El ‘Gran Hermano’ de Santa Cruz

Casi 50 cámaras controlan los cruces y semáforos, así como los accesos a la Zona Urban, del municipio

La Sala de Control de Tráfico celebra una jornada de puertas abiertas

«Bienvenidos al Gran Hermano de Santa Cruz». De esta forma recibe el ingeniero responsable de la Sala de Control de Tráfico de la capital, Adrián Estévez, a las más de diez personas que visitaron este jueves, 21 de septiembre, esta instalación, en unas jornadas de puertas abiertas, con motivo de la celebración de la Semana Europea de la Movilidad. En la quinta planta de la comisaría de la Policía Local, en la avenida Tres de Mayo, numerosas pantallas muestran, en tiempo real, la situación del tráfico en el municipio. Éstas reciben la información de las 49 cámaras que vigilan la ciudad.

La citada sala es el «ojo que todo lo ve», desde la que se controla, gestiona, optimiza y regula el tráfico que discurre por Santa Cruz, tanto en las entradas como en las salidas, así como en los accesos a la denominada Zona Urban, que cuenta con un sistema de pilonas. Desde este centro de control, poco conocido para la población, se garantiza la seguridad en la circulación de vehículos y peatones en las vías de la capital. Y también será el lugar desde el que se establezcan y controlen las restricciones del tráfico cuando se implante en el centro de la ciudad la Zona de Bajas Emisiones, en el primer trimestre de 2024, según las previsiones del área de Movilidad.

En la Sala de Control de Tráfico de Santa Cruz, un equipo de seis personas en cada turno, formado por dos ingenieros y cuatro operadores, está pendiente cada minuto de los ciclos semafóricos que impiden que la ciudad se colapse o que el caos reine en las calles, y que facilitan la fluidez del paso del tranvía. Realizan su labor de lunes a sábado, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche. Los domingos y festivos, y las madrugadas de los días del resto de la semana, la sala, según explica Estévez, cierra sus puertas, «aunque, por supuesto, la ciudad sigue en marcha y el sistema se autogestiona». Eso sí, si se produce alguna alerta o se celebra un evento, como los relacionados con los Carnavales, «no cerramos».

Este espacio tan importante para la seguridad del municipio chicharrero, con respecto a la movilidad, se puso en marcha en 1989. Comenzó a funcionar con un panel, en el que los avisos se producían con luces de colores. La primera cámara y pantalla se instaló en el año 1995. En la actualidad ya hay 49. Las cámaras más lejanas se encuentran ubicadas en los barrios de Añaza y en El Sobradillo. Con este sistema de vigilancia se controlan los cruces de la capital. Santa Cruz cuenta con 207 cruces con semáforos, de los que 172 están centralizados en esta sala, recibiendo información a tiempo real. Las cámaras permiten también la grabación de imágenes hasta un máximo de 30 horas.

Ayer mismo, minutos antes de que se produjera la visita, el equipo que se encarga de este servicio tuvo que tomar decisiones de manera inmediata ante un accidente que se produjo en la TF-4 (entrada a Santa Cruz por el Recinto Ferial), en el que se vieron implicados un camión y varios turismos. «Uno de nuestros objetivos es evitar que la circulación se colapse debido a un accidente, por lo que se regulan los ciclos semafóricos para intentar garantizar la fluidez del tráfico lo máximo posible».

En este sentido, el ingeniero de la Sala de Control de Tráfico de Santa Cruz de Tenerife destacó ayer a los visitantes que los trabajadores de este centro tienen una «responsabilidad muy importante», pues, añadió, prácticamente la seguridad del municipio está en sus manos, así como el hecho de garantizar que no haya ningún problema en el tráfico.

«Tenemos que estar pendiente de cualquier aviso, avería, accidente o problema que se produzca, para poder ofrecer una respuesta inmediata». Asimismo, en este centro se obtienen los datos de aforo e intensidad de las vías. Según la información facilitada por el Ayuntamiento, las calles de Santa Cruz generan una media de 750.000 desplazamientos diarios.

Decisiones

«Los dispositivos y los reguladores que tenemos en la ciudad nos dan toda la información necesaria para tomar decisiones, al tiempo que nos avisan de posibles averías e incidencias. De esa forma, podemos actuar sobre los propios reguladores, sobre los cruces y semáforos, con respecto a la dinámica y tiempos en los que operan, y podemos controlar también todos los paneles de mensajes variables que existen en Santa Cruz. Asimismo, desde aquí, controlamos el acceso de vecinos, comerciantes y servicios a la Zona Urban».

Estévez aprovechó para señalar que Santa Cruz aspira a convertirse en una ciudad más «humana», en la que disminuyan los coches.