BARRIO A BARRIO | El Toscal

Salidas bloqueadas con contenedores, hachís y alcohol en el Festival Pisaca

El plan de seguridad preveía un máximo de 800 asistentes y acudieron 1.200 y Protección Civil colocó recipientes de basura para limitar las salidas, según el informe de la Policía

Festival Pisaca en Santa Cruz de Tenerife

N. P. A.

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Hasta una pistola táser. El informe policial elaborado sobre el Festival Pisaca celebrado el 29 de septiembre y que finalizó con decenas de menores borrachos y contenedores de basura de la zona con bolsas de polen de hachís, según informó EL DÍA aquella tarde-noche, pone de manifiesto aquella tarde-noche donde se cambió a las personas encargadas del control de acceso –lo que justifica que se desbordara–, los efectivos de Protección Civil bloquearon con contenedores de basura las salidas, se encontró hachís –gracias a la inspección de los perros de la Policía a un técnico de sonido que estaba sobre el escenario– y se autorizó el alcohol en el plan de seguridad en una fiesta con actos para niños.

El Ayuntamiento de Santa Cruz celebra esta mañana una comisión de control en la que la portavoz socialista, la exalcaldesa Patricia Hernández, ha solicitado la comparecencia de la concejala de Policía Gladis de León para que explique el desalojo del evento que se celebró en las canchas de la Casa Pisaca, en El Toscal.

EL DÍA desvela el informe elaborado por la Policía y que acredita que el poder de convocatoria de la cita se desbordó; aunque estaba prevista para 800 personas, a las ocho y media de la tarde ya estaba desbordado el recinto, con más de 1.200 asistentes. Fue precisamente la concejala del distrito Centro-Ifara, Purificación Dávila, la que requirió la presencia policial con carácter urgente porque «había muchísima gente», tanto dentro como fuera del recinto.

El programa de actividades de la primera edición del Festival Pisaca comenzó con ese viernes 29, desde las 16:00 –y tenía previsto prolongarse hasta las 23:00 horas, pero se suspendió–, e incluía de las 16:00 horas un taller de creación musical y composición de la canción del Toscal, impartido productor de Maikel Delacalle, junto a otras acciones desarrolladas por el área de Juventud. Ya desde a las 19:00 horas comenzarán las actuaciones musicales con J. Ramos y Lupion. Bastó media hora para que la Policía local comenzara a recibir gran cantidad de llamadas, algunas con denuncias falsas y advirtiendo que había gran cantidad de menores consumiendo bebidas alcohólicas.

A las 20:00 horas llegó el turno de Renzzo El Selector, y treinta minutos después la concejala de Distrito Centro-Ifara, Purificación Dávila, requirió la presencia policial porque la fiesta ya se encontraba desbordada, –«con muchísima gente tanto dentro como fuera del recinto», según el informe policial, y quedaban aún las actuaciones de J.BRJ, Carmen, Maken, Young Blea, Alex Dreams y Deyde.

Cuando llegaron los agentes del orden, poco después de las 20:30 horas, «se observan a unas 1.200 personas, siendo el aforo de 800», según consta en el plan de seguridad del evento, más «gran cantidad de jóvenes haciendo botellón en los alrededores», por lo que se procedió a desalojar la calle de EL Saludo, entre Santiago y San Miguel, para facilitar la salida del evento, «observando en el interior del recinto gran cantidad de menores, de entre 11 y 16 años». De hecho, una vez desalojado permanecía en la cancha Pisaca una menor en coma etílico, y la ambulancia tardó unos 40 minutos, ya que el resto de vehículos de asistencia sanitaria que se encontraban en la zona atendían a otros menores «por los mismos hechos». Fuentes consultadas recuerdan que al acabar la fiesta a las once de la noche, la Ley de Actividades Públicas Clasificadas no permite la venta de alcohol porque hay menores presentes.

El informe Pisaca asegura que según el testimonio de una de las auxiliares que se encargaban de llevar el cómputo del control de acceso el director del plan de seguridad tomó la decisión de colocar a las controladoras en la salida del recinto y en su lugar asignó a seguridad privada en la entrada, por lo que desde ese momento se permitió el control de la entrada en el aforo de la cancha Pisaca.

Con el acceso colapsado, con empujones incluidos, los responsables del evento admitieron a la Policía que «los menores se pasaban las bebidas a través de la reja del recinto por la calle San Miguel, sin que el director del plan de seguridad tomara alguna decisión», y se hace constar que «el plan de seguridad está catalogado para todos los públicos y está autorizada la venta de bebidas alcohólicas, observando en el interior varias carpas donde se expedían bebidas alcohólicas», lo que provocó que cinco menores fueran atendidos por la ingesta, dos de ellos en el centro de salud de El Toscal.

Y es que en el Festival Pisaca casi hubo de todo: «en el interior del recinto, una persona con una pistola táser, por lo que se requirió la presencia de la Policía Nacional ante la falta de efectivos de seguridad local», el personal de Protección Civil colocó vallas, y hasta contenedores de basura, para que todo el público saliera por una sola puerta, creando un obstáculo a la hora de desalojar las canchas –por lo que la Policía local ordena que se retiraran– y hasta la Unidad Canina incautó sustancias estupefacientes –hachís, salvo análisis contrario– a uno de los técnicos del propio Festival Pisaca estando en el escenario.

En la información de Pedro Fumero sobre los hechos acaecidos aquella tarde-noche del 29 de septiembre, EL DÍA incluye la versión municipal, que confirmó que el Festival Pisaca tenía su propio plan de seguridad, para admitir que fue el Ayuntamiento quien «decidió impedir el acceso al recinto una vez que se llegó a la citada cantidad de menores y jóvenes. Y el que resto se quedaron por fuera, en la calle».

Y fue tanta la acumulación de personas en el exterior, que los responsables del Distrito Centro-Ifara decidieron a las 20:45 horas acabar con la fiesta y avisaron a los agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional. El Distrito Centro-Ifara aseguró entonces que estaba prohibida la venta de alcohol a menores en el interior del recinto, así como la entrada de bebidas alcohólicas, para ello había controles en la puerta de acceso a las canchas. 

La concejala del distrito añadió que «en que en el interior del recinto nunca se dio ninguna situación de peligro, y cuando comprobamos que en el exterior podría darse activamos el plan de seguridad, se suspendió el concierto, y se procedió al desalojo de los jóvenes con seguridad, con la ayuda de la Policía Local y la Nacional».