Los escondites más raros de la DGT para colocar sus radares

La Dirección General de Tráfico (DGT) ya coloca en las carreteras españolas un nuevo modelo de radar muy polémico

Radares ocultos de la DGT

M. A. R.

En pleno verano, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha intensificado su vigilancia en las carreteras debido a la gran cantidad de vehículos que circulan estos días a través de las vias españolas. Han añadido a su arsenal un nuevo arma: los radares Velolaser. Estos dispositivos ultracompactos y estratégicamente camuflados han demostrado ser altamente efectivos para detectar los excesos de velocidad, además de poder ser colocados en numerosos lugares.

La evolución tecnológica en la lucha contra los infractores ha llevado a la incorporación de estos nuevos radares, los cuales tienen dimensiones inferiores a 50 centímetros y un peso inferior a medio kilogramo. Estas características los hacen perfectos para ocultarse hábilmente en diversos elementos a lo largo de las carreteras, como señales de tráfico y quitamiedos.

Inicialmente, la DGT enfrentó desafíos debido a la falta de soportes homologados para colocar estos dispositivos, lo que llevó a la anulación de multas. Sin embargo, la situación cambió, y en la actualidad, existen varios tipos de soportes homologados que permiten a los agentes de tráfico fijar los radares Velolaser de diferentes maneras.

Aunque los radares Velolaser han demostrado ser altamente efectivos para controlar la velocidad, algunos motoristas han denunciado públicamente las extrañas ubicaciones en las que son colocados.

Muy polémicos

En diversos incidentes, se han encontrado estos diminutos radares escondidos detrás de señales kilométricas y balizas de iluminación nocturna, lo que ha provocado controversias sobre la discreción de su uso.

Estos radares son dispositivos autónomos con una batería de hasta cuatro horas de funcionamiento ininterrumpido y conectividad inalámbrica a través de wifi y bluetooth. Esta característica les permite a los agentes controlarlos a distancia sin necesidad de cables, convirtiéndolos en una herramienta versátil para aplicar multas de manera discreta y eficiente.

La incorporación de los radares Velolaser es solo una muestra de la continua evolución tecnológica que la DGT ha experimentado en la lucha por controlar la velocidad en las carreteras.