Semana Santa | Viernes Santo

Multitudinaria participación en la 'procesión de los republicanos' que recorrió Santa Cruz

El 'Diario de María', a la salida de El Pilar, el 'Desolada', a la entrada, y 'El adiós a la vida', interpretado por la Banda de Música de la capital, los momentos más emotivos

Procesión de la Virgen de las Angustias, en Santa Cruz

El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

El 'palo de agua' que cayó la noche del jueves, cuando ya se había recogido la procesión de La Macarena y El Cautivo, quedó en una anécdota el mediodía de este Viernes Santo, cuando la Virgen de Las Angustias salió de la parroquia de El Pilar para protagonizar uno de los cultos populares más esperados en la Semana Santa chicharrera que aúna devoción popular y tradición cultural. No en balde, esta cita se le conoce como la procesión de los republicanos en recuerdo del alcalde republicano que en la década de los años treinta del siglo pasado costeó de su bolsillo la banda de música cuando no había recursos municipales.

Junto a la procesión de La Macarena y ante la suspensión del recorrido del Señor de las Tribulaciones, el recorrido de Las Angustias por el casco de Santa Cruz volvió a convertirse, más aún si cabe, en una cita multitudinaria en un día de playa que tuvo dos altares de excepción: la salida del templo que regentan los misioneros claretianos, en las escalinatas de El Pilar, y al paso del templo de San Francisco, cerca de donde en el pasado estuvo la Librería La Católica, punto de encuentro en el pasado de republicanos cada Viernes Santo.

A las puertas de El Pilar, y tras la oración del nuevo párroco, el claretiano José Ángel, Vanesa Mulet interpretó la canción 'Diario de María', que sobrecogió a propios y extraños. En la calle reinó el silencio para disfrutar de la plegaria entonada mientras la Virgen de Las Angustias iniciaba su trayecto. Cumpliendo la tradición familia, Ángel Luis Falcón, director de la orquesta de pulso y púa de la Unión Artística El Cabo, que dejó a un lado las púas para tirar del carro de la imagen, que pasó su momento de mayor tensión a la altura de la plaza de La Candelaria, cuando una bocanada de aire hizo temer por la imagen. El viento levantó el manto y las cofrades se apresuraron a colocar sus bolsos para intentar apuntalarlo y hasta se pidió la ayuda de niña para que mantuviera el manto hasta que el trayecto entró por una zona más azocada y menguó el aire.

Un momento de la procesión

Un momento de la procesión / El Día

Si emotivo fue 'El Diario de María' que interpretó Vanesa Mulet, el momento más esperado por lo que supone en la historia de la procesión se vivió la paso por la parroquia de San Francisco, donde la Banda Municipal de Música de Santa Cruz, a las órdenes de Juan Antonio Domínguez, interpretó el 'Adiós a la vida', con el que se cumplimentó la tradición. Eso sí, el director se tomó su tiempo porque desde la sede de la oficina principal del Banco Santander hasta San Francisco fieles y público en general habían desbordado el trayecto y Juan Antonio reclamó un momento de decoro para actuar con comodidad. Marcó en compás y siguió la obra de 'Tosca' que encogió el alma y finalizó con la ovación del público, mientras el alcalde, José Manuel Bermúdez, rompió el protocolo, abandonó la presidencia de la comitiva y se fue al director de la Banda Municipal de Música para fundirse en un abrazo de felicitación y agradecimiento.

Antes, entre El Pilar y el momento del 'Adiós a la vida', en el balcón de la fachada del colegio Montessori, la bandera republicana con el correspondiente crespón negro, como en el pasado institucionalizó el recordado el maestro Mae, todo un referente en el barrio de El Toscal. Precisamente en la calle de Emilio Calzadilla, que lleva el nombre de otro de los chicharreros ilustres e impulsores de la procesión en los tiempos de penuria económica. se atribuye junto al colegio Montessori el taller de Miguel Arroyo, el autor de la talla de la Virgen de Las Angustias.

Y como colofón, a la entrada del templo, Elvira Fernaud, acompaña a la guitarra por su esposo David, interpretó 'Desolada', otro de esos momentos que encoge el alma y que finalizó con la plegaria a la madre: 'María, ven conmigo a casa'.

Si en la procesión de La Macarena Valerina, de 14 meses, hija de Moisés y Davinia, llamó la atención de los participantes por acudir perfectamente pertrechada con vestimenta de costalera, la cofradía de Las Angustias tuvo su particular mascota en otra pequeña, de un par de años, que acudió ataviada con la correspondiente mantilla y traje gris.

Esta cita que se celebró en un día de playa, bajo un sol de justicia, fue la particular 'procesión del reencuentro' con Santa Cruz, en realidad la segunda -porque ya estuvo en La Macarena- de actual consejero del Cabildo Juan José Martínez, hasta en mandato anterior concejal de Viviendas Municipales, entre otras áreas. También vivió su reencuentro con las autoridades Lola Espinosa, en el pasado concejala de Podemos Sí Se Puede en Santa Cruz y cofrade incondicional de Las Angustias, que en esta oportunidad desarrollaba las tareas propias de jefa de ceremonias, pendiente a que todo estuviera a punto. También a pie de paso, el socialista Florentino Guzmán Plasencia, que celebraba los veinte años de la corbata republicana que le regaló su abuelo y con la que acude cada año a esta cita.

Una hora y media bastó para que la Virgen regresara a El Pilar, a la espera de la procesión magna de Santa Cruz que está prevista la tarde de este Viernes Santo, a partir de las 20:30 horas, si 'alguien' no lo impide.