Denuncia a su exnovia por la presunta sustracción de su hija de siete años

El querellante, vecino de La Laguna, tiene ahora la guarda y custodia de la menor, gracias a una sentencia dictada el pasado mes | El progenitor cree se encuentra en Italia

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife.

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife. / E. D.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife dispuso la incoación de diligencias previas a raíz de la querella por el delito de sustracción de menores presentada por el padre de una niña de siete años contra la madre de la menor. El motivo es que una sentencia le acaba de otorgar a este vecino de La Laguna la guarda y custodia de la menor, pero argumenta que no ve a la niña desde hace más de dos meses y sospecha que la progenitora se la ha llevado a Italia, pues la nueva pareja de esta es natural de ese país.

El pasado 14 de junio se celebró el juicio para determinar la guarda y custodia de la pequeña. Sin embargo, la mujer no se presentó a la vista, ya que presuntamente se halla fuera del país desde mayo, y solo estuvo representada por su abogada de oficio. Hasta ahora no ha sido posible contactar con la madre de la niña para conocer su versión de los hechos.

El hombre denunciante, de 33 años, y la mujer mantuvieron una relación y decidieron finalizarla cuando la menor apenas tenía un año y medio. Desde ese momento, la pequeña estuvo, la mayor parte del tiempo, bajo los cuidados paternos, según se expone en la querella. El progenitor inscribió a la niña en la guardería y, desde que tuvo los tres años, en el colegio más próximo a su domicilio. Durante ese tiempo, la menor iba de forma esporádica con la madre, que ahora tiene 27 años. En el documento que ahora se ha admitido a trámite se expone que “los días que la menor pernoctaba con la madre, la misma no asiste a clase sin tener motivos que justifiquen dichas ausencias y viene mal atendida, tanto en cuestiones higiénicas como desatendida en la alimentación”.

Evaluación del riesgo

En agosto del 2019, la progenitora amenazó al padre con que iba a llevarse a la hija fuera de Tenerife, “con la intención de alejarla de él sin dar más explicaciones”, por lo que el hombre “acude a los Servicios Sociales y pone en conocimiento la situación está viviendo tanto él como la menor, solicitando que intervengan y evalúen el riesgo”.

En el curso escolar 2019/2020, la pequeña no empezó las clases en septiembre, sino que se incorporó al colegio al mes siguiente por decisión de la madre, según se recoge en la querella mencionada. Ante las circunstancias que la niña vivía, el progenitor solicitó al centro escolar un informe de las ausencias de la alumna e inició el procedimiento para obtener la guarda y custodia. A partir de ese momento, la hija volvió a residir con el padre, aunque la madre podría tener contacto diario con la pequeña, tanto a través de llamadas como de videollamadas. Además, en días aislados se beneficiaba de visitas.

La demanda

El 10 de julio del 2020, la progenitora solicitó al padre pernoctar el fin de semana con la niña y el hombre aceptó. Desde ese momento, la niña nunca volvió a residir con el varón, puesto que la madre recibió la demanda de guarda y custodia y prohibió al padre o cualquier otra persona de la familia paterna tener contacto con la menor.

En septiembre del pasado año, el padre abona las cuotas mensuales del colegio en exclusividad. La mujer le solicitó que le comprara los uniformes y el material escolar. Dichos objetos fueron entregados en la puerta del domicilio materno, que estaba situado en la zona de La Salle, en Santa Cruz de Tenerife.

El progenitor también se ofreció para costear el comedor escolar, con el objetivo de que ese no fuera el motivo de que la pequeña dejara de asistir a las clases. En los meses siguientes, según consta en la querella, la única manera que el hombre tenía de contactar con su hija era acudir a verla al colegio antes de la hora de salida. En el escrito se asegura que en el momento en que la mujer se enteró de dicha situación, la niña empezó a faltar al centro escolar sin justificación.

A partir de ese momento, la situación empeoró, puesto que la niña habló con el padre para decirle que, aunque lo echaba de menos, no fuera más al colegio a verla. Tampoco pudo verla tras acudir varias veces al domicilio de la mujer. Y llegó a recibir varios “audios amenazantes” por parte de la nueva pareja de la joven.

Regalos de Reyes

El 6 de enero de este año acudió a la casa de la madre para entregar los regalos de Reyes, pero lo hizo en un pasillo sin poder ver a la pequeña. El 26 de abril, el director del colegio de la niña cita a ambos padres por separado y les hace firmar un papel en el que se pone de manifiesto que nadie puede recoger a la niña fuera del horario escolar sin justificación médica o por una situación muy importante.