desde donde pueden entrar en el país galo con apenas atravesar alguno de los puentes que cruzan el río Bidasoa. En lo que va de año, han llegado a esta localidad fronteriza cerca de un millar de jóvenes africanos que entraron en España de forma irregular después de sobrevivir a la ruta canaria. «A mitad de enero se empezó a notar un mayor flujo y hemos atendido a unos 450 chavales cada mes desde que comenzó el año. El día en el que más hemos recibido fueron 51», apunta Ion Aranguren, miembro de la Red de Acogida de Irún, una organización ciudadana que se dedica a orientar e informar a los migrantes recién llegados a la ciudad.

El pico más alto de llegadas al Archipiélago se produjo en el mes de octubre, cuando arribaron 15.729 personas en cayuco. Después de pasar unos días en algún Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) en las Islas, los migrantes son derivados a otras comunidades autónomas donde se alojan en centros de atención humanitaria, en los que les dejan permanecer unos tres meses, aproximadamente. Ahora, que muchos han terminado ese periodo, es cuando se están empezando a mover para avanzar en su proyecto migratorio. 

Cruzar la frontera sin jugarse la vida

Desde Irún existen varias formas de cruzar la frontera: atravesando los puentes que van sobre el río Bidasoa, en barco desde Hondarribia hasta Hendaya o a través del monte que rodea ambos municipios. Cada día, a las 10 de la mañana, miembros de la Red de Acogida de Irún se reúnen en la plaza del Ayuntamiento para informar a los migrantes sobre sus derechos en Francia y para explicarles cómo sortear los controles de la policía gala sin arriesgar sus vidas. Les recomiendan cruzar en transporte público para pasar más desapercibidos y así evitar que les paren. «Hay un control racista entre Irún y Hendaya. Solo piden la documentación a los negros y a los magrebíes», lamenta Aranguren, quien denuncia que «no los están dejando circular libremente dentro del espacio Schengen».

El Gobierno Vasco preparó un plan de contingencia para acoger hasta que 500 migrantes

Desde 2018, Francia ha endurecido los controles policiales en la frontera de Irún y lo ha justificado ante la Unión Europea amparándose en alertas terroristas y en la pandemia. «Todo el mundo sabe, incluido Emmanuel Macron, que si estos chavales no pasan hoy, pasarán mañana o dentro de tres días, porque no controlan todos los puentes las 24 horas del día. Sus controles racistas solo sirven para incrementar el sufrimiento y la desesperación de estos jóvenes», apunta Aranguren, quien recuerda que seis migrantes han perdido la vida ahogados en el río y otros tres atropellados por un tren intentando traspasar la frontera sin ser detectados. 

Dentro de la Red de Acogida de Irún están los gau txori (pájaros nocturnos) que están en la estación para dirigir a quienes van llegando en guaguas o trenes nocturnos hacia el dispositivo de Cruz Roja. Este centro registró a lo largo de todo el año pasado a 3.313 usuarios, el 75% de ellos llegados a través de Canarias. Si bien esta cifra no contempla a quienes pasaron por la localidad vasca y siguieron su camino hacia Francia sin necesidad de parar. Se trata de una cifra inferior a la de años anteriores –en 2022 acogieron a cerca de 6.500–, pero a partir de octubre sí se comenzó a percibir un ligero incremento en las llegadas. 

Mapa con infomación para orientar a los migrantes llegados a Irún.

Mapa con infomación para orientar a los migrantes llegados a Irún. / Red de Acogida de Irún

La responsable de Asilo y Atención Humanitaria de Cruz Roja en Euskadi, Nahia Díaz de Corcuera, detalla que el 82% de las personas que llegaron en 2023 a este centro fueron hombres que viajaban solos y la mayoría procedían de Guinea Conakry, Costa de Marfil o Malí. Algunos acuden al dispositivo para cubrir necesidades básicas como el alojamiento o la comida, pero otros se acercan hasta él para darse una ducha y coger wifi para poder contactar con sus familiares y amigos. 

Incertidumbre y sufrimiento

Los migrantes, según relata la responsable de Cruz Roja, comparten con ellos sus incertidumbres sobre las oportunidades de integración que tendrán en Francia o la vía para conseguir el asilo. «Para nosotros es muy importante ese calor humano que les damos porque, aunque la parte más arriesgada del viaje ya la han hecho, su tránsito por la Península también está lleno de incertidumbre e inseguridad», destaca Díaz de Corcuera, quien sostiene que lo importante es «facilitarles una mínima asistencia social, para que accedan a la máxima información posible para que las decisiones sean tomadas de manera consciente y previniendo cualquier situación de riesgo».

«El control fronterizo de Francia es racista», sostiene Ion Aranguren, de la Red de Acogida de Irún

Este dispositivo no ha llegado a desbordarse pero, a finales del año pasado, el Gobierno Vasco activó un plan de contingencia ante la previsión de que el repunte que vivía en ese momento Canarias se reflejara en Irún. El director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco, Xabier Legarreta, detalla que los recursos de extraordinarios tienen capacidad para acoger hasta 500 personas, pero todavía no ha hecho falta activarlo.

Un grupo de migrantes en la plaza del Ayuntamiento de Irún.

Un grupo de migrantes en la plaza del Ayuntamiento de Irún. / Red de Acogida de Irún

El otro importante enclave fronterizo con Francia es La Junquera, donde Cruz Roja también cuenta con un dispositivo de atención a migrantes, pero no es un punto de tránsito muy concurrido, pues la mayoría de los que optan por cruzar la frontera por Cataluña parten desde Barcelona en algún medio de transporte público. «Suele haber bastantes controles policiales y muchos de ellos son devueltos por parte de la Gendarmería francesa a la Policía Nacional, que les pone en contacto con nosotros», afirma la coordinadora de Cruz Roja en La Junquera, Anna Serra, quien subraya que en el centro les dan asesoramiento y atienden sus necesidades básicas.

A lo largo de 2023, el dispositivo de La Junquera atendió a 93 personas –38 mujeres y 55 hombres– y tres de cada diez procedían de Marruecos. «Los controles no están justo en la frontera, suelen hacerlos pasados unos kilómetros. Hemos visto a personas a las que les han hecho bajar del vehículo en mitad de la autopista y los devuelven a España, porque llevan documentación de que han estado antes aquí», concluye Serra. 

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